jueves, 28 de octubre de 2010

El peso de las mochilas

Hace poco menos de siete años (y ya casi me parece una eternidad) era de lo más frecuente ver circular a niños y niñas de primaria con aquellas mochilas que llevaban empotradas dos ruedecillas de lo más pequeñas i una varilla que permitía llevar la cartera en las espaldas o arrastrándola por el suelo. Hace poco menos de siete años los más pequeños esperaban con ansias la llegada del colegio y con ello elegir entre la gran variedad de estampados y colores (rosas, de la Barbie, con coches y motos dibujadas…) que éste pequeño invento permitía.
Sin embargo, hoy hace ya siete años en que rara es la vez en que puedas toparte con una de éstas y con su curioso sonido de las ruedas deslizándose por los suelos más rugosos. ¿Qué pasó con las viejas y cómodas mochilas? Simplemente, pasaron de moda. Y con ellas, todas las comodidades. Parece casi contradictorio ver que, en este aspecto, en lugar de avanzar a través de la comodidad parece como si estuviéramos rehaciendo el camino del pasado. Y nuestra espalda lo nota.
Nueve quilos. ¿Es racional que un niño de veinte quilos lleve a sus espaldas casi la mitad de su peso? Por supuesto que no. De hecho, varios estudios realizados por la OMC (Organización Médica Colegial) entre la población infantil de nuestro país ha dado a conocer datos realmente escalofriantes. Más de la mitad de los niños españoles han sufrido dolores de espalda sin haber superado aún los quince años de edad, dolores propios de una persona adulta. Alteraciones de la columna vertebral, aumento de la curvatura lumbar, acortamiento de la musculatura… y como éstas otras muchas patologías que sufren nuestros estudiantes y que pueden derivar fácilmente a problemas de mayor intensidad en edades avanzadas. Un dato curioso es el hecho de que se ha puesto de moda llevar la mochila colgada solo de un hombro. Según médicos expertos, ésta es una verdadera tortura para nuestros músculos.
Actualmente, con el fin de reducir el peso de las mochilas escolares, se ha instaurado un nuevo sistema: los ordenadores portátiles que la Generalitat atorga a los estudiantes de la ESO. Si bien éstos reducen considerablemente el peso de las carteras, no considero que sean adecuados y mucho menos útiles. Mayormente son una distracción más para los alumnos además de no potenciar para nada la escritura. Y no siempre funcionan correctamente, de modo que muchas veces algunos alumnos se quedan sin poder seguir adequadamente alguna de las materias.

Desde mi punto de vista, creo que es especialmente necesario el control por parte de los padres de los más pequeños para así evitar que éstos lleven demasiado peso en sus mochilas. Además, sería muy correcto concienciar a los estudiantes de todas las edades sobre los posibles problemas físicos que pueden padecer. Otra solución (y que hasta la fecha aún no se ha aplicado en nuestro centro) sería el hecho de colocar casilleros en las aulas con el fin de dejar parte del material (mayoritariamente los libros de texto) que no necesitemos utilizar para hacer los deberes propuestos.

Personalmente, creo que éste es un tema sumamente importante al que no se le presta la atención necesaria. Entre todos deberíamos intentar mejorar los hábitos estudiantiles españoles y con ello lograr evitar gran cantidad de patologías infantiles. La salud de los niños y de los adolescentes es la salud del futuro, con lo que no es ninguna tontería invertirle nuestro tiempo.
Lídia Puyals Boix

1 comentario:

Teresa dijo...

Buen texto, Lidia.
Sólo dos comentarios: derivar EN y no derivar a. Y "otorgar" en vez de "atorgar".
El texto está documentado, ordenado, coherente, con el nivel adecuado y con un estilo cuidado (preguntas retóricas...).