domingo, 14 de noviembre de 2010

INFLUENCIA DE LOS SUPERMERCADOS EN LOS COMERCIOS LOCALES
Como ya es conocido en los últimos tiempos, estamos en período de crisis, esto influye en una mayor necesidad para las empresas de obtener ganancias y por ello imponen su jerarquía situando sus supermercados en lugares estratégicos para así poder obtener un beneficio mayor.
Ahora mismo, lo más común en la población es comprar en los supermercados, debido a que hay una mayor cantidad de productos y el precio normalmente es más asequible que en los comercios locales, ya que al ser una cadena de supermercados, no dependen del éxito de uno, en cambio un comercio local, depende del número de compradores que tiene en ese mismo momento, las ganancias sólo son en un lugar.
Esta aparición de los supermercados, sobre todo en los pueblos y ciudades pequeñas, influye muy negativamente al comercio local, ya que el nivel de ventas de productos baja, debido a la novedad del supermercado, hay muchas más ofertas y por lo tanto los comercios cada vez tienen que cerrar el negocio más pronto.
En nuestro territorio, en el Pallars Jussà, nos estamos encontrando últimamente con este problema y es que la aparición de los supermercados hacen cada vez más difícil la permanencia de los comercios locales.
En Pobla, la aparición de dos nuevos supermercados en Tremp, uno el “Esclat” y otro en futura construcción, “el Mercadona”, han hecho llegar un cierto pánico en los comercios. La tienda de carne ecológica Roia, al saber de la apertura de este supermercado, ha decidido cerrar el negocio debido a la pocas ganancias.
En mi opinión, se deben respetar los comercios locales y que no haya tanta influencia en los supermercados, necesitamos dar vida a los pueblos y con los supermercados no lo conseguiremos.

Ferran

El impacto de los supermercados en el comercio local

Nuestros hábitos alimentarios, a lo largo de los años y las generaciones, han ido sufriendo un cambio muy drástico, gracias a la mayor facilidad que hay en la actualidad para las comunicaciones entre países o zonas diferentes. A consecuencia de este incremento de comunicación, ha permitido al ser humano consumir gran variedad de productos aunque no sean propios de su tierra. Hemos pasado de consumir los alimentos más básicos y necesarios para nuestra dieta a consumir una gran cantidad de productos innecesarios y no todos demasiado sanos. La comida exótica o extranjera también se ha convertido en una fuente de consumo para todos nosotros.
Ha sido el momento exacto en que los grandes comercios se han podido aprovechar de la situación y crecer más, hacerse más con el poder del comercio, ¿Por qué es así? Porque los grandes comercios, suelen ser cadenas de tiendas e internacionales, así que ofrecen una gran variedad de productos, muchas veces con su propia marca más barata, y también, productos que no suelen ser usuales en nuestra alimentación pero llamativos para el consumidor. Este hecho poco a poco va provocando el descenso de los pequeños comercios, ya que no tienen precios tan baratos, ya que no les saldría a cuenta, ni productos tan exóticos.

En mi opinión, creo que a la hora de ir ha hacer nuestras compras semanales o mensuales, sean cuales sean, deberíamos ir alternando los comercios donde vamos a comprar, ya que los pequeños comercios, mayoritariamente en los pueblos, suelen ser de nuestros vecinos o conocidos, y deberíamos ayudar a que sus negocios no quiebren. Pero eso no quiere decir que no podamos ir a comprar en negocios mas grandes, ya que a simple vista se puede apreciar mucha más variedad.

En conclusión, no debemos dejar que los grandes comercios absorban nuestros comercios locales, pero no por eso, debemos renunciar a comer o comprar productos diferentes a los de toda la vida. Eso si, con moderación.

sábado, 13 de noviembre de 2010

IMPACTO DE LOS SUPERMERCADOS EN EL COMERCIO LOCAL

En mi pueblo hay unos 3000 habitantes. Vivimos en el Pirineo, rodeados de campos, huertos y pasturas y como es tradición, cada miércoles hay mercado en la plaza y cada cierto tiempo, por los pueblos vecinos se celebran ferias de ganado. Hay una cooperativa de leche, el Copirineo, y además queda alguna pequeña fábrica familiar de aguardiente. Pero todo esto es representativo, forma parte de un pasado no tan lejano, porque en mi pueblo, como en la mayoría de pueblos y todas las ciudades, hay supermercados, en particular, dos. Lo que me parece más irónico es que el Eroski está situado justo al lado de una tienda de toda la vida de comestibles.

