En mi opinión la sinceridad de los medios es muy relativa. Desde
mi punto de vista llamamos sincero o verdad a todo aquello que vemos y se
parece a nuestros pensamientos o ideales. Creo que es muy difícil conseguir
hacer una separación entre objetividad y subjetividad, pero también está claro
que hay una separación entre mostrar lo que se ve o únicamente lo que queremos
enseñar.
Últimamente estamos viendo uno de los casos más claros sobre
este tema: las manifestaciones. La
última de Madrid ha dado mucho que hablar, unos llaman a los manifestantes perroflautas
o golpistas (como dijeron en Intereconomía) y otros los llaman los indignados dependiendo de la
ideología de la persona. El problema empieza cuando emiten imágenes totalmente
distintas, podemos observar a los antidisturbios
pegando y aporreando a los manifestantes en un video pero en cambio en otro
vemos como es el manifestante que empuja al policía, ¿qué está pasando?
La suerte que
tienen los medios y las cámaras es que el espectador sólo puede ver lo que el
visor muestra, así podemos llegar a focalizar una acción concreta dentro de la
manifestación general, es decir, podemos enseñar lo que creemos importante
nosotros y obviar lo demás. Por esta razón es muy fácil engañar al público o al
lector, ¿cómo podemos saber la realidad si siempre conocemos lo que nos quieren
enseñar, y no todo?
Creo que hay muchas diferencias entre los medios que muestran
la realidad y los que no, porque normalmente siempre hay un tipo de medio que
está a favor de la clase alta, policía y burguesía y otro que está a favor del
proletariado.
También hay que decir, que hay otro tipo de engaño, no solo
existe el ideológico, si no el de los anuncios. Los anuncios son una fuente de
mentiras y timos creados para la venta, sin importar nada más. ¿Cómo puede ser
que todos los chicos y chicas que salen en los anuncios de la televisión sean
guapos? ¿Los juguetes anunciados en Navidad siempre llevan todos esos accesorios?
Está claro que no, en letra pequeña si nos fijamos podemos observar cómo va
diciendo: pilas no incluídas, casa no
incluída y etc, etc. Eso no es ser sincero.
En esta época que estamos viviendo, la época de los medios,
quizás hay un exceso de comunicación, podemos ver la realidad desde tantos puntos de
vista diferentes que muchas veces no sabemos lo que realmente ocurre, aunque
por otra parte este exceso hace que nada sea obviado ya que siempre hay un
teléfono móvil que lo ha grabado.
En mi opinión los medios de comunicación se mueven por
intereses políticos, sociales, comerciales… Y su sinceridad no es nada
objetiva, así que lo que hay que hacer es: saber elegir de entre la multitud, aquello que
moralmente creemos que es verdad.
1 comentario:
Quizá sea demasiado subjetiva, pero me ha parecido de los mejores textos que has hecho. Pienso que tienes algún momento flojo (como la obviedad de que es difícil separar objetividad de subjetividad) y la puntuación falla alguna vez "hay que decir, que hay" pero, no desmerece el conjunto del texto.
Felicidades.
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