jueves, 29 de diciembre de 2011

Pista de hielo si o no

Hace poco que empezaron a construir una pista de hielo en la plaza Cataluña de Barcelona. La finalidad según los que apoyan la idea es imitar a las grandes capitales europeas y dar un toque de espíritu navideño. Los que no apoyan esta idea argumentan que la pista de hielo es un cebo para los ciudadanos para incitarlos a consumir en las grandes empresas que hay alrededor de la plaza Cataluña. Otro motivo que exponen es el de evitar que los indignados se manifiesten por navidad en la plaza.

Personalmente estoy a favor de una pista de hielo gratuita para todos pero especialmente de esta que han montado en Barcelona no. La pista de hielo está situada en un espacio público. Esto lleva a la contradicción con los indignados: echan a los indignados por ocupar un espacio público y montan una pista de hielo. Otro motivo es el de que se supone que estamos en crisis y van y montan una de las pistas de hielo más grandes de toda Europa.

Esta pista de hielo, como he dicho anteriormente, la veo como un cebo para atraer clientela a las grandes empresas que hay como El Corte Inglés. Todas las empresas, gracias a la pista de hielo, obtienen beneficios a causa de la gente que va a patinar a la pista de hielo. No es mala idea poner una pista de hielo pero creo que Barcelona es suficientemente grande para poner una pista en un lugar más tranquilo y que no sea justo al centro y ocupando un espacio público. De la misma forma que echaron a los indignados deberían echar las grandes empresas que tienen el monopolio del país.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Pista de hielo sí, pista de hielo no.

Llegado el invierno y poco después de los incidentes ocurridos en plaza Cataluña, un grupo de grandes empresas ha decidido financiar la construcción de una pista de hielo en la ciudad de Barcelona, bajo la ya tópica excusa navideña. Pero esta idea, sacada muy probablemente de las mil películas americanas que las diferentes cadenas de televisión repiten cada año por estas fechas, en las que aparecen grandes pistas de hielo en medio de la ciudad, rodeadas de adornos navideños mientras cae una suave nieve, no es más que, como tantas otras cosas, una bonita tapadera para esconder la realidad.

Por una parte, situar una pista de hielo en una plaza que recientemente ha protagonizado conflictos políticos y sociales, a la que miles de personas han acudido para manifestar su desacuerdo con las decisiones del estado y en contra del sistema, en la que se instalaron con tiendas de campaña y de la que les sacaron a la fuerza, es una forma más de evitar futuros nuevos altercados. Con la incorporación en un espacio público de una pista de hielo privada, justifican la presencia de demasiada seguridad en la plaza y además evitan que los indignados tengan espacio para acampar o manifestarse.

Por otra parte, y de nuevo bajo el mantel de colores típico de la Navidad, las grandes empresas que han impulsado y financiado el proyecto se benefician no solo con la pista de hielo en sí, sino sobretodo con el público que acudirá a la Plaza atraído por el atractivo de la nueva actividad y, durante su visita, podrá recorrer las calles (obviamente llenas de tiendas) que adornar los alrededores de la plaza.

Pero el consumismo va mucho más allá, y la pista de hielo es solo una milésima parte de todos los engaños que nos llevan al consumismo. Pero ¿por qué ahora? Podría haber-se echo mucho antes, y me parece ilógico que justo ahora, durante una etapa de crisis económica, se impulsen proyectos así. Visto así, la pista de hielo me da una pista clara de los problemas de nuestro sistema, de la forma que tienen de arreglar las cosas aquellos que vigilan nuestras acciones desde arriba (y que no son, ni mucho menos, los políticos, sino los grandes capitalistas): esconder los problemas bajo el hielo.

Aún así, no podrán cubrir toda Barcelona con postas de hielo, y aun que intenten esconder sus errores, tarde o temprano alguien tendrá que gritar basta. Y una pista de hielo no será impedimento suficiente para que ese grito se oiga en todas partes.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿PISTA DE HIELO SÍ, PISTA DE HIELO NO?


