miércoles, 13 de octubre de 2010

La Selectividad

Segundo de bachillerato es un año crítico para gran parte de los estudiantes de secundaria. En primero aún podías arrebatar unos minutos al profesor contándole alguna anécdota, pero en segundo estos minutos se traducen en un tiempo muy valioso. Tiempo valioso para que tus docentes te preparen correctamente para la gran y temida prueba: la selectividad.
La selectividad es una prueba mediante la cual se evalúan los conocimientos adquiridos por los estudiantes a lo largo de la educación primaria y secundaria, dando lugar a una nota mediante la cual se puede (o no) acceder a la Universidad y a la carrera decidida por el alumno anteriormente.

Desde mi punto de vista, la selectividad tiene sus pros y sus contras.

Por un lado, me parece bien que se siga un procedimiento común y estándar para todos los estudiantes ya que es la única forma de evaluar de forma objetiva sus conocimientos, si bien todos sabemos que muchas veces el nivel de conocimiento varía ligeramente según el centro académico en el que hayas finalizado tus estudios. La selectividad es un buen método para evitar el colapso de las universidades y para regular el número de personas que quieran estudiar una misma carrera. Además, muchas veces la selectividad define el lindar entre lo que pueda que consigas terminar con satisfacción o lo que de algún modo no está hecho para ti. Por ejemplo, alguien que haya terminado la secundaria con un cinco difícilmente podrá llegar a terminar una carrera donde se requieran grandes habilidades (derecho, ingeniería aeronáutica, medicina…). Por lo tanto, te puede ayudar a elegir una carrera que se adapte a tus necesidades.

Por otro lado, no encuentro justo que, después de dieciséis años de estudio continuado, te juegues todo tu futuro en un único examen y en una única nota. Se supone que si has llegado hasta este punto significa que estás suficientemente capacitado como para empezar una carrera cualquiera… ¿o no es suficiente con todo esto? Todos estos años preparándonos para la selectividad y resulta que, debido al nerviosismo, el estrés y la ansiedad antes de entrar a hacer el examen, nuestra mente es incapaz de concentrarse hasta llegar incluso a quedarse en blanco y la hija que desde pequeña quería estudiar arquitectura va a tener que pasar el mal trago de ver su sueño frustrado por ése examen tipo test que le restó dos puntos de su nota. Por esas razones, es frecuente plantearse la selectividad como una cuestión de todo o nada.

En conclusión, considero que la Selectividad es una prueba necesaria para poder asegurar que los estudiantes evaluados tengan los conocimientos mínimos y sean aptos para su ingreso en la universidad, pero pienso también que no debería ser tan eliminatoria y crucial. Las décimas deberían de no ser tan rigurosas, pues muchas veces por una décima algunos estudiantes excelentes han visto desvanecer su sueño.

1 comentario:

Teresa dijo...

Me parece un buen texto con algún error puntual de léxico (en castellano no es "lindar" sino límite)o morfológico ("eliminatorio" no admite grado y el "tan" no es adecuado)