La entrevista de
trabajo es el paso más importante al que la persona se enfrenta a la hora de
encontrar trabajo. Todos los pasos
anteriores (elaboración del currículo, cartas de presentación… ) siendo muy
importantes, tienen como único objetivo conseguir acceder a una entrevista
personal, así es que cuando se consigue vale la pena no desaprovecharla.
Antes de acudir a
la entrevista vale la pena prepararla bien. Es importante investigar y conocer
todo lo que se pueda de la empresa que ha solicitado la entrevista. Y sobretodo
hay que tener bien claras las aptitudes, la experiencia y la formación de uno mismo
para poder defenderlas delante de entrevistador.
La actitud con
que se enfronta la entrevista es fundamental. Hay que transmitir sensación de
seguridad y confianza, dominar el tema, todo ello sin pasarse ni pecar de vanidoso.
Vale la pena intentar prever las
preguntas que el entrevistador puede hacer y por tanto prepararse las
respuestas. Es importante ser consciente de los puntos más fuertes de uno mismo
e intentar mostrarlos, también de los más débiles e intentar evitarlos, aunque
nunca, nunca hay que mentir en una entrevista laboral, porque la persona que
nos la hace esta especialmente preparada para detectar este tipo de cosas.
Por lo que hace a
la apariencia personal, tiene también su importancia en una entrevista de este
tipo, aunque a mi parecer no es lo primordial. Hay que tener en cuenta unos
principios básicos útiles para acceder a cualquier tipo de trabajo. El más
importante es acudir a la entrevista perfectamente limpio y aseado afeitado y
con el pelo correctamente cortado. En cualquier caso se desaconsejan las gafas
de sol (parece que se quiera ocultar alguna cosa).
En cuanto a la
indumentaria, siempre la ripa y el calzado deben estar limpios y en buen estado
aunque sean muy usados (no hace falta estrenar nada para una entrevista). En lo
que se refiere al tipo de ropa, a mi parecer, debe ser adecuada al trabajo al
que se aspira: un profesor de deporte (ropa deportiva), un monitor de colonias
(ropa informal y juvenil, cómoda), una azafata de congresos (elegante, tacones
altos), un empleado de la banca (camisa y americana). En mi opinión la
capacidad de adaptación, también en la indumentaria, a la tarea que se busca,
dice mucho a favor del aspirante.
En cualquier
casi, a mi modo de ver, hay una norma fundamental, en lo que se refiere a la
indumentaria, que es la discreción. Evitar la ropa llamativa, los colores
estridentes y la ropa demasiado provocativa, me parece un detalle de buen gusto
y educación.
1 comentario:
Buen trabajo
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