domingo, 19 de diciembre de 2010

ATENCION

Tere, no has corregido mi redacción! està antes de la de mariona

domingo, 12 de diciembre de 2010

Según se viene hablando desde el nacimiento de Jesucristo, la navidad es tiempo de felicidad, tiempo de magia, tiempo de unión entre los más próximos, pero navidad también es conocida como el tiempo de los regalos, para los mayores es tiempo de desabrocharse el cinturón, nada de abrochárselo, la palabra comprar es una de las más utilizadas en los tiempos navideños.
Se calcula que en los últimos dos años, debido a la crisis, el gasto medio de las familias es de 750 euros aproximadamente, de los cuales más de la mitad se invierten en regalos.
Este gasto que hay en navidad, es asumible hasta cierto punto. En estos tiempos en que estamos, la sociedad no está para tirar el dinero, por lo tanto en estas navidades se esperan aún menos gastos que en otros años, es decir los comercios, que siempre aspiran a obtener mucho beneficio por navidades, es el que más perjudicado se ve en el consumo navideño en época de crisis.
En navidad, también tenemos los principales sorteos de la lotería, por lo tanto es otro gasto más a la que la sociedad se apunta. El gasto en lotería aproximadamente se calcula que es de unos 100 euros por familia, un gasto demasiado alto para un sorteo que en el 99,9% de los casos, las familias no salen ganando.
Por lo tanto en mi opinión creo que lo principal tiene que ser en las familias un mayor control sobre la economía y dejar atrás los gastos innecesarios como la lotería o la compra de productos con la simple finalidad de “capricho”, sino el consumo navideño seguirá siendo un problema para la economía de las familias con algún tipo de problema económico.

Ferran Bochaca

jueves, 9 de diciembre de 2010

Consumo en navidad

La navidad es una celebración, inicialmente pagana que fue adaptada al catolicismo, en la que se celebra el nacimiento de Jesús. La fiesta fue adaptada para que representase todos los valores que caracterizan a religión cristiana. Pero no fue hasta el año 350 que la navidad se colocó el 25 de diciembre, bajo el consejo del papa Julio I en la instauración del calendario gregoriano.
La navidad promueve todos los valores que practicaba Cristo, el amor, la amistad, el compañerismo y el desinterés, así poco a poco se fue introduciendo la tradición de dar regalos a los seres queridos, como muestra de aprecio. Una navidad llena de valores y sentido.

Pero hoy en día esta celebración es muy diferente, ha tomado un rumbo dirigido por los intereses y el mercadeo, típicos de la sociedad actual. El capitalismo ha provocado que los niños ya no entiendan que son los valores navideños y que por el contrario, vean la festividad como una oportunidad más de recibir regalos de sus padres, las empresas lo ven como la gran oportunidad para incrementar los beneficios y muchos otros lo ven como otra simple fiesta más que solo implica tiempo libre. Los comercios y el mercado hacen aparición y las calles y medios de comunicación se ven saturados por la creciente oleada de anuncios. Pero bajo esta marea de anuncios publicitarios y promociones también hay un contraste cultural. Sin importar el lugar de donde vengas o la religión en la que creas, el significado de la navidad siempre será el mismo. Anteriormente en Navidad se cantaban villancicos y se tocaba la zambomba, ahora las familias piden créditos bancarios de cantidades aproximadas a tres mil euros para celebrar las fiestas con todos los lujos posibles.

En mi opinión la navidad ha perdido todo su encanto y se ha convertido en el periodo del año en que se consume de manera más abultada, efecto que beneficia al sistema. Creo que es difícil acabar con esto, pero nunca esta de menos intentarlo y habría que imponer las antiguas tradiciones, de bien seguro esto uniría a las familias, que pasarían momentos bonitos y divertidos juntos y enseñaría a los niños lo que realmente es la navidad.

NAVIDAD SE ESCRIBE CON C


En 1931 el pintor Habdar Slundblon recibió un encargo para Coca-Cola: dar humanidad y credibilidad a San Nicolás. La leyenda urbana data de entonces su característica vestimenta roja y blanca, que si bien estos colores ya se le relacionaban anteriormente por los hábitos religiosos del santo, la campaña comercial navideña de Coca-Cola popularizó una imagen transformada de él. Podemos señalar representativamente entonces la pérdida del espíritu judeocristiano que celebra el nacimiento de su profeta rodeado de su familia y seres queridos. Es entonces cuando la idea de despertarse con todo el comedor lleno de regalos que previamente sus padres habrán comprado (sí, los padres son papa Noel y los reyes, siento decirlo para los que no lo sepan). Santa Claus, ese bobalicón y rechoncho personaje es el catalizador de la consolidación del capitalismo con su máximo ideal: el consumismo.


La realidad no es otra que un desmesurado consumo a tres destacados subgrupos: el familiar, el estatal y ecológico.


El consumo familiar se constituye por las infinitas y sempiternas comidas familiares y las montañas de regales embalados con lazos y colores de neón. En comida se gasta un 30% más que la media mensual del resto del año, predominando los turrones, carnes ovinas y caprinas, el marisco, el pavo y las conservas y en bebida los cavas, sidras y vinos de denominación de origen. Estudios del ministerios de comercio, industria y turismo realizó encuestas cuyos resultados son curiosos ya que preferimos hacer la compra en varios días entre semana, la mitad compra productos frescos y los congela para Navidad y la manca de un incremento en los precios de los supermercados hacen que estos sean los preferidos para los consumidores. Se prepara un gran banquete, o más de uno contando Nochevieja, Navidad, San Esteban, Fin de Año y Reyes. Un total escalofriante si visualizamos la gran cantidad de dinero gastado en demostrar las cualidades culinarias de cada casa y la economía familiar, que ya no solo es un gasto económico sino un estrés para cada uno de los familiares que se ven forzados a sentir una explosión de emotividad y simpatía con parientes y conocidos durante esta época. También se debe remarcar la cada vez más creciente tendencia a comer fuera que según las encuestas es más popular en los jóvenes.


Es conveniente relacionar el consumo a nivel estatal o de los ayuntamientos con el ecológico. ¿Por qué? Simple. Quienes aprueban unas leyes de mercado y comercio son los políticos. Y estas leyes pueden estar estrechamente relacionadas con el medio ambiente. Un grupo ecologista, Ecologistas en Acción, presento una queja a la comunidad autónoma de Murcia para que esta cambiara algunos detalles del alumbrado navideño por un claro motivo, el gran derroche energético que supone este. En esa queja también se propusieron las dichas reformas para minimizar y disminuir las siempre mencionadas enormes emisiones de CO2 que se expulsan en las centrales energéticas (la mayoría de estas son no renovables y contaminantes), como son la reducción del período en que se encienden las luces a solo 15 días, encenderlas solo 4 horas al día o usar tecnología LED. Como es de esperar los políticos de Múrcia como en la gran mayoría de sitios ignoro las propuestas y quejas, la primera semana de Diciembre ya estaban allí las brillantes y multicoloridas luces de Navidad, así haciendo un uso energético poco razonable (que no afectaría demasiado a los comercios) y un gasto más de los bolsillos de todos los españoles.


¿Es posible justificar este derroche, más aún en tiempos de crisis? Parece que sí. Pues la Navidad escrita con C significa comprar, y es la Navidad el momento en que se olvidan hipotecas, deudas o bancarrotas para ¿estar felices y comer anises con la familia? No, ¡para comprar! Es la excepción que confirma la norma. Somos esas hormiguitas esclavas del sistema y de los sueldos, que se pasan la gris semana esperando que llegue Navidad y luego el verano. Es entonces cuando aparecen la desmesura, los excesos, los ataques al corazón, los quilos de más, los niños consentidos que digievolucionan en pequeños monstruos devoradores. No soy una persona religiosa ni con muchas fes, pero si lo fuera me sería difícil imaginar el nacimiento del mesías rodeado de regalos del Toysarus, con latas de caviar y paté francés, María vistiendo un abrigo de piel del Corte Inglés y José abriendo un champán de la cosecha del 61. Y esa frase del mismo Jesús que dice: “Y otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de los Cielos”.


Este lavado de cerebro no ha estado maquinado ni más ni menos por el capital usando su mejor guerrero combativo: la publicidad. A mediados de Noviembre se deberían apagar todas las televisiones para aislarnos de esos pegadizos eslóganes e increíbles inventos, y aún así por las calles veríamos los catálogos de ofertas y juguetes. Esta arma tan, inteligente y efectiva de la que no se puede escapar empieza con los más influenciables de toda la cadena: los niños y niñas. Y el mecanismo se activa, de tal manera que estos fuerzan a sus padres mediante ruegos, y como ahora el amor se entiende como algo cuantificable, como más amor, hay más juguetes. Y tristemente, hacemos un inmenso gasto en algo que luego no nos beneficia en nada, estos regalos no son de artesanía local, con muchos embalajes, sexistas, bélicos, no adecuados a las edades ni biodegradables. Es una vergüenza. No solo hemos perdido lo que significa Navidad en lo más interior de nuestros seres, unos días para poder abrazarte con esa madre que amas durante el año y Navidad, regalar unos momentos con el padre que te apoya, y con los familiares que te han visto crecer, sino que incluso los propios padres y abuelos lo han olvidado, que han sabido bien lo que era la miseria y la pobreza de una posguerra, el ser feliz con tu única e inigualable muñeca echa por ti misma, el jugar con los vecinos en la calle al escondite en vez de cerrados en casa con el Pro o FIFA. Se nos está inhibiendo la creatividad y la tradición, el poder jugar sin juguetes.


Yo no puedo dar lecciones ni en ser responsable ni en no consumir ni en hacer sintaxis, porque desde pequeña he oído como mis padres y abuelos recordando me contaban sus pobres y queridos juegos, y aún así se me han comprado más de 20 Barbies, 3 guitarras (ya ni recuerdo como se tocaba), un potente telescopio (que aún descansa en su caja intacto), etc. Luego se me critica mi consumismo superfluo con la ropa. Mea Culpa? No, ni de mis parientes que intentan suplir sus pobres (pero auténticas) Navidades. Todos somos marionetas de este sistema político-económico, del capital. De la Coca-Cola.

Consumo en navidad


Luces, dulces, villancicos, juguetes y fiesta, es todo lo que nos recuerda el fin de año. Los colores verde y rojo invaden las calles, y las familias se reúnen para celebrar una festividad que, sin importar las creencias religiosas, representa la felicidad, la unidad y el amor. Palabras muy bellas para una actividad que implica algo más que valores morales.

La navidad es la época en la que más se gasta en comida, adornos y regalos de toda clase, con tal de impresionar a las personas próximas. Las ofertas, la llamativa publicidad y las interminables colas en las cajas de las tiendas y almacenes cambian radicalmente el paisaje y rompen con la monotonía. Ahora, cuando los pagos adicionales de fin de año llenan los bolsillos y el embriagante espíritu navideño se aviva, es cuando salta al aire el consumismo impulsivo que tanto ha caracterizado a nuestra sociedad.

