En una democracia, los ciudadanos deberían tener derecho a que sus opiniones sean difundidas cuando atañen al bien común y también a ser informados con rigor.
La televisión pública es un buen medio para hacerlo.
Se entiende por televisión pública aquella que es plural y se financia con las subvenciones de los presupuestos del estado.
En mi opinión, el papel de la televisión es primordial en una sociedad democrática. Conforme las pautas culturales de esa sociedad, canaliza la libertad de expresión, transmite valores y es un instrumento esencial de relación de la ciutadanía.
Es también una vía de ocio y de entretenimiento, de acceso a la cultura, al cine,...
Cumple una función de servicio público cuando garantiza el derecho a la información de la sociedad y cuando contribuye a generar una conciencia crítica colectiva.
Hay un debate abierto en nuestra sociedad sobre las consecuencias de la televisión en la realidad cultural del país y sobre la población infantil y juvenil. Y también, sobre la pugna, a cualquier precio pos la audiencia entre las cadenas.
La televisión pública, como servicio estatal debe garantizar y proteger los derechos de los residentes del país. El Artículo 20 de la Constitución habla del derecho “a comunicar o recibir libremente información veráz por cualquier medio de difusión.
Esto es, sin duda, proporcionar un servicio público. Como también lo es que el pluralismo de la sociedad se manifieste libremente.
Por ello, la televisión pública debe ser de calidad y debe integrar servicios a la ciudadanía, promover pautas culturales que primen los valores colectivos, democráticos y pongan en segundo plano la subcultura del morbo y el insulto.
Según esto, la televisión pública es una necesidad objetiva del conjunto de la sociedad.
Debemos debemos destacar como noticie actual, que Monica Terribas, la directora de Televisió de Catalunya ha sido galardonada hoy 13 de marzo de 2012 con el Premi Memorial Francesc Macià por su labor a favor de un espacio catalán de comunicación, la defensa de los medios públicos y la promoción de la lengua y la cultura catalana.
Comaginar lideraje y rigor no es una labor siempre fácil, por ello, también ha sido premiada con el premio de la Fundación Josep Irla.
Clara
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