miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿PISTA DE HIELO SÍ, PISTA DE HIELO NO?


Hace unas pocas semanas que se anunció en Barcelona una nueva actividad para las próximas fiestas navideñas: una pista de hielo plantada en medio de la ciudad, concretamente en medio de la Plaça Catalunya, en un intento de seguir la tradición de las grandes metrópolis mundiales. Un privilegio para que los ciudadanos, en sus días de consumismo y extremo derroche puedan despejar su  mente trasladándose al Polo Norte, o quizás mejor, a los Alpes suizos. 

Probablemente mi tono dejaría de ser irónico si no fuera porque sospecho que, aparte de costar un precio astronómico de un millón de euros, la idea fue fruto del pacto entre las grandes empresas que rodean la principal plaza de la ciudad, todas con las mismas intenciones: atraer a los ciudadanos al gasto superficial de las fiestas navideñas.
También sería menos satírico si no se tratara de una artimaña política con finalidad de alejar a los partidarios del movimiento 15-M, cuyo sitio de reunión e indignación era este punto neurálgico de la ciudad.

El tono burlesco que aparece en la idea que expongo cedería considerablemente si la Plaça Cataluya, como cualquier plaza de la Ciudad Condal, y por lo tanto pública, no fuera ocupada por una empresa privada que encima está obteniendo beneficios.

Estoy en desacuerdo con la construcción de esta infraestructura deportiva, no sólo por motivos económicos, más por razones humanas. Los políticos día a día continúan intentando erradicar cualquier muestra de movimiento social  y arrasar con cualquier  intención de hacer de este mundo, un lugar un poco  menos injusto y un poco más igualitario. 

Clara

1 comentario:

Teresa dijo...

Clara:
Entiendo que tuvieras ganas que leyera tu artículo y lo comentara porque está perfecto en todo.
No tengo crítica que hacerle en ningún apartado: exhaustivo en el tratamiento de un tema, clarísimo en la exposición de la opinión, personal y elegante en el estilo, sin faltas.
¿El mejor que te he leído?