jueves, 18 de diciembre de 2008

La Navidad...

La navidad es una fiesta para estar con la familia, reír, divertirte con las anécdotas que le han ocurrido a cada uno de los presentes en la reunión, ya que hacia tiempo que no se encontraban, también una parte importante son los regalos, y muchas otras cosas.
Pero yo no lo veía así. El que veía era una reunión con familiares que nunca había entablado una conversación más larga que “hace mucho que no nos vemos”, “cuanto has cambiado”…, falsedad a rebosar, y con ganas de correr fuera de allí lo antes posible.
Pero estas navidades fueron distintas a las 16 que había pasado, incluyendo los años que no se encuentran en mi mente, pero dudo que variaran mucho.
Todo empezó una tarde de 24 de diciembre, fría y divertida como todas las tardes anteriores desde hacía ya más o menos un mes, estábamos Alicia, Sandra, Tomás, Manuel… y yo. Esa tarde la mayoría de nuestros familiares estaban corriendo de un lado a otro, como no, por la fiesta familiar, la navidad.
Y muchos de nosotros haciendo preparativos para la fiesta de año nuevo. Estábamos entusiasmadísimos porque sería la primera fiesta que organizaríamos nosotros mismos para año nuevo. Y contábamos con unos 30 asistentes a nuestra fiesta.
Por suerte o por desgracia la tarde había llegado a su fin para darle comienzo a la noche y así llegar la celebración de la navidad. Me había comprado un vestido simple pero me encantaba, fue el primero que vi y dije que ese seria el mío.
Llego el momento de la cena, reconocía a casi todos las caras y me aborrecían como yo a ellos. Pero hubo una cara que cuando la observe me quede atónita. Era un chico que más o menos tenia mi edad, ojos color miel, piel un poco más morena que la mía pero no llegaba a ser de tez oscura. Pelo largo, sobrepasaba un poco la nuca y de color castaño oscuro, las facciones de la cara eran perfectas para mi gusto, el cuerpo se veía fuerte pero con los músculos poco exagerados. Me fijé en el nada más entrar en la casa de mi tía Amelia. Estaba al lado de dos personas supuse que eran sus padres, pero me parecieron demasiado jóvenes. Fui directamente hacia mi tía a preguntar quien eran esos sujetos, donde estaban sentados era bastante difícil saber lo que estábamos diciendo. Me dijo que los padres de Noé, habían fallecido por un accidente de automóvil, y aquellos dos eran sus padres adoptivos, parientes lejanos de su marido, el accidente ocurrió cuando el era muy pequeño, por lo tanto no se acuerda de mucho. Me insistió con voz queda que le intentara decir algo, ojala pudiera dije en mi fuero interno, justo después de que ella me hubo dicho eso él se giró y me miró directamente a los ojos.
Luego Amelia me situó bastante cerca de él. Mientras estábamos esperando a que nos trajeran la comida yo le iba mirando de reojo para que no me pudiera ver y entonces de repente alzó la vista hacia mí. Mi reacción fue la esperada en cualquier persona normal, baje mi mirada ruborizada, la verdad que no sabía si era por su fugaz mirada o el efecto que había causado en mí. Volví a subir mis ojos en su dirección y aún me estaba mirando con la mirada atenta y divertida, esta vez no la puede apartar. “disculpe” sentí como me tocaron el hombro, era la camarera, que tenia dos platos en un brazo i tres en el otro, pude escapar de los ojos color miel que me habían atrapado. Era una chica muy guapa y vi como ella también se había fijado en Noé, lo volví a mirar y aún me estaba observando. Espere hasta después de acabarme el primer plato para salir a fuera a tomar el aire, pegué un vistazo y justo también alzó la mirada, esta acción hizo que me fuera más deprisa de allí. Supongo que me fui por la sensación o como me afectaba todo eso.
Fuera por fin, me senté en un banquito que había en unos 5 metros del restaurante. De repente oí una puerta que se abrió, era Noé, note como mis mejillas se empezaban a encender mientras se acercaba hacia mi.
-Hola-dijo-me llamo Noé.
-Hola, yo me llamo Hena- dios mió que vergüenza pensé.


- Y así hija es como conocí a tu padre.
- Pero como continua la historia.
- Nos hicimos amigos enseguida, era muy agradable estar con él, tardamos un tiempo en darnos cuenta en lo que realmente sentíamos, empezamos a salir. Pasó mucho más tiempo y nos casamos y te tuvimos a ti. Luego…bueno, ya sabes como continua. Tu eras muy pequeña pero…
- Si, me lo explico todo la abuela.
- Ya sabes hija, ten paciencia y no hagas caso, se que es difícil, pero no te derrumbes sigue siempre adelante.

1 comentario:

Teresa dijo...

Yanina:
Hay cosas muy buenas en esta redacción, sobretodo el final por dos razones: el repentino salto en el tiempo y algunos datos que quedan sin resolver (luego.. me lo explicó la abuela...) que generan intriga justo en el mejor lugar (al final del relato)
Los errores (Te pongo algún ejemplo pero hay más)son básicamente de estilo(el momento de los encuentros con la mirada se hace demasiado largo y habría que explicarlo más sucintamente), de lógica ("Pero estas navidades...pero dudo que..." Uno de los dos peros debería quitarse o sustituirse por otro conector)y de concordancia ("que nunca había entablado..." se refiere a los familiares y por tanto el verbo debe ir en plural "habían"),de puntuación ("más o menos un mes,estábamos..." debe ir punto seguido en vez de coma, "ojalá pudiera" debe ir entrecomillado y con un guión a continuación) y ortografía (En vez de "El que veía..." debe ir "Lo que veía...","quedé","él" y "observé" llevan tilde,"¡Dios mío, qué vergüenza!" tiene varios errores ortográficos y de puntuación)
Aunque pueda parecerte que resalto más los errores que los aciertos, sólo lo hago porque hay muchos pequeños errores pero, la impresión general es muy buena gracias a una buena organización de la historia y al magnífico final.