Sin embargo, la crisis sigue presente y se ha hecho notar; un ejemplo serían los recortes a los presupuestos para alumbrados navideños, algunas ciudades han llegado a reducir en un 30% su gasto energético dirigido a este fin y esto hablando solo del sector público, porque todavía nos falta por ver cuánto decaen las ventas decembrinas con respecto a años anteriores. Aun así, cientos de miles de personas salen a las calles para gastar su dinero en objetos “indispensables” para la festividad, sin darse cuenta que han caído, una vez más, en el persuasivo juego de las empresas medianas y las multinacionales. Es irónico hablar de los valores de la navidad cuando nos encontramos con grandes contrastes como los que vivimos hoy en día. Mientras en las grandes potencias como Alemania, Francia y Estados Unidos se gastan aproximadamente unos 850-980 Euros de media, miles de personas mueren de hambre en Asia, África y Sudamérica.

Algo está claro y es que la navidad ya no significa lo que originalmente intentaba representar, valores como el amor, la confianza y la humildad, encarnados por el nacimiento de un débil niño a las afueras de Belén, se han visto sumergidos dentro de intereses vacíos, consumismo compulsivo y una avalancha de productos y despilfarros que quedarían insuficientemente descritos como caprichosos, desechables e inservibles.

Andrés Restrepo Arango

El consumismo en Navidades.

Después de las fiestas de la constitución podemos empezar a encontrar en la televisión una brutalidad de anuncios de juguetes, comidas navideñas, ropa o calzado entre otros productos.
Por las vacaciones de navidad, una gran masa de personas pasean por las calles en busca de regalos para sus familiares y amigos.
Son las consecuencias de lo que se llama la nueva tradición navideña. Digo nueva porque en un inicio, la navidad tan sólo era una fiesta llegada de la mano de la tradición cristiana en que se reunía toda la familia para rendir culto a sus creencias, para ser más concretos la celebración rinde homenaje al nacimiento del niño Jesús.

En la actualidad, la navidad es celebrada por todos, sean creyentes o no. La navidad se ha transformado en una fiesta en que la gente aprovecha para reunirse con sus personas queridas y pasar un buen rato.

El problema es que dentro de nuestra sociedad, las grandes empresas y multinacionales han aprovechado éste sentimiento de reencuentro para promocionar todos sus productos, no vaya a ser que lleguemos con las manos vacías a casa de nuestros padres o amigos.
Esto ha significado una relación de las fiestas con los regalos, así las personas relacionamos la felicidad con los objetos materiales.
Éste es el principal objetivo de las empresas, y parece que lo consiguen.
Desde muy pequeños nos enseñan que el día de reyes es un día feliz, porque recibimos regalos y tenemos dos días para disfrutarlos antes de volver al colegio. A un niño no le sirve levantarse y que le digan “hoy es un gran día porque tienes una familia que te cuida y te dará todas las oportunidades que pueda en ésta vida”.
En mi opinión, el consumismo hace que nos olvidemos de todas las cosas buenas que tenemos y hace que cada vez queramos más y más.
Por este motivo creo que las personas deberíamos escapar un poco de ésta conducta y darnos cuenta que lo que nos hace sentirnos vivos no son los objectos materiales.
El consumismo en las fiestas es excesivo y creo que deberíamos dejar de adquirir tantos productos, para poder valorar más otras cosas que tenemos a diario.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

EL CONSUMO EN NAVIDAD

A partir de la consolidación del capitalismo ( segunda mitad del siglo XIX) la manera de entender las fiestas navideñas dio un giro hacia al materialismo y al consumismo navideño. Teniendo en cuenta que tanto los mitos religiosos como las tendencias marcadas por las grandes multinacionales europeas y norteamericanas han marcado las directrices que debemos seguir en esas fechas tan agradables. Analizando más precisamente estos cambios sociales, podemos observar sobretodo, que las necesidades materiales van aumentando cada vez más en nuestra sociedad, pero hay un problema: la mayoría de nosotros ( la clase media ) no tenemos la certidumbre de qué continuaremos manteniendo nuestra probablemente efímera condición social, es decir, que si podemos conservar el trabajo y mantener un nivel notable de vida podremos seguir consumiendo masivamente por navidad pero cuando haya que apretarse el cinturón, deberemos de renunciar a muchos lujos.
Bajo mi punto de vista el consumismo no es del todo malo ya que en cierto modo si podemos lograr un buen sueldo y hallar un trabajo seguro, el consumismo es conservable, así pues nos atorga un buen nivel de vida ( que es irreal) que en su momento nos permite ser felices. Des del punto de vista meramente económico es muy importante para las empresas ya que el incremento del consumo es también un sustancioso incremento de los ingresos de las empresas vendedoras.

Por otro lado, el sistema consumista es muy perjudicial ya que nos obliga indirectamente a tomar decisiones en torno a lo que nos proponen las empresas que realmente no piensan únicamente en satisfacer nuestras necesidades sino que sólo piensan en engordar su ya imponente fortuna y crearnos más necesidades, para que compremos más productos de los que ya consumimos. El consumismo es muy nocivo porque nos distancia de los valores navideños tanto los valores familiares ( en los ateos y religiosos) y nos aparta del espíritu navideño, el último sólo hace referencia a los cristianos. Claramente el consumismo es la aberración del consumo por eso debemos ser inteligentes y cautos a la hora de comprar, es decir, debemos comprar lo que necesitamos realmente, incluyendo los regalos para nuestros seres queridos, pero no más ya que si nos pasamos lo único que hacemos es obedecer a los demás y destruirnos a nosotros mismos.

En conclusión, pienso que debemos consumir por navidad ya que debemos ser agradables y detallistas con nuestros seres queridos y nosotros mismos pero siempre de forma controlada, disfrutando de la variedad que nos atorga la sociedad capitalista pero sin traspasar los límites tanto económicos como de conciencia propia, porque sino lo hacemos de este modo, no seremos nunca realmente felices.

Consumo en Navidad

La Navidad ya esta llegando, las calles se llenan de luces y millones de colores, los árboles decorados, las ventanas y las paredes sujetan las luces de la calle, los aparadores de las tiendas también nos dan ilusión por revivir la navidad y se llenan de una gran variedad de objetos que nos empiezan a dar ideas para nuestros regalos.
Para algunos suele ser una época de ilusión y felicidad en casa y en familia pero últimamente, para muchos se esta convirtiendo en una etapa demasiado larga y devastadora en los ahorros familiares.
Desde hace mucho tiempo la Navidad para la sociedad se ha convertido en un período en el que la única finalidad suele ser comprar regalos para complacer a los seres queridos y, por desgracia, las reuniones familiares se dejan a un segundo plano.
A mi parecer, todo el mundo esta cansado de oír hablar de la crisis, lo sé, pero pensaba que este consumismo disminuiría con su llegada, pero se ve que no, que lo único que ha conseguido es que la gente se dedique a comprar igual o más pero buscando los mejores precios. A todas estas ganas de comprar debemos añadir la multitud de publicidad que nos encontramos por la calle, la tele, las revistas que aparecen debajo la puerta… que poco o mucho nos incitan más a comprar.
Cada vez más la navidad, como muchas otras cosas, se esta convirtiendo solo en un icono comercial, y nosotros lo estamos aceptando, creemos que la Navidad es esto, y no es así. Porque hace años todas estas publicidades no existían y la gente disfrutaba de la Navidad, de su símbolo. Los únicos regalos que se hacían era pequeños detalles para recordar el aprecio a los seres queridos, ahora lo único que importa es si el regalo será suficientemente grande, especial y si quedaras bien con tu suegra o con tu tío. Y por supuesto, haber quien hace la comida más abundante y buena.
Por supuesto sé que aunque todo el mundo se de cuenta de en lo que se esta convirtiendo la Navidad, nada va a cambiar, porque lo rigen los que mandan, y no somos nosotros, la población. Pero esto no solamente pasa con la Navidad sino con muchas otras fiestas, que solo se han convertido en unos días de consumismo. Y por lo tanto, la reunión familiar ha dejado de ser la costumbre más importante y el comprar ha pasado a primer plano.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Consumo en Navidad

En cuestión de días las calles de todas las ciudades y pueblos van a llenarse de luces. Las puertas y entradas de los pisos estarán adornadas con todo tipo de complementos navideños y los escaparates de las tiendas más llenos que nunca, engalanados y con un montón de ofertas y novedades curiosas.
Es Navidad. Una época del año que con el paso del tiempo ha ido modificando la percepción que los ciudadanos tenían de ella. Hace unos años, era sinónimo de pureza, simpleza, imitación de la pobreza de Jesús. Ahora, cada español gastará la alarmante cifra de ochocientos treinta y tres euros de media según un estudio llevado a cabo por la FUCI. ¿Dónde hemos llegado? ¿En qué se ha convertido el espíritu navideño?

Es angustioso abrir la televisión en estas fechas. Miles y miles de anuncios bombardean diariamente, las veinticuatro horas del día, un sinfín de productos innecesarios e inútiles, pero presentados con tanta sutileza que parece incluso esencial la compra de alguno de ellos. La distribución de productos por los estantes no ha sido arbitraria, sino que ha sido llevada a cabo mediante estudios de comportamiento humano. Saben como persuadirnos, conocen nuestras debilidades. El sector de niños de entre tres y doce años es el más peligroso. Son mentes fáciles de convencer, y si a esto incluimos los vistosos anuncios con colores vivos y luces por todos los sitios tenemos la combinación perfecta para que escriban una media de treinta juguetes en sus cartas para los reyes magos.

Es saludable y civilizado compartir nuestra felicidad con los demás, incluso romper con la rutina del trabajo diario. Pero parece que nos hayamos olvidado del verdadero significado de la Navidad. La Navidad para los creyentes es tan solo una fiesta en la que se celebra la llegada del niño Jesús de la forma más pobre y humilde que se pueda imaginar. Sin embargo, casi como una bomba expansiva, la Navidad, y con ella el consumismo, se ha metido en nuestras casas.

Compras excesivas de alimentos, cenas familiares donde no cabe un plato más en la mesa, cantidad de botellas de alcohol encima, tala de abetos y extracción de muérdago y acebo de los bosques cercanos para realizar el Belén y llenar la casa de adornos sinónimos de “paz y felicidad”, miles de vatios de potencia para iluminar toda la casa y la ciudad con espantosas lucecillas sin tener en cuenta que suponen un gasto energético infernal a parte del exceso de energía empleada para su fabricación, montones de residuos provocados por los embalajes de los regalos, productos de menos de diez centímetros metidos dentro de cajas de más de treinta, contaminación acústica debida a la música de los escaparates que invaden las calles… el medio ambiente parece ser el único al que no le gusta la Navidad. Pero el problema no es la Navidad, sino el consumismo en estas fechas.

En mi opinión, estamos olvidando el verdadero significado de la Navidad. En teoría esta debería de ser la fecha del año en la cual se celebraran la paz, la humildad y la fraternidad. Y sin embargo, nadie se acuerda de la pobreza que hay en el mundo, de las guerras que siguen abiertas en muchos países (y muchas de ellas por la extracción de petróleo tan necesario para la elaboración de productos navideños) y de las malatías que están arrasando con muchas poblaciones. De repente, todos somos mucho más ricos y no tenemos problema alguno para iniciar unas compras compulsivas igual que al cabo de un mes, por la llamada “cuesta de enero”, debamos de restringir al máximo nuestras compras. ¿Es que nos estamos volviendo locos? ¿A caso hace cien años no se celebraba la Navidad? El consumo no debe de ser sinónimo de felicidad y sin embargo parece que actualmente tan solo es digno de celebrar la Navidad el más rico, y en el caso de no serlo, lo intenta parecer aunque solo sea durante un mes.

