domingo, 19 de abril de 2009

Carta Formal

Jefe del Circo Yunus
Calle Amarilla, Ceuta
CP (45600)



Alicante, 30 de Abril del 2009.

Distinguido Sr./Sra.:
Le escribo con el fin de exponer mis quejas sobre los adiestramientos que se están llevando a cabo en el circo.

Hace cosa de dos semanas, mientras estaba disfrutando con mi familia las vacaciones de Semana Santa, se nos ocurrió la idea de llevar por sorpresa a mi hijo de siete años en el día de su cumpleaños al circo. Todo parecía que iba bien asta que los adiestradores comenzaron a fuetear y a maltratar los pobres animales para que hicieran los trucos que tocaban.

Fue entonces cuando me di cuenta de que el tigre tenia heridas por todo el cuerpo y así como el camello y el león. Además, los monos estaban gordos y aparentaban tener depresión. Para colmo, el elefante, (que por naturaleza necesita estar en manada), estaba aislado en una jaula. Sin embargo, mi hijo estaba entusiasmado con la idea de ver animales exóticos y diferentes.

Los animales tienen sus propios derechos, y no se puede consentir esta clase de maltratos hacia ellos. Además, en los circos predomina el público de jóvenes edades y por lo tanto, enseñar esta clase de "adiestramientos" a niños y niñas es un mal ejemplo para su educación.

Me gustaría que considerarais mi opinión y también los derechos de los animales.
Espero que no se vuelvan a repetir esta clase de espectáculos otra vez.
Atentamente,

Juana Hernández.

¿Es la imaginación algo que se pierde con la edad?

La experiencia nos lleva a pensar que la imaginación es algo que se pierde con la edad. Los niños son, generalmente, más imaginativos que lo adolescentes, y estos más que los jóvenes y adultos. Esta tendencia, no obstante, invierte cuando llegamos a la vejez. Nuestros abuelos son personas con una inacabable imaginación, que combinada con la espectacular memoria de sus vivencias, tiene como resultado un sinfín de historias que llegan a emocionar. Esta es, seguramente, la parte más floja de esta teoría. ¿Cómo es posible que la imaginación que el paso de los años va borrando sea recuperada de forma más o menos repentina cuando nos llegamos a la vejez? Por otra parte, la progresiva desaparición de la imaginación, sin motivo aparente, no es un hecho que tenga fácil explicación.

Seguramente, lo que ocurre sea más sencillo que todo esto. La imaginación no es algo que se pueda perder. La imaginación simplemente se reprime. De niños, unos más otros menos, pero todos tenemos imaginación rebosante. A medida que pasan los años, esta cualidad no se pierde, sino que es el conocimiento cada vez más seguro sobre una gran infinidad de temas a la par que grandes desengaños en temas fantásticos (por ejemplo, la no existencia de la Tronca o los Reyes Magos), hacen marginar la imaginación como algo que no nos puede dar respuestas reales.

Además, la actitud de aquellos que nos rodean nos influye mucho. No estaría bien visto entre un grupo de amigos de quince años que uno de ellos tuviese esperanzas lejos de su alcance, o que una chica dijera abiertamente que sueña en un príncipe azul. Es este borreguismo humano otro motivo, tan importante como el primero o más, de que ahoguemos nuestros instintos y reacciones imaginativos y los condenemos a un aislamiento en nuestro interior. Cuando lleguemos a la edad adulta, la mayoría renunciaremos por completo a nuestra imaginación. Aquellos que no lo hagan tendrán, si coincide con una buena base cultural, posibilidades reales de éxito en el mundo del arte. Porque no reprimen lo que late dentro de ellos, sino qué lo dejan surgir con total naturalidad.

Por otra parte, cuando nos hacemos viejos, la experiencia, todo lo que hemos visto y conocido sobre el mundo, nos hará adoptar puntos de vista más relativistas frente a aquella cuadratura de años anteriores. Nos relajaremos, y nos mostraremos más tal y como somos, en gran parte puede que porque vemos también nuestro fin cercano. En todo caso, nuestra imaginación recuperará su esplendor infantil. Es por eso que niños y ancianos tienen siempre, un buenísima relación.

Vacaciones pagadas

En épocas de crisis, se agradecen actos de generosidad como el que el primer ministro italiano Silvio Berlusconi tuvo la pasada semana con las más de 27.000 personas de la región italiana de los Abruzzi. Y es que, a los que no tenían plan para semana santa, Berlusconi les regaló la estancia a tiempo indefinido en un camping.

Lejos de la tragedia y de las 260 personas que han muerto a causa de los terremotos ocurridos, el primer ministro italiano, ha recomendado a los miles de ciudadanos evacuados a causa de la catástrofe que se tomen su estancia fuera de sus casas "como un fin de semana en el camping". "No les falta de nada.”, añadió, “Tienen cuidados médicos, comida caliente...”

Después de semejante barbaridad, mi cabeza ha empezado a recordar los disparates que son capaces de decir los altos mandatarios de este, nuestro mundo, cuando no llevan un discurso preparado por un especialista. No hace falta remontarnos muy lejos en el tiempo para encontrar deslices del calibre del del primer ministro italiano, aquí en España, por ejemplo, el pasado mes de febrero, el ya ex ministro de economía Pedro Solbes respondía a la pregunta de si le envidiaba algo al ex ministro Bermejo, que sí, que le envidiaba el hecho de ser ex ministro. Esto, por no hablar de las perlas que nos ha dejado el actual embajador español en Turquía, Joan Clos, que entrando en el gobierno como ministro de industria, juró el cargó como ministro de justicia o que en una conferencia en la sede española de General Motors habló como si en la empresa Ford estuviera.