Las grandes superficies como el Eroski, Alcampo, Corte Inglés, son edificios grandes con multitud de productos, de trabajadores y cajas. Su publicidad es presente en la televisión y radio pública y la gran mayoría no son sucursales españolas, sino de Francia o Alemania. Este tipo de compra, en la que tú te paseas por unos corredizos largos, luminosos, con música y color, arrastrando el carro de la compra, entraron en competencia en los años sesenta con el comercio propio de nuestro país, el típico economato del barrio o pueblo que vendía productos propios y locales y con confianza ya que muchas veces te fiaba. Curiosamente, estos supermercados nacen de la fusión de cooperativas agrícolas, como es el ejemplo del ya difunto Caprabo, que fue absorbido por una potencia alimentaria europea (Eroski).

Las encuestas muestran el porqué del triunfo de los supermercados: la comodidad, la gran variedad y poder pagar en tarjeta. La mayoría de productos que se compran son de aseo, bebidas, alimentos y productos de belleza, entre la cantidad de secciones que puede tener uno (textil, tecnología, ocio, etc.). En su contra, el comercio local se escoge porque queda cerca de casa y sirve de compra provisional cuando algo se termina en casa. Aún así, el gráfico lo determina: un 28% de consumidores prefieren el supermercado, el 10% prefiere la tienda de la esquina y un 62% les da igual si uno u otro. Las cifras no son tan escalofriantes, y por eso la mayoría de tenderos afirman que no ven el supermercado como una amenaza.
¿Debemos tranquilizarnos? ¿No hay mas diferencias entre estos dos tipos de compra? Sí, la estrategia de estas grandes superficies comerciales, la gran producción que necesita una gran distribución de la comida, esta más rentable, ¿pero más buena? Si nos fijamos, el hecho de que en los estantes vemos más variedad de productos se puede traducir por una gran cantidad de aditivos, colorantes, y como no, el producto estrella escogido por nuestra sociedad, el fast-food, adversos a nuestra salud y que a la larga pueden causar intolerancias y alergias. Todos esos eslóganes de más natural, ecológico, 0%grasa, etc., salen del laboratorio, desnaturalizar los alimentos, responsables de obesidades, altos niveles de colesterol o hipertensiones, costes que asume la sanidad social. I además, el transporte de las primeras materias cultivadas en países del hemisferio sur (cariñosamente, Tercer Mundo) crea un impacto medioambiental, gasto de energía, para fabricar unos productos uniformes i estándares en todo el mundo, acabando con las especias locales (solo cultivadas representativamente por campesinos subvencionados). ¿Cuál es el resultado de la ecuación? Menos costes de producción y precio final alto igual a máximo beneficio para la gran cadena. La alimentación es un gran monopolio que en España esta dominado por 5 grandes cadenas i dos empresas mayoristas que se representan en un 75% de la distribución alimentaria de nuestro país, siguiendo la moda europea.

Este suceso es llamado por los expertos “Teoría del embudo”, en el que millones de consumidores y miles de campesinos son relacionados por unas pocas multinacionales que como vemos, carecen de escrúpulos. Y como alternativa, si somos conscientes que usamos un recurso natural agotable, debemos apostar por un consumo responsable, contrario a lo que se nos inserta en la mente subliminalmente, el consumo excesivo y superfluo. Aún quedan circuitos cortos y de proximidad, mercados locales, cooperativas de consumidores de productos agroecológicos, debemos confiar en estos, aunque no nos atraigan por sus luces de neón, 2x1 y músicas pegadizas. Estos pequeños comercios a nivel barrial o pueblerino nos tienen que gustar por la confianza de saber que nos venden, porque se autogestionan i además vemos una transparente relación entre el campesino y el comprador.