Es evidente que no podré cambiar el mundo, y reconozco que muchas veces yo también me veo arrastrada por esta época de consumismo excesivo, pero invito a todas las personas del mundo ha tomarse un respiro, salir a la calle, y observar todo lo descrito hasta ahora. Después, ir a algún lugar tranquilo y hacer una reflexión sobre todo lo observado (gente estresada con las últimas compras navideñas, el extraño suceso de que todos queramos comer langosta el mismo día, los padres mileuristas que sienten remordimientos por no poder comprar el “Increíble Hulk” a su hijo…) y valorar si de verdad deseamos seguir por este camino de consumo o si seria mejor replantearnos las Navidades y celebrarlas de la forma más humilde como hacían cien años atrás. Yo opto por la segunda opción: la Navidad debe de poder ser celebrada por cualquiera y, es más, debería de ser festejada con mayor ilusión por el pobre que por el rico.
Lídia Puyals

domingo, 14 de noviembre de 2010

INFLUENCIA DE LOS SUPERMERCADOS EN LOS COMERCIOS LOCALES
Como ya es conocido en los últimos tiempos, estamos en período de crisis, esto influye en una mayor necesidad para las empresas de obtener ganancias y por ello imponen su jerarquía situando sus supermercados en lugares estratégicos para así poder obtener un beneficio mayor.
Ahora mismo, lo más común en la población es comprar en los supermercados, debido a que hay una mayor cantidad de productos y el precio normalmente es más asequible que en los comercios locales, ya que al ser una cadena de supermercados, no dependen del éxito de uno, en cambio un comercio local, depende del número de compradores que tiene en ese mismo momento, las ganancias sólo son en un lugar.
Esta aparición de los supermercados, sobre todo en los pueblos y ciudades pequeñas, influye muy negativamente al comercio local, ya que el nivel de ventas de productos baja, debido a la novedad del supermercado, hay muchas más ofertas y por lo tanto los comercios cada vez tienen que cerrar el negocio más pronto.
En nuestro territorio, en el Pallars Jussà, nos estamos encontrando últimamente con este problema y es que la aparición de los supermercados hacen cada vez más difícil la permanencia de los comercios locales.
En Pobla, la aparición de dos nuevos supermercados en Tremp, uno el “Esclat” y otro en futura construcción, “el Mercadona”, han hecho llegar un cierto pánico en los comercios. La tienda de carne ecológica Roia, al saber de la apertura de este supermercado, ha decidido cerrar el negocio debido a la pocas ganancias.
En mi opinión, se deben respetar los comercios locales y que no haya tanta influencia en los supermercados, necesitamos dar vida a los pueblos y con los supermercados no lo conseguiremos.

Ferran

El impacto de los supermercados en el comercio local

Nuestros hábitos alimentarios, a lo largo de los años y las generaciones, han ido sufriendo un cambio muy drástico, gracias a la mayor facilidad que hay en la actualidad para las comunicaciones entre países o zonas diferentes. A consecuencia de este incremento de comunicación, ha permitido al ser humano consumir gran variedad de productos aunque no sean propios de su tierra. Hemos pasado de consumir los alimentos más básicos y necesarios para nuestra dieta a consumir una gran cantidad de productos innecesarios y no todos demasiado sanos. La comida exótica o extranjera también se ha convertido en una fuente de consumo para todos nosotros.
Ha sido el momento exacto en que los grandes comercios se han podido aprovechar de la situación y crecer más, hacerse más con el poder del comercio, ¿Por qué es así? Porque los grandes comercios, suelen ser cadenas de tiendas e internacionales, así que ofrecen una gran variedad de productos, muchas veces con su propia marca más barata, y también, productos que no suelen ser usuales en nuestra alimentación pero llamativos para el consumidor. Este hecho poco a poco va provocando el descenso de los pequeños comercios, ya que no tienen precios tan baratos, ya que no les saldría a cuenta, ni productos tan exóticos.

En mi opinión, creo que a la hora de ir ha hacer nuestras compras semanales o mensuales, sean cuales sean, deberíamos ir alternando los comercios donde vamos a comprar, ya que los pequeños comercios, mayoritariamente en los pueblos, suelen ser de nuestros vecinos o conocidos, y deberíamos ayudar a que sus negocios no quiebren. Pero eso no quiere decir que no podamos ir a comprar en negocios mas grandes, ya que a simple vista se puede apreciar mucha más variedad.

En conclusión, no debemos dejar que los grandes comercios absorban nuestros comercios locales, pero no por eso, debemos renunciar a comer o comprar productos diferentes a los de toda la vida. Eso si, con moderación.

sábado, 13 de noviembre de 2010

IMPACTO DE LOS SUPERMERCADOS EN EL COMERCIO LOCAL

En mi pueblo hay unos 3000 habitantes. Vivimos en el Pirineo, rodeados de campos, huertos y pasturas y como es tradición, cada miércoles hay mercado en la plaza y cada cierto tiempo, por los pueblos vecinos se celebran ferias de ganado. Hay una cooperativa de leche, el Copirineo, y además queda alguna pequeña fábrica familiar de aguardiente. Pero todo esto es representativo, forma parte de un pasado no tan lejano, porque en mi pueblo, como en la mayoría de pueblos y todas las ciudades, hay supermercados, en particular, dos. Lo que me parece más irónico es que el Eroski está situado justo al lado de una tienda de toda la vida de comestibles.

Las grandes superficies como el Eroski, Alcampo, Corte Inglés, son edificios grandes con multitud de productos, de trabajadores y cajas. Su publicidad es presente en la televisión y radio pública y la gran mayoría no son sucursales españolas, sino de Francia o Alemania. Este tipo de compra, en la que tú te paseas por unos corredizos largos, luminosos, con música y color, arrastrando el carro de la compra, entraron en competencia en los años sesenta con el comercio propio de nuestro país, el típico economato del barrio o pueblo que vendía productos propios y locales y con confianza ya que muchas veces te fiaba. Curiosamente, estos supermercados nacen de la fusión de cooperativas agrícolas, como es el ejemplo del ya difunto Caprabo, que fue absorbido por una potencia alimentaria europea (Eroski).

Las encuestas muestran el porqué del triunfo de los supermercados: la comodidad, la gran variedad y poder pagar en tarjeta. La mayoría de productos que se compran son de aseo, bebidas, alimentos y productos de belleza, entre la cantidad de secciones que puede tener uno (textil, tecnología, ocio, etc.). En su contra, el comercio local se escoge porque queda cerca de casa y sirve de compra provisional cuando algo se termina en casa. Aún así, el gráfico lo determina: un 28% de consumidores prefieren el supermercado, el 10% prefiere la tienda de la esquina y un 62% les da igual si uno u otro. Las cifras no son tan escalofriantes, y por eso la mayoría de tenderos afirman que no ven el supermercado como una amenaza.
¿Debemos tranquilizarnos? ¿No hay mas diferencias entre estos dos tipos de compra? Sí, la estrategia de estas grandes superficies comerciales, la gran producción que necesita una gran distribución de la comida, esta más rentable, ¿pero más buena? Si nos fijamos, el hecho de que en los estantes vemos más variedad de productos se puede traducir por una gran cantidad de aditivos, colorantes, y como no, el producto estrella escogido por nuestra sociedad, el fast-food, adversos a nuestra salud y que a la larga pueden causar intolerancias y alergias. Todos esos eslóganes de más natural, ecológico, 0%grasa, etc., salen del laboratorio, desnaturalizar los alimentos, responsables de obesidades, altos niveles de colesterol o hipertensiones, costes que asume la sanidad social. I además, el transporte de las primeras materias cultivadas en países del hemisferio sur (cariñosamente, Tercer Mundo) crea un impacto medioambiental, gasto de energía, para fabricar unos productos uniformes i estándares en todo el mundo, acabando con las especias locales (solo cultivadas representativamente por campesinos subvencionados). ¿Cuál es el resultado de la ecuación? Menos costes de producción y precio final alto igual a máximo beneficio para la gran cadena. La alimentación es un gran monopolio que en España esta dominado por 5 grandes cadenas i dos empresas mayoristas que se representan en un 75% de la distribución alimentaria de nuestro país, siguiendo la moda europea.

Este suceso es llamado por los expertos “Teoría del embudo”, en el que millones de consumidores y miles de campesinos son relacionados por unas pocas multinacionales que como vemos, carecen de escrúpulos. Y como alternativa, si somos conscientes que usamos un recurso natural agotable, debemos apostar por un consumo responsable, contrario a lo que se nos inserta en la mente subliminalmente, el consumo excesivo y superfluo. Aún quedan circuitos cortos y de proximidad, mercados locales, cooperativas de consumidores de productos agroecológicos, debemos confiar en estos, aunque no nos atraigan por sus luces de neón, 2x1 y músicas pegadizas. Estos pequeños comercios a nivel barrial o pueblerino nos tienen que gustar por la confianza de saber que nos venden, porque se autogestionan i además vemos una transparente relación entre el campesino y el comprador.

En conclusión, debemos despertar, evitar el impacto de la globalización capitalista, mostrar nuestra inteligencia y carácter a todas las multinacionales. Aunque nos regalen y den ofertas, porque es propio de nuestra naturaleza la curiosidad: ¿de dónde viene esto tan exótico?, ¿por qué no está macado si se recolectó hace dos meses?, ¿cómo se explica o justifica su precio tan económico?, etc.

IMPACTO DE LOS GRANDES COMERCIOS EN EL COMERCIO LOCAL

Nos encontramos en una etapa donde la facilidad de las comunicaciones, altos índices de migración y relaciones comerciales entre estructuras de población han permitido que el mundo esté totalmente globalizado. Actualmente exportamos y importamos todo tipo de productos de cualquier costado del mundo, aunque son las grandes multinacionales las que poseen el control de todo el mercado.

Estas grandes concentraciones que tienen como único objetivo conseguir el máximo beneficio y seguir aumentando su fortuna, ofrecen gran variedad de productos baratos a los consumidores, de esta manera evitan la competencia con los otros comercios.
Las grandes multinacionales lo tienen todo perfectamente estudiado, mediante la publicidad, que encontramos en todos los medios de comunicación, influyen de una manera grandiosa al consumidor. Aunque no nos demos cuenta, cuando entramos una tarde en un supermercado tenemos en la mente el dibujo de el producto que hemos visto anunciar por la televisión hace unas horas y rápidamente nos hacemos con él.

Detrás de estas grandes áreas comerciales se esconden los pequeños comercios locales. Estos comercios muchas veces se ven obligados a tener que cerrar, ya que no pueden competir de ninguna manera con las grandes áreas comerciales. A diferencia de los grandes supermercados, estos pequeños comercios ofrecen productos de mayor calidad a los consumidores, aunque es cierto que el precio de ellos es más elevado, son mejores para nuestro organismo.

En mi opinión deberíamos alternar nuestras compras tanto en el comercio local como en los supermercados, si dejamos de ir a comprar a un supermercado no va a suceder absolutamente nada, en cambio si no vamos a comprar a un frutero de nuestro pueblo este probablemente se verá obligado a cerrar. Además, no nos podemos fiar de los productos comprados en los supermercados, ya que pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud. En el comercio local los productos son mucho más saludables y beneficiosos para nosotros y por otra parte el propietario del comercio seguro que nos agradecerá mucho más que acudamos a su tienda a comprar que una gran área comercial, que ni lo va a notar en sus beneficios.

