¿Debería ser obligatorio el Treball de Recerca?

El “Treball de recerca” es un trabajo de investigación que se realiza durante el bachillerato en Cataluña. Para hacerlo, los alumnos deben elegir un tema que les atraiga y a partir de él plantearse una hipótesis, desarrollar la investigación y llegar finalmente a unas conclusiones, siempre bajo la tutela de un profesor más o menos entendido en la materia. Primero se entrega por escrito el cuerpo del trabajo y, finalmente, se expone delante de un tribunal formado por el tutor y dos profesores más. La nota final representa un diez por ciento de la nota final de bachillerato, es decir, lo mismo que una asignatura de modalidad e incluso un poco más.

Esta claro que la idea del trabajo está muy bien planteada. Los alumnos aprenden a desenvolverse en el mundo de la investigación, pueden averiguar más sobre un tema que les interese y pueden estudiar con más detalle algo que de otra forma no podrían hacer. Desde este punto de vista, este trabajo de investigación es una buena herramienta para valorar las aptitudes de un alumno más allá de su capacidad de asimilar conceptos, también su capacidad de entender, procesar seleccionar y organizar la información.

Por otra parte, la importancia que se le da a estos trabajos es muy grande, y provoca en los alumnos un cierto estrés que les impide concentrase más en otras asignaturas, ya que sin duda es un arduo trabajo que comporta muchas horas de dedicación. Además, de la formo en como está planteado, se debe hacer la mayor parte del trabajo durante el verano entre los dos cursos del bachillerato, tiempo que en mi opinión debería dedicarse a disfrutar. Además, segundo de bachillerato suele ser un año duro, la presión de la selectividad esta presente des del primer día, y añadir la presión del trabajo de investigación no ayuda demasiado a los alumnos. Una vez terminado el trabajo, la selectividad está tan cerca que no te da tiempo a sentirte aliviado.

Por eso creo que el treball de recerca es una buena idea, pero tal como está planteado supone un problema para el desarrollo del curso. Quizás sería más fructífero realizarlo durante el primer año, terminarlo durante el verano y presentarlo a principio de segundo, para que así durante los siguientes ocho meses los alumnos pudieran dedicarse a estudiar para la prueba que determinará en parte su futuro académico: la selectividad.