En conclusión, debemos despertar, evitar el impacto de la globalización capitalista, mostrar nuestra inteligencia y carácter a todas las multinacionales. Aunque nos regalen y den ofertas, porque es propio de nuestra naturaleza la curiosidad: ¿de dónde viene esto tan exótico?, ¿por qué no está macado si se recolectó hace dos meses?, ¿cómo se explica o justifica su precio tan económico?, etc.

IMPACTO DE LOS GRANDES COMERCIOS EN EL COMERCIO LOCAL

Nos encontramos en una etapa donde la facilidad de las comunicaciones, altos índices de migración y relaciones comerciales entre estructuras de población han permitido que el mundo esté totalmente globalizado. Actualmente exportamos y importamos todo tipo de productos de cualquier costado del mundo, aunque son las grandes multinacionales las que poseen el control de todo el mercado.

Estas grandes concentraciones que tienen como único objetivo conseguir el máximo beneficio y seguir aumentando su fortuna, ofrecen gran variedad de productos baratos a los consumidores, de esta manera evitan la competencia con los otros comercios.
Las grandes multinacionales lo tienen todo perfectamente estudiado, mediante la publicidad, que encontramos en todos los medios de comunicación, influyen de una manera grandiosa al consumidor. Aunque no nos demos cuenta, cuando entramos una tarde en un supermercado tenemos en la mente el dibujo de el producto que hemos visto anunciar por la televisión hace unas horas y rápidamente nos hacemos con él.

Detrás de estas grandes áreas comerciales se esconden los pequeños comercios locales. Estos comercios muchas veces se ven obligados a tener que cerrar, ya que no pueden competir de ninguna manera con las grandes áreas comerciales. A diferencia de los grandes supermercados, estos pequeños comercios ofrecen productos de mayor calidad a los consumidores, aunque es cierto que el precio de ellos es más elevado, son mejores para nuestro organismo.

En mi opinión deberíamos alternar nuestras compras tanto en el comercio local como en los supermercados, si dejamos de ir a comprar a un supermercado no va a suceder absolutamente nada, en cambio si no vamos a comprar a un frutero de nuestro pueblo este probablemente se verá obligado a cerrar. Además, no nos podemos fiar de los productos comprados en los supermercados, ya que pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud. En el comercio local los productos son mucho más saludables y beneficiosos para nosotros y por otra parte el propietario del comercio seguro que nos agradecerá mucho más que acudamos a su tienda a comprar que una gran área comercial, que ni lo va a notar en sus beneficios.

En conclusión, pienso que es casi imposible acabar con el gran dominio de estas multinacionales en el comercio pero debemos alternar nuestras compras en ambas superficies por nuestro beneficio propio y para ayudar a los pequeños comerciantes a salir adelante en sus negocios.

jueves, 11 de noviembre de 2010

El impacto de los súper mercados en el comercio local


Los súper mercados, fruto inevitable de la globalización y la tecnología, son la cúspide de la centralización y el utilitarismo. Apoyados desde siempre por el mismo consumidor, la comodidad y las ventajas que ofrecen los súper mercados han permitido el crecimiento exponencial de los mismos, en especial en las urbes. El hecho de encontrar todo en un mismo sitio, con una inigualable variedad de productos y con precios bajos (resultado de la competencia capitalista y la producción en masa) favorecen tanto al comprador como al vendedor. Los supermercados son el final de una cadena de productores, mayoristas y minoristas todos relacionados entre sí para sacar el mayor beneficio de una sociedad consumista. Las apodadas multinacionales han logrado controlar la mayor parte del mercado a base de promociones, ofertas, variedad, servicio al consumidor y otras técnicas de persuasión mal llamadas estrategias mercantiles.

El verdadero reto que separa al súper mercado del éxito o del fracaso es encontrar la ubicación correcta en el espacio urbano, las multinacionales no solo poseen expertos en mercadeo sino que además han adquirido gran experiencia en los flujos de personas y los bienes raíces para poseer un control completo, de nuevo todo dirigido hacia el máximo beneficio.