En conclusión, pienso que es casi imposible acabar con el gran dominio de estas multinacionales en el comercio pero debemos alternar nuestras compras en ambas superficies por nuestro beneficio propio y para ayudar a los pequeños comerciantes a salir adelante en sus negocios.

jueves, 11 de noviembre de 2010

El impacto de los súper mercados en el comercio local


Los súper mercados, fruto inevitable de la globalización y la tecnología, son la cúspide de la centralización y el utilitarismo. Apoyados desde siempre por el mismo consumidor, la comodidad y las ventajas que ofrecen los súper mercados han permitido el crecimiento exponencial de los mismos, en especial en las urbes. El hecho de encontrar todo en un mismo sitio, con una inigualable variedad de productos y con precios bajos (resultado de la competencia capitalista y la producción en masa) favorecen tanto al comprador como al vendedor. Los supermercados son el final de una cadena de productores, mayoristas y minoristas todos relacionados entre sí para sacar el mayor beneficio de una sociedad consumista. Las apodadas multinacionales han logrado controlar la mayor parte del mercado a base de promociones, ofertas, variedad, servicio al consumidor y otras técnicas de persuasión mal llamadas estrategias mercantiles.

El verdadero reto que separa al súper mercado del éxito o del fracaso es encontrar la ubicación correcta en el espacio urbano, las multinacionales no solo poseen expertos en mercadeo sino que además han adquirido gran experiencia en los flujos de personas y los bienes raíces para poseer un control completo, de nuevo todo dirigido hacia el máximo beneficio.

Ante estos monstruos de la productividad las oportunidades del mercader local han sido pocas. Aquel humilde campesino que antes producía lo suficiente para subsistir se ha visto obligado a tomar un papel indeseado dentro de la cultura capitalista. Se ha cambiado la calidad por la cantidad, lo orgánico por lo artificial, la originalidad por la producción en masa, un duro golpe para la producción rudimentaria en la cual se basaban muchos de los productores autónomos.

Los súper mercados lo han hecho bien, han eliminado la competencia y han influido tanto en el consumidor como en el productor pequeño o mediano para caer en su extensa red. Ahora las multinacionales se componen de interminables raíces formadas por “sub-compañías” que fueron absorbidas o creadas para batallar contra los pocos rivales que les restan, las otras multinacionales.

Hoy en día, hablar de mercado local es casi un error. La economía esta tan globalizada que el precio de los productos está condicionado por la subida o caída de una moneda perteneciente a un país de otro continente al otro extremo del océano atlántico, entre otros ejemplos igual de sorprendentes como absurdos.

Al final, el impacto de las multinacionales en el comercio local se resume en la concentración de las riquezas en cada vez menos manos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL IMPACTO DE LOS GRANDES SUPERMERCADOS EN EL COMERCIO LOCAL

Todos somos conscientes de que nos encontramos en una era donde las comunicaciones, las relaciones comerciales entre estructuras de población, un índice de migración muy alto, una absorción de ideas comunas por parte de todo el globo y un crecimiento muy importante de las multinacionales; son las características más destacables de esta etapa de al humanidad.

Posiblemente, tendemos a asociar la caída de sociedades comerciales pequeñas a los países de la periferia como pueden ser los países latinoamericanos, asiáticos y sobretodo los del continente africano. Pero, desgraciadamente, este hecho no sólo sucede en este tipo de estados sino que las grandes empresas se están comiendo literalmente también a la mediana y pequeña empresa de los estados desarrollados. Afortunadamente las bancarrotas de nuestras empresas no nos impiden el acceso a los alimentos para nuestra subsistencia pero este hecho conlleva una creación de un ambiente pesimista en la clase media y baja de nuestro país.
Estas grandes concentraciones empresariales, que controlan todo el comercio de bienes de consumo, están vendiendo casi todos las mercancías para nuestro consumo a su manera, con el único objetivo de engordar su ya contundente fortuna. Ahora bien si estas concentraciones, que no son más de siete, aportasen beneficios en las localidades donde se instalan, serían recibidas con los brazos abiertos por todos los ciudadanos de dicha localidad. Mas realmente, lo que están es reducir la diversidad laboral de nuestro país, así pues acabando con todas las personas emprendedoras que quieren darnos unos productos más selectos, hacer de nuestras compras algo social y agradecer nuestro consumo.
En muchos casos, los causantes del cierre somos los mismos consumidores cuyas obsesiones son obtener un producto que nos interese, atraídos por su tentador precio y por su trabajada publicidad. En estos casos nos cuesta hacer un buen balance sobre lo que realmente hemos gastado ya que para ir a estos grandes supermercados que no están presentes en los pueblos pequeños, tenemos que gastarnos bastante dinero en el transporte.
Lo que realmente deberíamos hacer es mantener una neutralidad que nos conduzca a comprar en ambos lugares: el gran supermercado y en los comercios pequeños.

En conclusión, pienso que nuestros gobiernos deberían poner más hincapié en proteger la pequeña y mediana empresa y nosotros, los consumidores de este sistema, no debemos olvidarnos de participar en actividades comerciales en nuestras localidades en que estas puedan ser de pequeño calibre.

martes, 9 de noviembre de 2010

Impacto de los supermercados en el comercio local.

Tengo cierta curiosidad para saber dónde realizáis las compras habitualmente. Y sin embargo, estoy casi segura de que no me equivocaría en más del 15% de todos vosotros. ¿Eroski quizás? ¿O tal vez Mercadona? El Corte Inglés también podría ser un candidato…
De hecho, estas empresas de consumo, junto con Alcampo y el Corte Inglés, son las cinco grandes cadenas que controlan la distribución de comida en nuestro país. Parece casi escalofriante ser consciente de que tan solo cinco multinacionales controlan el comercio español delante de la gran cantidad de tiendas alternativas que existen.
Si buscamos el origen de este suceso, llegamos a la conclusión de que nosotros mismos nos hemos auto conducido a ésta terrible situación. Pero superficialmente, no somos culpables. No lo somos debido a que en el siglo XXI los consumidores damos especial interés a la comodidad, y como no, es más sencillo ir a una grande superficie donde tienes cualquier producto a tu alcance que ir de tienda en tienda en busca de aquello que te falta para hacer la cena de las nueve. La comodidad, las promociones 2X1 que tanto llaman la atención, los bajos precios… ¡Casi nos consiguen engañar!

La realidad que se esconde tras la creación de éstas multinacionales, sin embargo, no parece ser tan brillante. Miles de familias campesinas, que desde sus inicios se han dedicado a la producción y a la venta de alimentos con la finalidad de subsistir, se están viendo afectados por los grandes supermercados e hipermercados. Debido a la desaparición de la relación directa entre campesino y consumidor y a los bajos precios que les ofrecen las grandes empresas por la compra de sus alimentos, éstos no tienen más remedio que dejar sus cultivos y ponerse a trabajar como empleados en alguna empresa. Su economía se ve gravemente afectada y muchos terminan enterrados por la miseria.
Lo que quizás el Estado, que al fin y al cabo tendría que ser el que pusiese fin a éstos sucesos, no ha pensado, es que si los agricultores españoles dejan de producir, los alimentos tendrán que importarse des del extranjero. ¿Y que humillación más grande hay, como gobernante, que ver a tu país empobreciéndose y a las demás potencias mundiales enriqueciéndose a costa de tus pérdidas en el sector primario?
Además, la importación de productos supone un riesgo y un problema medioambiental, ya que conocemos, por mala suerte, gran cantidad de desgracias relacionadas con vertimientos de productos tóxicos en los mares y emisiones de gases que incrementan el efecto invernadero.

A su vez, los comercios locales, cuáles productos son ligeramente más caros que en los grandes almacenes debido a la relación mucho más equilibrada y justa entre agricultor y comprador, se ven obligados a cerrar y a abandonar sus lugares de trabajo. Según un estudio realizado por la Iowa State University, en un período de tan solo doce años se habían cerrado más del 50% de tiendas locales. Con ello, muchas personas de poca movilidad, ya sea por problemas físicos o por falta de medios de transporte, se han visto olvidadas e ignoradas de ésta red de consumo ya que no tienen facilidad para llegar hasta las grandes superficies normalmente situadas a los alrededores de las grandes ciudades. Incremento de bolsas de plástico, empaquetados, humos liberados mediante la combustión de gasolinas para trasladar la mercancía hasta el hipermercado indicado… son otros de los muchos efectos negativos de ésta sociedad moderna.
Y que no nos intenten hacer creer mediante sus productos de comercio justo y ecológico en sus estantes que no son tan malas como parecen, porque detrás de todos éstos se esconde un negocio alimentado por el interés económico.
De igual modo, también soy consciente de que no vamos a poder cambiar esta sociedad radicalmente. Y es más, si tengo que ser sincera (y de eso se trata) yo también compro en las grandes superficies porque de igual modo que soy consciente de los efectos negativos e intereses capitales que se esconden detrás de éste negocio, también soy consciente de que para los consumidores éstos suponen un beneficio y más en tiempos de crisis. Por eso considero que las mejores actuaciones que podemos llevar a cabo para reducir éstos impactos y que no nos suponen grandes sacrificios ni pérdidas serían, por ejemplo, ejercer un consumo responsable, ayudar a impulsar el comercio local, ir al mercado del pueblo y comprar fruta y verdura para toda la semana y intentar establecer de nuevo una relación más directa entre nosotros y los agricultores, ya que si fuéramos un poco curiosos, deberíamos de estar enterados de qué es lo que consumimos y de donde proviene.

Lídia Puyals Boix

sábado, 30 de octubre de 2010

El peso de las mochilas

De ruedas, con estampados de Spiderman, de Jordi Lavanda, etc. A las nueve de la mañana y a las cinco de la tarde afloran multitud de niños y jóvenes cargando con sus mochilas y llenos de energía. Recuerdo esos tiempos no muy lejanos, siempre en septiembre descubrir nuevos modelos de mochila, con aun olor a libros nuevos. Desafortunadamente, esta distracción, elegir la mochila más “chula”, con el tiempo pierde su sentido estético y se convierte en algo funcional, la que sea más cómoda, la que me permita más espacio, etc. Lo que todos los estudiantes (considerándolos entre primero de primaria hasta segundo de bachiller) tienen grabado en la mente o mejor dicho, en la espalda, es el desmesurado peso de las mochilas.
Estas pesadas mochilas no contienen piedras ni lingotes de oro macizo, sino los libros de cada clase (unas 6 en un día) y las respectivas libretas cuadriculadas, con el plus del estuche (en primaria con millones de lápices y rotuladores, en secundaria con compases, reglas y correctores) y la agenda.

