viernes, 15 de octubre de 2010

Selectividad

Son las seis de la mañana abro los ojos y pienso cinco minutos más, pero ¡no! No puedo dormirme hoy. Así que decido vestir-me comer algo y cepillarme los dientes y salir por la puerta a coger el autobús que me llevará a Lleida. Llego al autobús miro todo lo que llevo en mi bolso y mi única arma letal es un triste bolígrafo. ¿Seguro que ahora pensaras un bolígrafo para qué? Pues para enfrentarme a ese temible examen al que todo el mundo le tiene miedo, el examen que decide tu futuro, tu libertad o tu amargo, sí, la selectividad. Cada persona la vive de una manera y lo cierto es que no hay palabras para describir los nervios que se sienten, todavía no he tenido esa experiencia pero espero tenerla este año por fin.
Enfrentar-se en tan solo tres días a los exámenes más importantes de tu vida, y examinándote de tus conocimientos pone taquicárdico a cualquiera, bajo mi punto de vista es el examen más “heavy” que nunca haya podido ver, todo juega en tu contra, un lugar desconocido, la gente que te rodea, el examen, los correctores, la silla, todo es distinto menos tú, pero tu tampoco eres igual que siempre ya que tienes mucha presión y los nervios juegan en tu contra.
En fin es una prueba por la cual debemos pasar todos los estudiantes de bachillerato si queremos ir a la universidad y no hay ningún remedio. Esperemos que sea lo más fácil posible que los nervios no nos traicionen y que el maldito bolígrafo no tiemble a la hora de escribir, y lo más importante que no se le acabe la tinta.

1 comentario:

Teresa dijo...

A Selectividad hay que ir con tres bolígrafos.
Noemí,tienes interferencias del catalán (los guiones de los pronombres enclíticos). Pero más grave es que te olvides de mantener un nivel del léxico y me dejes ir expresiones como "heavy" por muchas comillas que le pongas: NO puedes escribir así el texto argumentativo.