domingo, 19 de abril de 2009

¿Es la imaginación algo que se pierde con la edad?

La experiencia nos lleva a pensar que la imaginación es algo que se pierde con la edad. Los niños son, generalmente, más imaginativos que lo adolescentes, y estos más que los jóvenes y adultos. Esta tendencia, no obstante, invierte cuando llegamos a la vejez. Nuestros abuelos son personas con una inacabable imaginación, que combinada con la espectacular memoria de sus vivencias, tiene como resultado un sinfín de historias que llegan a emocionar. Esta es, seguramente, la parte más floja de esta teoría. ¿Cómo es posible que la imaginación que el paso de los años va borrando sea recuperada de forma más o menos repentina cuando nos llegamos a la vejez? Por otra parte, la progresiva desaparición de la imaginación, sin motivo aparente, no es un hecho que tenga fácil explicación.

Seguramente, lo que ocurre sea más sencillo que todo esto. La imaginación no es algo que se pueda perder. La imaginación simplemente se reprime. De niños, unos más otros menos, pero todos tenemos imaginación rebosante. A medida que pasan los años, esta cualidad no se pierde, sino que es el conocimiento cada vez más seguro sobre una gran infinidad de temas a la par que grandes desengaños en temas fantásticos (por ejemplo, la no existencia de la Tronca o los Reyes Magos), hacen marginar la imaginación como algo que no nos puede dar respuestas reales.

Además, la actitud de aquellos que nos rodean nos influye mucho. No estaría bien visto entre un grupo de amigos de quince años que uno de ellos tuviese esperanzas lejos de su alcance, o que una chica dijera abiertamente que sueña en un príncipe azul. Es este borreguismo humano otro motivo, tan importante como el primero o más, de que ahoguemos nuestros instintos y reacciones imaginativos y los condenemos a un aislamiento en nuestro interior. Cuando lleguemos a la edad adulta, la mayoría renunciaremos por completo a nuestra imaginación. Aquellos que no lo hagan tendrán, si coincide con una buena base cultural, posibilidades reales de éxito en el mundo del arte. Porque no reprimen lo que late dentro de ellos, sino qué lo dejan surgir con total naturalidad.

Por otra parte, cuando nos hacemos viejos, la experiencia, todo lo que hemos visto y conocido sobre el mundo, nos hará adoptar puntos de vista más relativistas frente a aquella cuadratura de años anteriores. Nos relajaremos, y nos mostraremos más tal y como somos, en gran parte puede que porque vemos también nuestro fin cercano. En todo caso, nuestra imaginación recuperará su esplendor infantil. Es por eso que niños y ancianos tienen siempre, un buenísima relación.

1 comentario:

Teresa dijo...

En otro comentario apuntaba la importancia de una educación compleja y variada en la que verdaderamente filosofía, arte y ciencia se consideren de igual importancia. No habría grandes científicos si estos no tuvieran una gran imaginación.
En el texto, recuerda que "la tendencia SE invierte", "es el conocimiento...a la par que grandes desengaños... LO QUE hacE marginar..."(de todas formas esta última construcción sintáctica no ees uno de tus mayores aciertos),"veremos" en vez de "vemos" hacia el final del texto