El otro día 10 de octubre, el diario 20 minutos publicó un alarmante artículo en el que se recomendaba que las mochilas deberían determinarse según las características físicas de cada alumno, pues la Sociedad Científica Española de Enfermería Escolar asegura que llevar más del 15% de tu peso en las espaldas suele causar problemas musculares y sobrecargas, de las que un 60% de estudiantes se quejan. También el hecho que la mochila tenga un tamaño superior al de la espalda, tiene efectos negativos, como el sedentarismo, la falta de práctica de deporte e incluso llevar durante muchos años la misma mochila.
Otro de los problemas que recientes estudios han podido comprobar es que más de la mitad de los escolares de entre 13 y 15 años sufre problemas de espaldas y más del 40% de menores de 11 años sufren también este tipo de patologías. Entre estas alteraciones de la columna vertebral más comunes entre los escolares son acortamiento de la musculatura isquiotibial, por delante del aumento de la curvatura lumbar y la presencia de una escoliosis. A largo plazo aún se desconoce sus efectos, que podrían ser la agravación de las nombradas patologías
Contra todos estos graves problemas ocasionados por un mal uso o sobrecarga de los niños, los expertos recomiendan reducir notablemente el peso de las mochilas, uso de tiras que se abrochen al pecho o abdomen, distribuir mejor los objetos y pesos dentro de la bolsa, que estas lleven almohadillas, y la correcta colocación sobre los dos hombros y apoyadura sobre la zona dorsal (y no lumbar como se suele llevar).
Aún así, estas recomendaciones son de difícil aplicación ya que con tanto material escolar, se necesitan sacos cada vez más grandes, y al mismo tiempo, factores indirectos como las modas de llevar la mochila caída o apoyada a solo un hombro, la incorrecta postura del cuerpo al sentarse en una silla (como la de las aulas o en casa mismo) o la preferencia del televisor y los videojuegos en vez de las actividades deportivas, también determinan mucho el estado de la espalda en los jóvenes.

En mi opinión, se debería insistir más en esta cuestión que parece tan insubstancial para nuestra sociedad, que es nuestra salud y la salud del futura, ya que la espalda, la columna vertebral, es un elemento muy importante para la vida y su óptimo desarrollo, no solo el equilibrio y los movimientos vienen dados por nuestras vertebras, si no el sistema nervioso y la sustentación del cráneo. Si estas importantes funciones no se pueden llevar a cabo correctamente, sea por un exceso de peso en los niños y niñas o una mala postura de sentarse, con el tiempo tendrá graves derivaciones y afectaciones por todo el cuerpo.

L.

jueves, 28 de octubre de 2010

El peso de las mochilas

Hace poco menos de siete años (y ya casi me parece una eternidad) era de lo más frecuente ver circular a niños y niñas de primaria con aquellas mochilas que llevaban empotradas dos ruedecillas de lo más pequeñas i una varilla que permitía llevar la cartera en las espaldas o arrastrándola por el suelo. Hace poco menos de siete años los más pequeños esperaban con ansias la llegada del colegio y con ello elegir entre la gran variedad de estampados y colores (rosas, de la Barbie, con coches y motos dibujadas…) que éste pequeño invento permitía.
Sin embargo, hoy hace ya siete años en que rara es la vez en que puedas toparte con una de éstas y con su curioso sonido de las ruedas deslizándose por los suelos más rugosos. ¿Qué pasó con las viejas y cómodas mochilas? Simplemente, pasaron de moda. Y con ellas, todas las comodidades. Parece casi contradictorio ver que, en este aspecto, en lugar de avanzar a través de la comodidad parece como si estuviéramos rehaciendo el camino del pasado. Y nuestra espalda lo nota.
Nueve quilos. ¿Es racional que un niño de veinte quilos lleve a sus espaldas casi la mitad de su peso? Por supuesto que no. De hecho, varios estudios realizados por la OMC (Organización Médica Colegial) entre la población infantil de nuestro país ha dado a conocer datos realmente escalofriantes. Más de la mitad de los niños españoles han sufrido dolores de espalda sin haber superado aún los quince años de edad, dolores propios de una persona adulta. Alteraciones de la columna vertebral, aumento de la curvatura lumbar, acortamiento de la musculatura… y como éstas otras muchas patologías que sufren nuestros estudiantes y que pueden derivar fácilmente a problemas de mayor intensidad en edades avanzadas. Un dato curioso es el hecho de que se ha puesto de moda llevar la mochila colgada solo de un hombro. Según médicos expertos, ésta es una verdadera tortura para nuestros músculos.
Actualmente, con el fin de reducir el peso de las mochilas escolares, se ha instaurado un nuevo sistema: los ordenadores portátiles que la Generalitat atorga a los estudiantes de la ESO. Si bien éstos reducen considerablemente el peso de las carteras, no considero que sean adecuados y mucho menos útiles. Mayormente son una distracción más para los alumnos además de no potenciar para nada la escritura. Y no siempre funcionan correctamente, de modo que muchas veces algunos alumnos se quedan sin poder seguir adequadamente alguna de las materias.

Desde mi punto de vista, creo que es especialmente necesario el control por parte de los padres de los más pequeños para así evitar que éstos lleven demasiado peso en sus mochilas. Además, sería muy correcto concienciar a los estudiantes de todas las edades sobre los posibles problemas físicos que pueden padecer. Otra solución (y que hasta la fecha aún no se ha aplicado en nuestro centro) sería el hecho de colocar casilleros en las aulas con el fin de dejar parte del material (mayoritariamente los libros de texto) que no necesitemos utilizar para hacer los deberes propuestos.

Personalmente, creo que éste es un tema sumamente importante al que no se le presta la atención necesaria. Entre todos deberíamos intentar mejorar los hábitos estudiantiles españoles y con ello lograr evitar gran cantidad de patologías infantiles. La salud de los niños y de los adolescentes es la salud del futuro, con lo que no es ninguna tontería invertirle nuestro tiempo.
Lídia Puyals Boix

El peso de las mochilas

Actualmente, un alumno que estudia en el instituto lleva todos los días una cantidad de libros considerable en su mochila.
Si nos remontamos a mediados de siglo XX, los alumnos llevaban únicamente uno o dos libros que contenían todo el temario.

El echo de que los alumnos lleven encima una gran cantidad de libros obliga a muchos institutos a instalar taquillas para que los estudiantes puedan depositar su material y de esta manera lleven menos peso en sus espaldas. Es cierto que las taquillas son útiles, pero los alumnos la mayoría de los días necesitan llevarse a casa sus libros, ya sea para hacer deberes o para estudiar con ellos, así que el echo de que un instituto tenga taquillas normalmente no evita que los alumnos vuelvan hacia sus casas con un peso ligero en sus mochilas.

En mi opinión es muy perjudicial que los alumnos lleven mucho peso en la mochila, a causa de esto muchos estudiantes padecen de dolor en la espalda, ya sea por el peso excesivo de sus libros o por llevar la mochila mal colocada.

Creo que el Estado tendría que evitar que los alumnos lleven a sus centros un gran nombre de libros cada día, es cierto que actualmente se está fomentando el uso de los libros digitales, en los que los alumnos llevan al instituto un ordenador portátil que les otorga Enseñamiento que contiene estos libros .Esto permite que no lleven mucho peso en su mochila, pero no soy partidario del uso de ellos por la razón de que el ordenador distrae a los alumnos, de manera que no siguen la explicación del profesor.

Soy partidario de buscar otra alternativa, que podría ser que los profesores realizasen las clases con esquemas en la pizarra o entregando fotocopias a sus alumnos, de esta manera ellos tendrían que prestar una mayor atención en las clases y tomar apuntes en sus cuadernos. Esto ayudaría a los alumnos a obtener mejores resultados en sus exámenes.

En conclusión, creo que el Estado tendría que elaborar una nueva ley para terminar con el uso de los libros de texto ya que el peso de ellos es perjudicial para los estudiantes y buscar alternativas que podrían ser un aumento del uso de esquemas y repartición de fotocopias en las diversas clases por parte de los profesores.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El peso de las mochilas escolares
Los alumnos, se están encontrando en estos últimos tiempos en un problema inesperado y éste es el peso de las mochilas escolares.
Según los médicos especializados en los huesos, debería de tener como máximo de peso, un diez o un quince por ciento del total del peso del alumno. Por ejemplo, si el alumno pesa cuarenta quilos, el peso de la mochila debería de tener entre cuatro y cuatro quilos y medio. Esto es lo que tendría que ser, pero la cruda realidad, nos muestra que el peso de la mochila, incluso llega a superar el treinta i cinco por ciento del peso total de un alumno, por lo tanto, los problemas de espalda en años posteriores estarán asegurados.
En el caso de los niños, el cincuenta por ciento de la población de alumnos españoles ha tenido algún problema en la espalda hasta la edad de quince años y en el caso de las alumnas, el setenta por ciento de las chicas menores de quince años ha tenido problemas de espalda leves y en algunos casos serios.
Se han buscado diferentes soluciones, pero siempre sin ningún éxito detrás.
Las últimas soluciones han sido que los alumnos lleven en vez de libros de texto, un mini-ordenador por tal de moderar el peso.
La última solución de todas, pero, fue que en vez de tener un libro por curso y por asignatura, los alumnos tendrían un libro por trimestre y el peso se reduciría mucho. Las estadísticas confirman que se reduce hasta cinco quilos por día i unos novecientos siete por curso.
Son buenas soluciones la verdad, pero necesitamos urgentemente una solución de verdad, que ayude de verdad a los jóvenes y no comiencen a una edad tan joven a generar problemas en la espalda, ya que la espalda, la podríamos considerar la pieza clave para la estabilidad de los humanos, por la tanto es clave la buena formación de ella en esta corta edad de los alumnos.


FERRAN

EL PESO DE LAS MOCHILAS

El estudiante actual de instituto tiene que llevar consigo una gran cantidad de libros de texto para poder llevar a cabo un buen aprendizaje.
A mediados del siglo XX los alumnos iban a escuela con una cantidad menor de libros ya que en aquella época las leyes educativas exigían englobar el temario de las diversas asignaturas de la docencia primaria y secundaria en uno o dos libros únicamente. Cabe destacar también, que tanto el maestro y los alumnos de antaño probablemente usaban más variantes en lo que se refiere a material didáctico complementario para la enseñanza de las diversas materias.
Los alumnos que nacieron a finales de siglo, se caracterizan por haber llevado o transportar una cantidad exagerada de libros diariamente. Este hecho ocurre en muchos colegios que no disponen de taquillas y cuyos alumnos no se sienten seguros dejando su caro material escolar dentro de la escuela.
En mi opinión, todos los institutos españoles deberían poseer taquillas para que todos los estudiantes pudiesen guardar sus libros de forma segura en sus respectivos centros.
Muchos días el peso de nuestras mochilas es excesivo y a causa de esto, algunos alumnos padecen severos dolores de espalda que muchas veces aparecen por culpa de malas posturas o bien por un peso extremado para algunos alumnos.
Bajo mi punto de vista, los organismos políticos que rigen nuestra educación, han de obligar duramente, a instalar taquillas para todos los alumnos que quieran usarlas, recomendar a los alumnos que sean selectivos a la hora de elegir los libros de cada día, enseñar a los alumnos los problemas que conllevan las malas posturas, la descompensación provocada por llevar la mochila torcida o de forma asimétrica ( llevada sólo colgando por un hombro) y finalmente, motivar al personal docente para que den sus clases más preparadas, utilizando esquemas, y entonces los alumnos tomen nota de lo que el profesor dice sin el uso de tantos libros, así pues solamente haría falta usar pequeños libros de actividades, más resumidos y más baratos. Otra alternativa que se está llevando a cabo actualmente es el uso de los ordenadores portátiles, así pues reduciendo el peso de la mochila y concentrando todas las materias en una pieza.