Ante estos monstruos de la productividad las oportunidades del mercader local han sido pocas. Aquel humilde campesino que antes producía lo suficiente para subsistir se ha visto obligado a tomar un papel indeseado dentro de la cultura capitalista. Se ha cambiado la calidad por la cantidad, lo orgánico por lo artificial, la originalidad por la producción en masa, un duro golpe para la producción rudimentaria en la cual se basaban muchos de los productores autónomos.

Los súper mercados lo han hecho bien, han eliminado la competencia y han influido tanto en el consumidor como en el productor pequeño o mediano para caer en su extensa red. Ahora las multinacionales se componen de interminables raíces formadas por “sub-compañías” que fueron absorbidas o creadas para batallar contra los pocos rivales que les restan, las otras multinacionales.

Hoy en día, hablar de mercado local es casi un error. La economía esta tan globalizada que el precio de los productos está condicionado por la subida o caída de una moneda perteneciente a un país de otro continente al otro extremo del océano atlántico, entre otros ejemplos igual de sorprendentes como absurdos.

Al final, el impacto de las multinacionales en el comercio local se resume en la concentración de las riquezas en cada vez menos manos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL IMPACTO DE LOS GRANDES SUPERMERCADOS EN EL COMERCIO LOCAL

Todos somos conscientes de que nos encontramos en una era donde las comunicaciones, las relaciones comerciales entre estructuras de población, un índice de migración muy alto, una absorción de ideas comunas por parte de todo el globo y un crecimiento muy importante de las multinacionales; son las características más destacables de esta etapa de al humanidad.

Posiblemente, tendemos a asociar la caída de sociedades comerciales pequeñas a los países de la periferia como pueden ser los países latinoamericanos, asiáticos y sobretodo los del continente africano. Pero, desgraciadamente, este hecho no sólo sucede en este tipo de estados sino que las grandes empresas se están comiendo literalmente también a la mediana y pequeña empresa de los estados desarrollados. Afortunadamente las bancarrotas de nuestras empresas no nos impiden el acceso a los alimentos para nuestra subsistencia pero este hecho conlleva una creación de un ambiente pesimista en la clase media y baja de nuestro país.
Estas grandes concentraciones empresariales, que controlan todo el comercio de bienes de consumo, están vendiendo casi todos las mercancías para nuestro consumo a su manera, con el único objetivo de engordar su ya contundente fortuna. Ahora bien si estas concentraciones, que no son más de siete, aportasen beneficios en las localidades donde se instalan, serían recibidas con los brazos abiertos por todos los ciudadanos de dicha localidad. Mas realmente, lo que están es reducir la diversidad laboral de nuestro país, así pues acabando con todas las personas emprendedoras que quieren darnos unos productos más selectos, hacer de nuestras compras algo social y agradecer nuestro consumo.
En muchos casos, los causantes del cierre somos los mismos consumidores cuyas obsesiones son obtener un producto que nos interese, atraídos por su tentador precio y por su trabajada publicidad. En estos casos nos cuesta hacer un buen balance sobre lo que realmente hemos gastado ya que para ir a estos grandes supermercados que no están presentes en los pueblos pequeños, tenemos que gastarnos bastante dinero en el transporte.
Lo que realmente deberíamos hacer es mantener una neutralidad que nos conduzca a comprar en ambos lugares: el gran supermercado y en los comercios pequeños.

En conclusión, pienso que nuestros gobiernos deberían poner más hincapié en proteger la pequeña y mediana empresa y nosotros, los consumidores de este sistema, no debemos olvidarnos de participar en actividades comerciales en nuestras localidades en que estas puedan ser de pequeño calibre.

martes, 9 de noviembre de 2010

Impacto de los supermercados en el comercio local.

