jueves, 9 de diciembre de 2010

El consumismo en Navidades.

Después de las fiestas de la constitución podemos empezar a encontrar en la televisión una brutalidad de anuncios de juguetes, comidas navideñas, ropa o calzado entre otros productos.
Por las vacaciones de navidad, una gran masa de personas pasean por las calles en busca de regalos para sus familiares y amigos.
Son las consecuencias de lo que se llama la nueva tradición navideña. Digo nueva porque en un inicio, la navidad tan sólo era una fiesta llegada de la mano de la tradición cristiana en que se reunía toda la familia para rendir culto a sus creencias, para ser más concretos la celebración rinde homenaje al nacimiento del niño Jesús.

En la actualidad, la navidad es celebrada por todos, sean creyentes o no. La navidad se ha transformado en una fiesta en que la gente aprovecha para reunirse con sus personas queridas y pasar un buen rato.

El problema es que dentro de nuestra sociedad, las grandes empresas y multinacionales han aprovechado éste sentimiento de reencuentro para promocionar todos sus productos, no vaya a ser que lleguemos con las manos vacías a casa de nuestros padres o amigos.
Esto ha significado una relación de las fiestas con los regalos, así las personas relacionamos la felicidad con los objetos materiales.
Éste es el principal objetivo de las empresas, y parece que lo consiguen.
Desde muy pequeños nos enseñan que el día de reyes es un día feliz, porque recibimos regalos y tenemos dos días para disfrutarlos antes de volver al colegio. A un niño no le sirve levantarse y que le digan “hoy es un gran día porque tienes una familia que te cuida y te dará todas las oportunidades que pueda en ésta vida”.
En mi opinión, el consumismo hace que nos olvidemos de todas las cosas buenas que tenemos y hace que cada vez queramos más y más.
Por este motivo creo que las personas deberíamos escapar un poco de ésta conducta y darnos cuenta que lo que nos hace sentirnos vivos no son los objectos materiales.
El consumismo en las fiestas es excesivo y creo que deberíamos dejar de adquirir tantos productos, para poder valorar más otras cosas que tenemos a diario.

1 comentario:

Teresa dijo...

Es un trabajo correcto aunque encuentro que le falta cohesión, sobretodo a partir de la mitad del texto, es decir, que los párrafos no tienen conectores que los relacionen y parecen desligados entre si.
Alguna expresión tampoco es la más adecuada como esa "gran masa de personas" que podrías sustituir por "una multitud".