En conclusión, pienso que hay que fomentar el usos de nuevas tecnologías, un trabajo más natural por parte de los profesores y la creación de libros más ligeros con el fin de reducir la pesadez de las mochilas su consiguiente dolor de espalda y así garantizar una salud global de nuestra juventud.

lunes, 18 de octubre de 2010

La selectividad.

Este año, estoy cursando segundo de bachillerato. Yo y todos los alumnos que nos encontramos frente a esta situación, a finales de este curso tendremos que enfrentarnos a la selectividad.
La selectividad consiste en realizar una prueva escrita ( y pasarla, a poder ser) de cada una de las materias que hemos cursado durante el Bachillerato.
Esta prueva es importante porque las notas obtenidas en la selectividad junto con las notas de bachillerato decidirán si estamos suficientemente capacitados para entrar en la universidad.
Y esto no es todo, hay algunos grados que tienen una alta demanda, pero la oferta no puede satisfacer a todos quienes quieren entrar en dicho grado.
Dado que la selectividad consiste en pasar todos los exámenes en tan sólo tres días, a menudo los estudiante no pueden mantener el rendimiento intelectual, y las notas de selectividad provocan que su media educativa disminuya.
Por este motivo, muchos alumnos se juegan en la selectividad la entrada al grado que quieren cursar, y en caso negativo, tendrán que elegir otro grado y consecuentemente otro futuro.
A menudo, se oye que la selectividad esta mal formulada, porque somete a los alumnos a una alta presión, y, como ya he nombrado anteriormente, el rendimiento de los alumnos puede verse afectado, además que los nervios pueden jugar una mala pasada al estudiante.
No obstante, opino que la selectividad es un buen método de someter a todos los estudiantes bajo las mismas condiciones y comprobar si tienen la suficiente madurez y los conocimientos necesarios para entrar en la universidad y comenzar una nueva etapa en su vida académica.
Como todos los alumnos, tan sólo pensar en la selectividad me corre un miedo y unos nervios que me hacen temblar, pero me consuela pensar que casi todos los alumnos que se presentan (90% aproximadamente) consiguen aprobarla, y tan solo depende de mi trabajo día tras día el hecho que pueda sacármela para poder entrar en el grado que escojan.
Mi caso es un poco complejo porque aún no tengo claro cual será el grado que yo cursaré, así que necesito sacar las mejores notas que pueda para no encontrarme con problemas a la hora de elegir.
A pesar de todo, la selectividad tan sólo es una prueba mas en nuestras vidas, y por lo tanto debemos afrontarla con la máxima madurez posible.

sábado, 16 de octubre de 2010

La selectividad

El próximo mes de junio, los alumnos de segundo de bachiller tendrán que examinarse de un séquito de asignaturas para lograr la puntuación para acceder a la carrera y universidad que se desea: la selectividad o cómo dicen los más “vanguardistas”, las PAU. La convocatoria dura tres días en los cuales el estudiante debe examinarse de asignaturas troncales (castellano, catalán, matemáticas o latín, lengua extranjera y una comodín) para obtener unos mínimos, pero además están las opcionales, que te permiten sacar una nota más buena, opción ideal para esas carreras como publicidad, medicina, aeronáutica, en que la nota es muy elevada. Este evento culmina en la agenda escolar de los jóvenes españoles, es su meta. El concepto de bachiller vendría a ser la preparación cultural y personal para aprobar estos tres días y luego la vida en si.

¿Es un buen sistema, avaluar y determinar el futuro de los jóvenes en un solo examen de una materia que llevan estudiando más de tres horas diarias durante dos años?

Mucha gente maldice de ella, otros creen que sin ella, la sociedad funcionaria a golpe de talonario (¿no lo hace ahora?). Defensores y acusadores, ¿Quién tiene la razón de este asunto?

Durante dos cursos de bachillerato, y todo el recorrido de la primaria y la secundaria, los alumnos han adquirido muchos conocimientos, aprendizajes e incluso lecciones de moral, ética, frutos muy útiles para el futuro de cada individuo. Pero independientemente de esta evaluación continuada, aunque poco inducida y muy facilitada (esto ya vendría a ser divagar sobre el bajo nivel de la educación en el estado español), al final del camino está un duro golpe. Con solo un examen de cada materia, está en juego todos los años invertidos, hayan sido productivos o no. Se sabe que solo un 5% de los que se presentan en junio suspenden, pero la preocupación ya está extendida. Los nervios y las prisas siempre juegan malas pasadas, y no solo suspender puede influir en el porvenir, si sacas notas inferiores a las que necesitas te puedes quedar en las puertas de tus expectativas. Es un poco melodramático el tono, pero se te pueden romper los sueños que de pequeño habías idealizado. Este inconveniente ha sido muchas veces discutido, en buscar otro sistema de clasificación de los estudiantes menos terrorífico, en que se pueda observar el progreso del alumno y no solo su total de sabiduría, pero por muchas razones, que son las ventajas de la misma selectividad, no se ha cambiado.

Y una de esas ventajas es la imparcialidad que proporciona una prueba a la multitud con igualdad de condiciones (exceptuando los que llevan chuletas). Se da por sentado que los docentes habrán realizado correctamente su trabajo mostrando los apartados de sus asignaturas más destacables por sus futuros y que entran en las PAU. Los chicos y chicas tienes un mes para repasar estos apuntes y prepararse. Pero no solo se avalúa el cuerpo de conocimiento, sino la madurez del joven, comprender artículos periodísticos, científicos, literarios, históricos, etc. Tres días llenos de exámenes es una sobrecarga, pero a la que también se ha preparado durante estos años. Es como la última lección de los dieciocho años, el último adiós de unos profesores e instituto que te han visto crecer y evolucionar, cada cambio de pensamiento ( que en la juventud son mayormente radicales), cada cambio de letra, cada mal y buen momento. En la selectividad, al igual que en la universidad, este contacto se pierde, es como una transición comprimida y muy concentrada, en la que pasas a ser tu quien te preparas los trabajos y exámenes y no el profesor, porque se tiene que ser maduro y sobretodo, adulto (con todo lo que eso conlleva, no solo el carnet de conducir y la emancipación de casa). Si estás preparado para esta nueva etapa de los seres humanos, estarás a la altura para cumplir tus expectativas personales y conseguir un futuro laboral que te guste y te permita vivir dignamente, si no, serás el 5% que suspende la selectividad o bien la mayoría de los estudiantes que no pueden cursar la carrera deseada y que pasa un verano agridulce.

En mi opinión, es un sistema más de clasificación de forma discriminativa, pero necesario para distribuir objetivamente a cada uno en su sitio. Las clasificaciones, suelen dejar algunas caras tristes y otras contentas. A mí me pasaba cuando elegían los equipos en un juego, cuando no estaba con alguna amiga, me sentía más desmotivada. Pero siempre se remonta afortunadamente. Lo que se debe hacer es esperar, no con las manos cerradas sino con las mentes y libros abiertos, a que lleguen esos dichosos días. Lo que venga después, será una valoración e incluso recomendación de nuestro futuro, aunque nos duela en el corazón. Para no descorazonar tanto, a esos que ven mal la selectividad, vale recordar que solo es el 40% de la nota total que te permite entrar a la universidad.
LA SELECTIVIDAD
La selectividad es el examen de selección a los que estamos sometidos al final de segundo de bachillerato. El examen consiste en una evaluación sobre los diferentes temas en los que has trabajado durante el bachillerato, separándose entre comunes y obligatorias o opcionales y no obligatorias.
Durante el paso del tiempo la selectividad ha ido variando su formato, hasta llegar a la reforma del 2010, en que las opciones de aprobar el examen son muy elevadas, por este motivo también, las notas de corte para entrar en las carreras, han subido bastante, debido también a la presencia de los famosos grados medios y grados superiores.
Actualmente en la nueva reforma de selectividad, los exámenes se dividen en comunes o específicos. Dentro de los comunes hay entre cuatro y cinco exámenes, dependiendo si el alumno vive en una comunidad con una lengua propia como el catalán, o no tenga otra lengua que no sea el castellano.
En las específicas, la finalidad es subir hasta cuatro puntos de la nota, por eso actualmente la selectividad puede llegar hasta los 14 puntos. En las especificas, hay una ponderación en la nota del 0,1 o el 0,2 de aumento de nota, dependiendo de la modalidad de bachillerato que haya echo el alumno y lo que quiera hacer en un futuro.
En mi opinión, esta nueva forma de examinar es positiva, ya que las opciones de aprobar son muy altas, aunque si es verdad, que bajaría n poco la exigencia de las universidades, para así poder entrar más estudiantes para aspirar a un futuro mejor.

FERRAN BOCHACA

viernes, 15 de octubre de 2010

Selectividad

Son las seis de la mañana abro los ojos y pienso cinco minutos más, pero ¡no! No puedo dormirme hoy. Así que decido vestir-me comer algo y cepillarme los dientes y salir por la puerta a coger el autobús que me llevará a Lleida. Llego al autobús miro todo lo que llevo en mi bolso y mi única arma letal es un triste bolígrafo. ¿Seguro que ahora pensaras un bolígrafo para qué? Pues para enfrentarme a ese temible examen al que todo el mundo le tiene miedo, el examen que decide tu futuro, tu libertad o tu amargo, sí, la selectividad. Cada persona la vive de una manera y lo cierto es que no hay palabras para describir los nervios que se sienten, todavía no he tenido esa experiencia pero espero tenerla este año por fin.
Enfrentar-se en tan solo tres días a los exámenes más importantes de tu vida, y examinándote de tus conocimientos pone taquicárdico a cualquiera, bajo mi punto de vista es el examen más “heavy” que nunca haya podido ver, todo juega en tu contra, un lugar desconocido, la gente que te rodea, el examen, los correctores, la silla, todo es distinto menos tú, pero tu tampoco eres igual que siempre ya que tienes mucha presión y los nervios juegan en tu contra.
En fin es una prueba por la cual debemos pasar todos los estudiantes de bachillerato si queremos ir a la universidad y no hay ningún remedio. Esperemos que sea lo más fácil posible que los nervios no nos traicionen y que el maldito bolígrafo no tiemble a la hora de escribir, y lo más importante que no se le acabe la tinta.

Hawking niega la existencia de dios

Stephen Hawking niega la existencia de dios

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha basado su existencia y todas aquellas cuestiones irresolutas en explicaciones esotéricas y alegóricas, sin fundamento. Los que primero fueron mitos se fueron convirtiendo en afinidades divinas, a esos misterios se les atribuyeron dioses y así fueron naciendo las religiones. Dogmas basados en deidades efímeras y metafísicas que se encargaban de rellenar ese vacío que tanto perturbaba al hombre, la verdad sobre su existencia.

Las religiones se mantuvieron durante siglos dando testimonio de una verdad que nadie había visto, de algo que nadie había comprobado. Más tarde, con el transcurrir del tiempo, nació la ciencia, una rama que parecía podía explicar los mas enmarañados enigmas que durante mucho tiempo se pensaban eran “obra de dios”. El hombre fue descubriendo, poco a poco, que los misterios que lo trastornaban tenían explicación y que, mediante el método científico, la experimentación y la observación, la realidad se iba descomponiendo ante sus ojos, adquiriendo formas que podía entender.