Viendo meteduras de pata como estas, mi cabeza me obliga a plantearme la pregunta de si realmente nuestros mandatarios son personas de un cierto nivel cultural (ya no pido más).

Sinceramente, no lo creo. Estoy seguro de que están apoyados por ingeniosos y complejos equipos con gente que realmente vale para la política (quien, aun así, son incapaces de controlar caballos desbocados como Clos). Pero, viendo su comportamiento cuando no tienen respuestas o discursos preparados, más de uno debería replantearse su profesión. No es de extrañar que estemos en crisis cuando la gente (no sé si llamarlos personas) que guía nuestras vidas hacia la prosperidad y la alegría demuestran esta agudeza intelectual.

Así que ya lo sabemos, si la próxima semana santa queremos ir de vacaciones pagadas, sólo nos hace falta convencer a ZP…

miércoles, 15 de abril de 2009

Hundido en un sueño

Un niño en la barca, la barca en el mar,
miles de anzuelos dispuestos a pescar.
El niño juega a escapar del reflejo,
el igual trata sumirle en enredo

Destellos brillantes, causa del Sol.
És parecido, puede ser mejor.
Dedo a dedo, réplica puntual,
y unificación, incierto final.

Dado a soñar y a vagar en turquesa,
contonea y tambalea en la cuna.
Aislado, pausado, cierra los ojos.
Al final le esperaran en su trono.

Los Aniversarios

Los aniversarios son fechas en las que celebrar cosas, por ejemplo cuando cumples X años, cuando haces X años de casado, etc.

Me parece bien que se felicite a la persona a la que cumple años, pero en mi opinión seria conveniente que felicitaran y les hicieran los regalos a tus padres, ya que gracias a que te han traído al mundo cumples años. Con esto no quiero decir que no me guste hacer la fiesta de mi cumpleaños, recibir regalos y que me feliciten. ¿Porque a quien no le gusta eso?

Ahora refiriéndome a los aniversarios de boda, los aniversarios de boda se clasifican por años, el primer año de casados se le llama bodas de papel, a los veinticinco años de casados se les llaman bodas de plata y a los cincuenta bodas de oro, estas son las clasificaciones más clásicas, y las que se acostumbran a celebrar más, pero resulta que hay un material determinado para cada año, y lo más divertido es que cada año se les tendría que regalar una pieza del material que dicte ese año. Lo que también me hace especial gracia, no se si os habréis dado cuenta, es que cuantos más años de casado el material es más sólido, como si la relación amorosa adquiriera más solidez. Pienso que todo esto es una chorrada, si tu quieres regalarles una cosa de madera a sus bodas de lana por ejemplo se lo realas y punto, y no hace falta inventarse todas estas pirí poyadas.

En conclusión me gusta que me regalen regalos y que me feliciten para mi cumpleaños, pero lo que encuentro mal es que no se felicite a los padres, y respeto a lo de las bodas, creo que esta todo dicho.

sábado, 11 de abril de 2009

El pueblo o la ciudad.

Hoy en día, mucha gente se replantea vivir en la ciudad. Cada vez, son más las personas que cambian sus trabajos i la agitada vida de las urbes para irse a vivir a la tranquilidad del campo.
Yo he vivido toda mi vida en un pueblo pequeño, por lo tanto no se como es vivir en un ciudad como por ejemplo Barcelona.
Pienso que las ciudades tienen muchas ventajas, ya que podemos disfrutar de todos los servicios, actuaciones teatrales, conciertos, cines, espacios de ocio, fiestas…
A más, en temas de estudio, hay muchos más recursos para poder avanzar, el dinero de una vivienda no es problema, y el primer año no estas temeroso de poderte perder en cualquier sitio o situación.
La vida en los pueblo transcurre más lentamente, hay tiempo para desayunar, comer y cenar con tu familia. No hace falta salir tan temprano de casa para ir al colegio, trabajo…y puedes ir caminado, si te apetece. Los jóvenes podemos salir ha hacer excursiones, ha correr, etc., ya que tenemos la naturaleza al alcance de la mano.
Por todas estas razones pienso que el mejor lugar para vivir en una mejor cualidad de vida será en un pueblo pequeño cerca de una gran ciudad. Así disfrutaremos de todas las ventajas de ambos mundos.

sábado, 4 de abril de 2009

lo de los pantalones y calcetines...

¿Es elegante que un caballero combine un traje con calcetines blancos?

Pues al final he llegado a la conclusión que esa preguntita no tiene una respuesta de si o no.
Esas preocupaciones son un reflejo de la “manía” de mirar y juzgar a los otros por cosas insignificantes en la vida, aunque también podría ser fruto del aburrimiento.

Me he preguntado si es que la persona que ha propuesto el tema tiene el deseo de vernos a todos los chicos de la clase con traje y corbata. Le aseguro que si era esa, no será posible. Pero imaginaros por un momento las clases de bachillerato llenas de americanas y zapatos de boda. ¿Sería elegante? ¿Importaría el color de los calcetines? Sea como sea, más que elegancia sería un carnaval.

Entiendo que elegancia es aquello que entra bien por la vista, y en ese caso nuestro, por la vista entraría lo escandaloso del disfraz. O sea que el señorito bien vestido será elegante en los paneles de moda, en los centros de negocios, en las BBC (bodas, bautizos, comuniones) y en su casa si quiere.

En definitiva, creo que ese estereotipo de elegancia (o no) no se puede abordar de forma general. Solo se puede discutir a nivel cultural. Ya que en ciertos ambientes de Barcelona será elegante la pamela, y en la tribu de los “guacamoles” ecuatorianos lo elegante es el taparrabos.

viernes, 3 de abril de 2009