jueves, 8 de marzo de 2012

¿Debe mantenerse la televisión pública en Cataluña?

En mi casa, cada mediodía suena la melodía de las noticias de TV3, casi sin excepción. Después, mi hermana pequeña se entretiene con los dibujos del Canal Súper 3. Por la noche nos sentamos todos en el sofá si hacen el APM? o una buena película en catalán, y los días que no tengo mucha faena, incluso yo miro alguna serie en el 3XL. Como en mi caso, miles de familias en toda Cataluña sintonizan la televisión pública catalana la mayor parte del tiempo, ya que además de ser la única íntegramente en catalán, es un reflejo de lo que es la sociedad catalana.

De esta forma, las noticias se centran en aquello que pueda interesar aquí, y los dibujos que emiten van dirigidos a los más pequeños de Cataluña. De hecho, la mayoría de niños catalanes tienen el carné de súper, y muchos adultos lo tuvieron en su momento. Los programas de humor tienen ese carácter burlón tan propio de los catalanes, que, como dice el refrán, se burlan del muerto y de quien lo llora, y el resto de programas que emiten estas cadenas son en su mayoría de ideología catalanista.

Por todo esto me atrevo a decir que la televisión pública de Cataluña se ha convertido en un símbolo de la identidad catalana, que ha ido ganando importancia poco a poco y que ha triunfado en Cataluña. Aún así, obviamente no vivimos en una sociedad totalmente homogénea, y sigue habiendo catalanes que prefieren ver Tele5 la mayor parte del tiempo.

Por otra parte, y dejando de lado la importancia que pueda tener la televisión pública en Cataluña, no deja de ser un medio de comunicación, un sistema de control de masas que pretende imponer su ideología y que, de una forma u otra, está manipulado por aquellos que las subvencionan. Pero si tuviera que elegir de quien quiero que me manipule, preferiría que lo hiciera la televisión catalana, ya que al fin y al cabo no se aleja demasiado de mi ideología.

Lo que quiero decir es, en conclusión, que la televisión catalana es más que un medio de comunicación cualquiera, y que a los catalanes no nos da igual mirar TV3 que mirar cualquier otra cadena. Se trata, como ya he dicho, de un símbolo más de identidad propia, que difiere nuevamente de la española. Por lo tanto considero que es importante que se mantenga, a pesar de los problemas económicos que pueda tener, ya que para muchos es la única cadena de televisión que aún puede ser vista.

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