Hawking, en su nuevo libro The Grand Design, afirma que la teoría de un dios creador ya no es necesaria y que el Big Bang “fue consecuencia inevitable de las leyes de la física”. Pero el no fue el primero. Si nos remontamos a los tiempos de la Grecia antigua encontraremos personajes como Protágoras o Demócrito que ya basaban sus teorías en temáticas seculares. Entonces ¿de dónde proviene tanta controversia? Hawking ya había asegurado, en su más célebre trabajo: Breve historia del tiempo, que aquella bola de energía que dio origen al universo era compatible con la idea de un “Dieos creador”. Hawking atribuye este drástico cambio en su teoría a pruebas, según él, contundentes que asestan a la omisión de dicho dios. Plantea que la observación en 1992 de un planeta que giraba en torno a una estrella distinta a nuestro sol fue una prueba decisiva. “Eso hace que las coincidencias de las condiciones planetarias de nuestro sistema, la feliz combinación de distancia Tierra-Sol y masa solar sean mucho menos singulares y no tan determinantes como prueba de que la Tierra fue cuidadosamente diseñada para solaz de los humanos”.

A medida que la tecnología y la ciencia avanzan el hombre se va alejando cada vez mas de una visión teológica de la realidad, pero ¿qué es la religión sino una forma de explicar todo aquello que aun no conocemos? La respuesta a esta pregunta está a jurisdicción de cada individuo, pero está claro que la humanidad no es la misma que hace 500 o hasta 2000 años.

jueves, 14 de octubre de 2010

Selectividad

Las pruebas de acceso a la universidad son una serie de exámenes a los se deben enfrentar los estudiantes que desean acceder a estudios universitarios. La selectividad, como la gran mayoría de las cosas, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

En mi opinión, la selectividad es más positiva que negativa, sin dicha prueba los alumnos que estudian en institutos privados conseguirían la mayor parte de plazas universitarias, estos, pagando, obtienen las mejores calificaciones.
En cambio, son la selectividad, existe una igualdad de condiciones en que todos los alumnos, ya estudien en institutos privados o públicos, acceden a la universidad por sus conocimientos o habilidades y no por otras razones como por ejemplo las económicas.

Centrándonos en el aspecto negativo que tiene la selectividad, consigue que profesores y alumnos lleven un nivel de estrés elevado en su interior durante todo el curso, los profesores deben acelerar el ritmo de sus clases para poder dar el temario a sus alumnos de todo lo que entra en Selectividad, convierten el curso de segundo de bachillerato en una preparación para la selectividad y no permite tratar otros conceptos propios del bachillerato. Además, estas pruebas crean un grado de nerviosismo muy elevado en muchos alumnos, dependen de décimas para acceder a las carreras que desean y eso es motivo de mucha presión, los estudiantes que acuden a estas pruebas más relajados tienden a ser los mejor cualificados.

En conclusión creo que es una prueba positiva, ya que ofrece igualdad para todos los estudiantes, pero somete a estos a mucha presión, que puede suponer el echo de no acceder a la carrera que deseen en caso de no obtener la nota necesaria.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La Selectividad

Segundo de bachillerato es un año crítico para gran parte de los estudiantes de secundaria. En primero aún podías arrebatar unos minutos al profesor contándole alguna anécdota, pero en segundo estos minutos se traducen en un tiempo muy valioso. Tiempo valioso para que tus docentes te preparen correctamente para la gran y temida prueba: la selectividad.
La selectividad es una prueba mediante la cual se evalúan los conocimientos adquiridos por los estudiantes a lo largo de la educación primaria y secundaria, dando lugar a una nota mediante la cual se puede (o no) acceder a la Universidad y a la carrera decidida por el alumno anteriormente.

Desde mi punto de vista, la selectividad tiene sus pros y sus contras.

Por un lado, me parece bien que se siga un procedimiento común y estándar para todos los estudiantes ya que es la única forma de evaluar de forma objetiva sus conocimientos, si bien todos sabemos que muchas veces el nivel de conocimiento varía ligeramente según el centro académico en el que hayas finalizado tus estudios. La selectividad es un buen método para evitar el colapso de las universidades y para regular el número de personas que quieran estudiar una misma carrera. Además, muchas veces la selectividad define el lindar entre lo que pueda que consigas terminar con satisfacción o lo que de algún modo no está hecho para ti. Por ejemplo, alguien que haya terminado la secundaria con un cinco difícilmente podrá llegar a terminar una carrera donde se requieran grandes habilidades (derecho, ingeniería aeronáutica, medicina…). Por lo tanto, te puede ayudar a elegir una carrera que se adapte a tus necesidades.

Por otro lado, no encuentro justo que, después de dieciséis años de estudio continuado, te juegues todo tu futuro en un único examen y en una única nota. Se supone que si has llegado hasta este punto significa que estás suficientemente capacitado como para empezar una carrera cualquiera… ¿o no es suficiente con todo esto? Todos estos años preparándonos para la selectividad y resulta que, debido al nerviosismo, el estrés y la ansiedad antes de entrar a hacer el examen, nuestra mente es incapaz de concentrarse hasta llegar incluso a quedarse en blanco y la hija que desde pequeña quería estudiar arquitectura va a tener que pasar el mal trago de ver su sueño frustrado por ése examen tipo test que le restó dos puntos de su nota. Por esas razones, es frecuente plantearse la selectividad como una cuestión de todo o nada.

En conclusión, considero que la Selectividad es una prueba necesaria para poder asegurar que los estudiantes evaluados tengan los conocimientos mínimos y sean aptos para su ingreso en la universidad, pero pienso también que no debería ser tan eliminatoria y crucial. Las décimas deberían de no ser tan rigurosas, pues muchas veces por una décima algunos estudiantes excelentes han visto desvanecer su sueño.

LA SELECTIVIDAD

La Selectividad o pruebas de aptitud para el acceso a las universidades, son un conjunto de exámenes con el fin de evaluar, con objetividad, la madurez y los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida académica de los alumnos, para luego, también, observar la capacidad de continuar los estudios universitarios. Estas pruebas se realizan al final del segundo curso de Bachillerato.
Aunque en la mayoría de los casos, los alumnos del último curso de bachillerato, puedan sentirse muy presionados y llenos de tareas durante todo el curso y, aún más, las últimas semanas antes de los exámenes, la existencia de estas pruebas es muy importante. Como todo, tiene argumentos a favor y otros menos favorables, pero si hacemos una valoración más objetiva, es una prueba necesaria para seguir con nuestros estudios.

Como ya he explicado, estas pruebas consisten en evaluar los conocimientos de los estudiantes adquiridos durante su vida académica, sobretodo el último curso. Por este motivo, quizás, esas últimas semanas antes del examen, son el período de más estrés y dedicación a la hora de ponerse a estudiar, añadiéndole que, el día de los exámenes, se tienen que evaluar de entre 2 y 4 asignaturas, hecho que hace que lleguemos a odiar esos días.
Pero dejando a un lado el estrés y el montón de tareas que esto provoca. La selectividad es un bien para todos, ya que permite que los alumnos que se han esforzado y han dado todo lo que han podido, van a tener una buena formación académica en un buen sitio, entre comillas, y dedicado a la vocación profesional que elijan.

En mi opinión, la selectividad es una prueba necesaria, ya que ayuda a los estudiantes que se han esforzado siempre y con constancia a conseguir todo lo que se merecen y que otras personas que quizás no se hayan esforzado demasiado no pasen por delante ni tampoco las personas que con más poder económico puedan solucionar sus estudios con el dinero que quizás otros no puedan dar. Pero como llevo mucho tiempo pensando, quizás si no se tuvieran que hacer tantos exámenes en un mismo día, el rendimiento y las ganas de hacer la prueba serian más elevadas.

LA SELECTIVIDAD

La mayoría de los alumnos que obtienen el título de bachillerato se presentan a las famosas pruebas de acceso a la universidad, también llamada selectividad.
En mi opinión, la selectividad es muy positiva para los alumnos que proceden de institutos públicos. Pero como todas las cosas tiene su parte negativa que es sobretodo el estrés que conlleva hacer este examen y el olvido de los valores esenciales de la educación por parte de los alumnos.

Por un lado, analizando la parte positiva de la selectividad, cabe mencionar que sin ella, los alumnos que estudian en institutos privados ocuparían gran parte de las plazas universitarias ya que estos, a golpe de talonario, son los que obtienen las notas más altas. Pienso que es una gran oportunidad que nos ofrece el estado para acceder, con igualdad de condiciones, a los estudios universitarios. Así pues, podemos definir la selectividad como una prueba niveladora, una prueba que si va bien permite el acceso a los grados más deseados, seas rico o pobre o paupérrimo.

Por otro lado, observando el ambiente hostil que se genera en torno a la selectividad, podemos decir que esta prueba final, centra, exclusivamente, a tanto profesores como alumnos a priorizar una buena preparación para las PAU que a los conocimientos esenciales del bachillerato, así pues, el cursos se convierte en una lucha por la nota, en la cal algunas personas con ánimo de nota no les importa perjudicar a la otra gente del entorno. Aunque el horario de las pruebas es óptimo, los alumnos están sometidos al estrés y a los nervios, hecho que, a pesar de la buena preparación académica de los alumnos, puede llevar a estos al fracaso. En definitiva, la selectividad a parte de ser un examen donde tu muestras tus conocimientos, es un examen donde gana la gente serena, relajada y con las ideas claras.

En conclusión, creo que es una prueba muy importante para asegurar el acceso a la universidad por parte de los alumnos de colegios públicos pero que tiene unos matices negativos que pueden condicionar de forma desgraciada tu vida; tiene el defecto de la conversión del ambiente educativo al de la supervivencia y por último crea un estrés y unos nervios que perjudican fuertemente a los alumnos.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Dios no existe

Hace unos días, el científico británico Stephen Hawkins afirmo públicamente que Dios no existe. Como era de prever su frase genero mucha polémica, ya que mas del 80% de la población mundial cree en la existencia de un ser superior. Probablemente para mucha gente de nuestro estado, sobretodo gente joven, esta frase no tenga trascendencia, ya que vivimos en un estado laico, pero para la gran parte del mundo tiene una gran trascendencia esta afirmación.

Cuando era pequeño en la escuela me contaron que una fuerza divina llamada Dios creo el mundo en menos de una semana, yo alucinaba. A medida que fui creciendo, me di cuenta de lo inocente que era de pequeño, como todos supongo, entonces descubrí que existían diversas teorías científicas razonables y que se podían demostrar a diferencia de la teoría del creacionismo.

Estoy totalmente de acuerdo con Hawkins, la ciencia explica lo que se propone mediante teorías que están comprobadas, aunque mucha gente no piensa esto, ya que cree en una fuerza superior capaz de resolver todos los problemas y ayudarles en todo momento. Hay que respetar todas las opiniones, pero obviamente, si Dios existiera, ¿ocurrirían desastres como el de Haití?

No conocía a este científico, pero es de admirar, no todo el mundo se atreve a afirmar una cosas así, en Estados Unidos, en las aulas de las escuelas esta prohibido explicar la teoría darvinista, encuentro lamentable que en pleno siglo XXI no se pueda contar una teoría que esta demostrada.