Tengo cierta curiosidad para saber dónde realizáis las compras habitualmente. Y sin embargo, estoy casi segura de que no me equivocaría en más del 15% de todos vosotros. ¿Eroski quizás? ¿O tal vez Mercadona? El Corte Inglés también podría ser un candidato…
De hecho, estas empresas de consumo, junto con Alcampo y el Corte Inglés, son las cinco grandes cadenas que controlan la distribución de comida en nuestro país. Parece casi escalofriante ser consciente de que tan solo cinco multinacionales controlan el comercio español delante de la gran cantidad de tiendas alternativas que existen.
Si buscamos el origen de este suceso, llegamos a la conclusión de que nosotros mismos nos hemos auto conducido a ésta terrible situación. Pero superficialmente, no somos culpables. No lo somos debido a que en el siglo XXI los consumidores damos especial interés a la comodidad, y como no, es más sencillo ir a una grande superficie donde tienes cualquier producto a tu alcance que ir de tienda en tienda en busca de aquello que te falta para hacer la cena de las nueve. La comodidad, las promociones 2X1 que tanto llaman la atención, los bajos precios… ¡Casi nos consiguen engañar!

La realidad que se esconde tras la creación de éstas multinacionales, sin embargo, no parece ser tan brillante. Miles de familias campesinas, que desde sus inicios se han dedicado a la producción y a la venta de alimentos con la finalidad de subsistir, se están viendo afectados por los grandes supermercados e hipermercados. Debido a la desaparición de la relación directa entre campesino y consumidor y a los bajos precios que les ofrecen las grandes empresas por la compra de sus alimentos, éstos no tienen más remedio que dejar sus cultivos y ponerse a trabajar como empleados en alguna empresa. Su economía se ve gravemente afectada y muchos terminan enterrados por la miseria.
Lo que quizás el Estado, que al fin y al cabo tendría que ser el que pusiese fin a éstos sucesos, no ha pensado, es que si los agricultores españoles dejan de producir, los alimentos tendrán que importarse des del extranjero. ¿Y que humillación más grande hay, como gobernante, que ver a tu país empobreciéndose y a las demás potencias mundiales enriqueciéndose a costa de tus pérdidas en el sector primario?
Además, la importación de productos supone un riesgo y un problema medioambiental, ya que conocemos, por mala suerte, gran cantidad de desgracias relacionadas con vertimientos de productos tóxicos en los mares y emisiones de gases que incrementan el efecto invernadero.

A su vez, los comercios locales, cuáles productos son ligeramente más caros que en los grandes almacenes debido a la relación mucho más equilibrada y justa entre agricultor y comprador, se ven obligados a cerrar y a abandonar sus lugares de trabajo. Según un estudio realizado por la Iowa State University, en un período de tan solo doce años se habían cerrado más del 50% de tiendas locales. Con ello, muchas personas de poca movilidad, ya sea por problemas físicos o por falta de medios de transporte, se han visto olvidadas e ignoradas de ésta red de consumo ya que no tienen facilidad para llegar hasta las grandes superficies normalmente situadas a los alrededores de las grandes ciudades. Incremento de bolsas de plástico, empaquetados, humos liberados mediante la combustión de gasolinas para trasladar la mercancía hasta el hipermercado indicado… son otros de los muchos efectos negativos de ésta sociedad moderna.
Y que no nos intenten hacer creer mediante sus productos de comercio justo y ecológico en sus estantes que no son tan malas como parecen, porque detrás de todos éstos se esconde un negocio alimentado por el interés económico.
De igual modo, también soy consciente de que no vamos a poder cambiar esta sociedad radicalmente. Y es más, si tengo que ser sincera (y de eso se trata) yo también compro en las grandes superficies porque de igual modo que soy consciente de los efectos negativos e intereses capitales que se esconden detrás de éste negocio, también soy consciente de que para los consumidores éstos suponen un beneficio y más en tiempos de crisis. Por eso considero que las mejores actuaciones que podemos llevar a cabo para reducir éstos impactos y que no nos suponen grandes sacrificios ni pérdidas serían, por ejemplo, ejercer un consumo responsable, ayudar a impulsar el comercio local, ir al mercado del pueblo y comprar fruta y verdura para toda la semana y intentar establecer de nuevo una relación más directa entre nosotros y los agricultores, ya que si fuéramos un poco curiosos, deberíamos de estar enterados de qué es lo que consumimos y de donde proviene.

Lídia Puyals Boix