El
concepto felicidad podría definirse como el estado de ánimo que propicia a las
personas que lo interiorizan una sensación de alegría, paz interior, plenitud emocional y satisfacción. Las personas
que creen haber alcanzado este estado tienden a pensar que han conseguido su meta
deseada.
En
mi opinión, el concepto de felicidad va mucho más allá que tener algo que hacer
que nos llene, tener personas a las que amar y entregar tu amor o tener alguna
cosa que esperar. Muy a menudo, las personas acostumbramos a buscar y esperar
la felicidad por medio de cosas, ideas ya establecidas y pensamientos propios.
Uno de los errores que cometemos los seres humanos es obsesionarnos pensando en
cómo conseguir o alcanzar la felicidad, ese “algo” que nos propicia este estado
puede llegar a adquirir mayor importancia que la misma felicidad. De este modo,
siempre estamos pendientes de cómo ser felices y no apreciamos esas pequeñas
cosas que nos hacen sonreír y estar más alegres. De la misma manera, creo que
las personas no somos felices o logramos este estado de ánimo gracias a grandes
golpes de surte, que escasamente se producen, sino gracias a las pequeñas cosas
que nos ocurren durante todos los días. El secreto de todo esto, es no hacer lo
que uno desea, anhela o quiere sino querer lo que uno mismo hace todos los días.
No
obstante, la sensación que alcanzamos de felicidad no dura para siempre y no es
constante, sino que varía según la persona, el momento y el entorno que nos
rodea. Por lo tanto, la felicidad depende de varios factores. Por ejemplo, el
término felicidad puede ser entendido de diferentes formas o maneras. Cierta
cosa puede hacer feliz a una persona, pero esta misma, puede resultar completamente
indiferente a otras. No todos tenemos la misma percepción ni concepto de
felicidad, sino que cada uno busca su propia felicidad. Es importante señalar
que para poder conocer este verdadero estado, la persona, en un momento dado de
su vida, es necesario que haya sufrido y conocido en qué consiste el dolor, la
tristeza, la rabia, la impotencia, el sufrimiento…De este modo, puede llegar a comprender
el verdadero valor que tiene la felicidad.
En
conclusión, para finalizar este texto quiero hacer una reflexión sobre cómo
llegar a este estado. Creo que el primer paso es comprenderse y estar en paz
consigo mismo. De esta forma, se puede alcanzar mejor estado de satisfacción,
aunque realmente se sepa que nuestra vida cuelgue de nuestra frágil felicidad. Para
ejemplificar mi opinión, me gustaría citar una afirmación de Pablo Neruda que decía:
“Algún día en
cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti
mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.
1 comentario:
Me parece muy buen trabajo. Seguramente se pueda decir mucho más de la felicidad pero, desde tu experiencia y tus conocimientos intentas profundizar en la opinión y ser clara y precisa (por cierto, el único fallo de léxico lo encuentro en el uso de "cosa")
Felicidades
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