En conclusión creo que esta sentencia tendría que hacer reflexionar a la población mundial, mucha gente podría abrir los ojos, nunca es tarde.

miércoles, 29 de septiembre de 2010


"DIOS NO EXISTE"
Hace unos días, Stephen Hawkings, físico, cosmólogo y divulgador científico del Reino Unido, afirmó que Dios no existe en los medios de comunicación. Como es lógico, creo una gran polémica, pues ya no hablamos de cristianismo o judaísmo, sino de la creencia de un ser superior de un 85% de la población mundial. Y nos preguntamos, ¿existe Diós? ¿Nos lo puede demostrar la ciencia?
Desde ya la Prehistoria, los seres humanos, antes del homo sapiens sapiens incluso, ya tenían sus primeras y primitivas religiones y sacrificios, simples indicios de lo que vino más tarde. De hecho, en los yacimientos de Atapuerca, se encontraron fosas con huesos humanos que servían de alimento (el homo antecesor era caníbal) y de ritual para sus divinidades. Estas divinidades no tenían nada que ver con la moral y la ética, sino en los fenómenos y elementos la natura que determinaban su supervivencia o no, como las lluvias, la luna, la caza o el fuego.
Más tarde civilizaciones como la egipcia perfeccionaron estas creencias mitológicas personificando estas divinidades, con historias, relaciones entre ellos y sus iras y bondades. Curiosamente, el faraón, el que gobernaba en todo Egipto y parte de Etiopia, era uno más de ellos, y por tanto su presencia debía ser temida y admirada. Es en este momento que la creencia paso a ser una religión, con templos y tumbas mastodontes y sacerdotes que dominaban los venenos y las curas. Uno de sus rituales más famosos ya sea por el cine o la morbosidad de los tesoros que había, es la momificación, que consistía extraer los órganos vitales (hígado, cerebro, vísceras y páncreas) del muerto embalsamado y mantenían en él el corazón, que sería pesado en una balanza. Si su peso era más ligero que la pluma de Isis (la justicia) iba al paraíso, sino, era devorado por un animal monstruoso.
En Grecia ocurre un gran cambio que viene dado por unos parámetros que estas islas repartidas por el Mediterráneo poseían a diferencia de las otras grandes civilizaciones de la época antigua: no tenían un rey poderoso, sus dioses habían perdido su autoridad a causa de sus pecados, ambiciones y mala imagen y grandes comerciantes (Tales de Milet entre otros) trajeron de sus viajes por Persia, Egipto y otras civilizaciones avances técnicos y tecnológicos. En ese momento los sabios de entonces deciden poner un orden a todo ese caos que veían, contestarse sus preguntas sobre la natura, que antes habían simplificado con mitos y leyendas que contaban los oráculos. Sus descubrimientos, basados en la observación y el experimento recuerdan al después llamado método científico. Poco a poco, la mentalidad va cambiando , la curiosidad y la libertad de pensamiento surge. Pero todos esos avances de pensamiento quedan cortados secamente por personajes como Pitágoras y Platón, cuya forma de entender el saber es mediante la reflexión y la meditación, cerrando los ojos a la madre naturaleza y al ser humanos, prefiriendo la perfecta divinidad, privando de sus ciencias (geometría y matemáticas) a los que no seguían su secta.
Es así como durante prácticamente toda la Edad Media, las ideas de Platón fueron las ideas que se insirieron a las religiones monoteístas. Sobre todo en el cristianismo. En ese momento de la historia se cometieron autenticas aberraciones por defender dioses y religiones que en realidad son hermanas, castigando a las mujeres que no seguían su doctrina estrictamente y a los librepensadores. Solo algunos sectores de la iglesia continuaron la tradición científica guardando pergaminos y traduciéndolos.
Hasta la Revolución Industrial donde cada vez la religión va perdiendo fuerzas, los jóvenes creen el progreso, la tecnología, la ciencia. Porque esta les permite innovar, sacar productos nuevos y más eficaces, en definitiva, estrategias comerciales.
En nuestro mundo, en Europa y América del Norte, se vive de la ciencia. De la medicina, de la tecnología, de la informática, etc. I lo único que lo cambia, es que creemos en otros postulados, en la ley máxima de la gravedad, de la dinámica de cuerpos, de la relatividad, que igual que la presencia de fuerzas sobrenaturales, falta pruebas no empíricas, que están en recerca en centros como el CERN. Porque el ser humano tiene un cerebro complejo que lo dota de consciencia, autoconsciencia, y sobre todo: curiosidad. Esto es lo que nos lleva a creer en Jesús, los duendes verdes o la Evolución de Darwin.
La importancia, que ni Hawkings ni Rouco Varela han sabido ver no es la existencia de una o de la otra, no tienen que ser porque polos que se repelan, sino mirarlo con tolerancia porque cada uno es libre de creer y pensar lo que crea más interesante. La ciencia nos ayuda a ir más lejos porque sus cálculos y hipótesis nos responden con más claridad, pero cuando uno está en situaciones límite, sin medios para alcanzar conocimientos científicos, su camino más tranquilizador es la religión. No una religión de fanatismos y devoción destructora, sino la que te respeta como humano, contándote un porqué, historias que te sacien la curiosidad y unos valores para poder ser persona.
Al fin y al cabo, ni religión ni ciencia nos demuestran una segunda vida, una da la versión edulcorada de vivir felizmente al cielo o paraíso, y la otra una versión más realista, tu cuerpo descomponiéndose por los gusanos, bacterias y hongos, así que se debe vivir la que segurísimo que poseemos. Yo, creo en la ciencia porqué me gustan más sus respuestas, pero a veces, me gusta creer en que hay una energía, como el karma, un porqué de actuar correctamente, quizás sea la moral o simplemente la inteligencia humana. Pero me gusta la gente con fe y esperanza, son personas muy humanas desde mis ojos y igual, admiro a Einstein, Darwin y Demòcrito por su gran instinto y perspicacia.

"Dios no existe"

Hace un par de semanas, el científico británico Stephen Hawking afirmó, en un avance de su nuevo libro, que la física moderna no necesita la posibilidad de que Dios crease un universo. De la misma forma en que las teorías evolucionistas como el Darwinismo eliminan la existencia de un creador, el astrofísico Hawking argumenta la innecesidad de un papel de creador en el universo, ya que el “Big Bang”, la gran explosión que originó el universo, fue una consecuencia inevitable de las leyes físicas.
Aunque en ningún momento el distinguido físico niegue la existencia de un Dios, esta afirmación o hipótesis ha iniciado una polémica a gran escala.
Quizá los adolescentes españoles no le prestamos la atención suficiente a la afirmación que argumentó hace poco Hawking y no entendemos la polémica que gira a su alrededor, eso puede a ser debido a nuestra relación día a día con la religión.
Según mi parecer, cada vez más, vamos dejando de lado la influencia de la religión en la sociedad y ya no les damos tanta importancia o no la defendemos como ocurría años atrás, en época de nuestros abuelos o incluso nuestros padres. Todo el mundo vive sus creencias como quiere o como le han educado pero hemos de tener en cuenta que en otros países, la religión es mucho más poderosa, tan poderosa que nadie se atreve ha hacer algo que pueda contraerla o la siguen al pie de la letra. Negar algo que han aprendido de pequeños puede provocar disputas o polémicas.
Pero ya sabemos todos como es la religión, todo lo que no pueda llegar a entender o proponga problemas se tiene que discutir o eliminar.
Me gustaría llegar a entender porque la iglesia no podía parecerse más a Hawking o a cualquier persona con una mente más abierta e intentar entender las cosas por dos caminos diferentes. Hawkins ,como ya he esmentado, en ningún momento niega la existencia de Dios, solo afirma que para crear el universo y todo lo que con lleva, en su campo de la física, no es necesaria su intervención. Si los religiosos llegaran a ser un poco más objetivos podrían entender las dos formas y seguir creyendo en su Dios.
En conclusión, a este mundo le falta aprender a ser un poco más objetivo y ha dejar pensar a la gente como quiera, sin inculcar sus ideas por encima de las otras, y más si las otras están probadas. Allá cada uno con lo que piense al final.

"Dios no existe", dice Hawkins.

Stephen Hawkins es un científico británico popularmente reconocido. Y ateo. De hecho, su influencia ha sido tal en la sociedad actual que incluso niños de entre 11 y 13 años han oído hablar de él, posiblemente gracias a su aparición en la serie televisiva de audiencia mundial “Los Simpson”.
En una de sus anteriores obras, y bajo el título “Una Breve Historia del Tiempo”, Hawkins expresó su opinión respecto a la formación del Universo. De este modo sugirió que no había incompatibilidad entre la existencia de un Dios como creador y la comprensión científica del universo. Es decir, que no por dar una explicación científica de la formación del Universo, ésta debía de desbancar la existencia de un Dios.
Pero recientemente, Hawkins se ha visto obligado a renunciar (coincidiendo casualmente con la visita del Papa a Inglaterra) a lo que un día argumentó, pues las nuevas teorías científicas hacen redundante la existencia de Dios.

Desde mi punto de vista, estoy plenamente de acuerdo en lo que dice Dawkins. Desde un punto de vista instructivo, de conocimiento general, me siento afina a su conclusión. Si las leyes de la física pueden dar una explicación racional sobre la gran explosión que dio supuestamente origen al Universo (el Big Bang), no me queda otro remedio que aceptar que eso fue así hasta el día en que una nueva teoría salga a la luz. No puedo dar preferencia a una explicación únicamente intelectual delante de un cúmulo de cálculos matemáticos, razonamientos y experimentos. No puedo abrir la puerta a la religión y cerrar-la a la ciencia, a la que tanto debemos de agradecer. Si que es cierto que la ciencia se ha equivocado muchas veces, pero es que es a base de errores por lo que somos lo que somos actualmente, una sociedad moderna y con un gran conocimiento sobre la realidad que nos rodea.
Por lo que a mí se refiere, que Dios como creador no exista no tiene porque significar que no exista ni el Dios que ayudó a una madre con problemas a quedar embarazada o el Dios que ayudó al hijo de nuestro vecino a salir de la enfermedad. Simplemente, es otro tipo de Dios. Para que nos entendamos: para mí Dios no es un hombre de pelo largo y blanco sentado encima de una nube que en siete días logró crear el mundo, sino algo mucho menos físico y más espiritual, la fuerza que nos ayuda a salir de las malas situaciones y a ver la vida mucho menos triste. Aquello que hace que nos queden esperanzas cuando todo se haya terminado. Por lo que cada uno le podría llamar como quisiese ya que cada uno dispondría de su “Dios” personal.
Entiendo que Hawkins (líder de la famosa campaña de autobuses ateos que circularon por varias ciudades del mundo) y sus controvertidas afirmaciones causen sensación en una sociedad mayormente cristiana y religiosa, pero no por eso creo que se le deba tachar de mentiroso o revolucionario. De hecho, si él aceptó que pudiera ser posible la coexistencia entre el Dios y la ciencia, ¿porque no deberíamos nosotros de abrir nuestra mente y seguir su ejemplo?

En conclusión, yo no me tomaría las ideas de Hawkins como algo malvado para destruir la fe de los cristianos, sino como un gran paso para la sociedad en conjunto. Estamos cada vez más cerca de descubrir el verdadero origen de la vida sin necesidad de ninguna explicación religiosa y esto, probablemente, dejará huella en este mundo.