jueves, 22 de diciembre de 2011

Pista de hielo sí, pista de hielo no.

Llegado el invierno y poco después de los incidentes ocurridos en plaza Cataluña, un grupo de grandes empresas ha decidido financiar la construcción de una pista de hielo en la ciudad de Barcelona, bajo la ya tópica excusa navideña. Pero esta idea, sacada muy probablemente de las mil películas americanas que las diferentes cadenas de televisión repiten cada año por estas fechas, en las que aparecen grandes pistas de hielo en medio de la ciudad, rodeadas de adornos navideños mientras cae una suave nieve, no es más que, como tantas otras cosas, una bonita tapadera para esconder la realidad.

Por una parte, situar una pista de hielo en una plaza que recientemente ha protagonizado conflictos políticos y sociales, a la que miles de personas han acudido para manifestar su desacuerdo con las decisiones del estado y en contra del sistema, en la que se instalaron con tiendas de campaña y de la que les sacaron a la fuerza, es una forma más de evitar futuros nuevos altercados. Con la incorporación en un espacio público de una pista de hielo privada, justifican la presencia de demasiada seguridad en la plaza y además evitan que los indignados tengan espacio para acampar o manifestarse.

Por otra parte, y de nuevo bajo el mantel de colores típico de la Navidad, las grandes empresas que han impulsado y financiado el proyecto se benefician no solo con la pista de hielo en sí, sino sobretodo con el público que acudirá a la Plaza atraído por el atractivo de la nueva actividad y, durante su visita, podrá recorrer las calles (obviamente llenas de tiendas) que adornar los alrededores de la plaza.

Pero el consumismo va mucho más allá, y la pista de hielo es solo una milésima parte de todos los engaños que nos llevan al consumismo. Pero ¿por qué ahora? Podría haber-se echo mucho antes, y me parece ilógico que justo ahora, durante una etapa de crisis económica, se impulsen proyectos así. Visto así, la pista de hielo me da una pista clara de los problemas de nuestro sistema, de la forma que tienen de arreglar las cosas aquellos que vigilan nuestras acciones desde arriba (y que no son, ni mucho menos, los políticos, sino los grandes capitalistas): esconder los problemas bajo el hielo.

Aún así, no podrán cubrir toda Barcelona con postas de hielo, y aun que intenten esconder sus errores, tarde o temprano alguien tendrá que gritar basta. Y una pista de hielo no será impedimento suficiente para que ese grito se oiga en todas partes.

1 comentario:

Teresa dijo...

Muy bien, Maria.
Has cometido algún pequeño error ortográfico (pequeño en cantidad que no en importancia)como en:"haber-se echo mucho" que va SIN GUIONES y con H en "hecho",y "aunque" va junto.
En algún momento creo que te excedes en el adorno del estilo y el juego de palabras y, así como encuentro muy acertada la imagen final de intentar esconder los problemas bajo el hielo, en cambio, me parece que no le queda bien al artículo el juego de palabras de "la pista de hielo me da una pista clara": queda como un chiste fácil en medio de un gran discurso.