La muerte de Bin Laden

El pasado 1 de Mayo de 2011 murió Osama Bin Laden, el líder de la banda terrorista Al Qaeda, supuesta responsable de los atentados del 11S, a manos de un comando de élite de Estas Unidos. Su muerte fue anunciada por televisión por Barack Obama. La noticia fue recibida con euforia en occidente, pero también con temor, ya que sus seguidores podrían iniciar algún tipo de campaña terrorista a modo de venganza. Esta posibilidad ha desatado la alarma mundial, obligando a los Gobiernos de Estados Unidos y Europa a reforzar la seguridad para evitar posibles altercados. Los medios de comunicación han pintado de nuevo a Estados Unidos como el superhéroe salvador de pueblo y naciones, han celebrado la muerte de un hombre que ni siquiera han visto, y han hecho creer a la población que han acabado con el terrorismo, justo ahora, justo cuando la crisis mundial empezaba a destapar los más oscuros secretos de este país, han conseguido volver a ser dibujados con capa y calzoncillos sobre las mayas.

Pero… ¿hasta qué punto podemos creer que por haber matado a un hombre que vivía supuestamente escondido desde hacía diez años son unos héroes? Si la versión divulgada por los medios de comunicación es cierta, entonces estamos hablando de un grupo de hombre de la armada estadounidense que irrumpieron en casa de Osama Bin Laden, cogieron su cuerpo y lo arrojaron al mar… ¿Hasta qué punto puede ser eso cierto? ¿No hubiera sido más lógico detener, juzgar y condenar a dicho sujeto, aportando pruebas válidas de su culpabilidad y demostrando que realmente era quien se dijo? ¿Por qué habría que arrojar a un delincuente tan buscado al mar?

No hay duda de que la muerte de Bin Laden tiene varios puntos incoherentes, y la política que se aplicó desde Estados Unidos no tiene el menor sentido… Si se observa fríamente, lo único que hicieron fue decir que habían matado a Osama Bin Laden y que había arrojado su cuerpo al mar por alguna razón. Inventaron una historia convincente y los medios de comunicación americanos anunciaron con euforia el fin de una banda terrorista que no había vuelto a aparecer desde 2001, provocando un incidente con tantos puntos contradictorios como la muerte de su líder.

Pero es imposible saber qué pasa con certeza en la actualidad, ya que el control de los medios, de los gobiernos y de todos aquellos que simplemente no vemos no nos permiten ver con claridad qué es lo está pasando. Solo cabe esperar a que la historia destape los grandes misterios que ahora nos rodean. Puede que dentro de cien o doscientos años, cuando Osama Bin Laden solo aparezca en los libros de historia, la versión de los hechos sea diferente.