Hace unas pocas semanas que se anunció en Barcelona una nueva actividad para las próximas fiestas navideñas: una pista de hielo plantada en medio de la ciudad, concretamente en medio de la Plaça Catalunya, en un intento de seguir la tradición de las grandes metrópolis mundiales. Un privilegio para que los ciudadanos, en sus días de consumismo y extremo derroche puedan despejar su  mente trasladándose al Polo Norte, o quizás mejor, a los Alpes suizos. 

Probablemente mi tono dejaría de ser irónico si no fuera porque sospecho que, aparte de costar un precio astronómico de un millón de euros, la idea fue fruto del pacto entre las grandes empresas que rodean la principal plaza de la ciudad, todas con las mismas intenciones: atraer a los ciudadanos al gasto superficial de las fiestas navideñas.
También sería menos satírico si no se tratara de una artimaña política con finalidad de alejar a los partidarios del movimiento 15-M, cuyo sitio de reunión e indignación era este punto neurálgico de la ciudad.

El tono burlesco que aparece en la idea que expongo cedería considerablemente si la Plaça Cataluya, como cualquier plaza de la Ciudad Condal, y por lo tanto pública, no fuera ocupada por una empresa privada que encima está obteniendo beneficios.

Estoy en desacuerdo con la construcción de esta infraestructura deportiva, no sólo por motivos económicos, más por razones humanas. Los políticos día a día continúan intentando erradicar cualquier muestra de movimiento social  y arrasar con cualquier  intención de hacer de este mundo, un lugar un poco  menos injusto y un poco más igualitario. 

Clara

pista de hielo si o no

La pista de hielo que se ha impulsado en la plaza Cataluña de Barcelona, ha sido un proyecto de unos 700000 euros de coste, patrocinado por empresas privadas.

Esta pista de hielo al aire libre, ya es la más grande de toda Europa, con un aforo de 350 patinadores y superficie de 30x32 metros. Funcionará des de el puente de la constitución hasta el 8 de enero, todos los días de 10 a 21 horas y los viernes y sábados hasta las once de la noche.

Este proyecto ha sido promovido por la “Fundació de Comerç de Barcelona”, con la finalidad de ser un remedio en contra la crisis, ya que los comercios cercanos trataran de captar clientes para incentivar el consuma navideño.

Pero este proyecto también tiene sus críticas, ya que estamos hablando de un grupo de empresas privadas que ocupan un espacio público, para generar beneficios. A parte también es criticado por el coste medioambiental, ya que hay un elevado consuma de energía.

Bajo mi punto de vista creo que este proyecto tiene sus puntos positivos y negativos. Como negativos consideraría que es un proyecto muy arriesgado, ya que estamos en una situación económica muy delicada y esté, requiere de una fuerte inversión, que es pagada por unas empresas privadas, pero el problema es que ocupan un espacio público. También se tiene que considerar que se necesita mucha energía para desarrollarlo.

También se tiene de tener en cuenta que hay otros espacios en la misma ciudad que brindan la oportunidad de patinar sobre hielo.

Por otra parte, creo que en tiempos de crisis, es necesario generar ocupación y este proyecto ofrece 200 puestos de trabajo y 80 más por navidad. No solamente generará estos puestos de trabajo, sino que su finalidad, es reactivar el consumo en las tiendas de la misma zona, por lo tanto, también generará beneficios a los comercios.

En conclusión, creo que el dilema no esta en el hecho de usar un espacio público para dar beneficio a empresas privadas, para mí, esto es lo de menos, ya que su construcción dará trabajo a gente. Yo creo que todo y tener intenciones positivas para reactivar el consumo en tiempo de crisis, este proyecto no es válido, ya que requiere una fuerte inversión económica que a la vez también es energética y además hay otros espacios para realizar la misma actividad en la ciudad. Básicamente, lo rechazo porque no hay seguridad de que va haber beneficios, ya que hay que remarcar que estamos en un momento económico delicado, y por esto creo que la gente no va a dejarse el dinero por cualquier cosa.