Aunque a veces no seamos
plenamente conscientes de ello, la primera impresión que da una persona es muy
importante. Esta comprobado científicamente que las personas tardamos
aproximadamente tres segundos en formarnos una idea de alguien a quien acabamos
de conocer, y que, a partir de entonces, necesitamos unos tres meses para
cambiar esa visión. De esta forma podemos afirmar que, en una entrevista de
trabajo, los tres primeros segundos pueden ser decisivos.
Desde muy temprana edad,
nuestros padres, profesores y nuestro entorno en general, nos enseñan unas
normas sociales, un código de conducta más bien estricto sobre como debemos
comportarnos, vestir, hablar, actuar, etc. La estética sigue este código muy
estrictamente (no nos vamos a engañar) y este está tan arraigado a nuestra
mente que es difícil deshacerse de él o incluso tolerar a aquellos que se
atreven a desafiarlo y que, en un momento u otro, siempre acaban siendo
objetivo de burlas y desprecios. Las entrevistas de trabajo, además, siguen un
código aún más estricto. Si realmente quieres el trabajo, deberás hacer todo
aquello que la carta magna del formalismo dicta, independientemente de tu
verdadera personalidad.
Esta obsesión por la estética
que gobierna nuestra sociedad nos lleva a creer que la apariencia de la gente
les hace mejores o peores. No se puede negar que el aspecto de alguien que
trabaja de cara al público es importante a la hora de vender de forma eficaz,
pero ¿no es más importante el carácter, la simpatía o el bueno humor, que su
aspecto físico?
Vivimos en una sociedad que se
queda con la portada y rechaza el contenido. En la mayoría de puestos de
trabajo se mira más el aspecto de las personas que su verdadera capacidad de
trabajar, porque a la hora de vender o de atender a un cliente este también
avaluara antes la apariencia del trabajador que su capacidad real de atenderle
en condiciones.
En conclusión creo que es
importante mantener una apariencia adecuada en momentos importantes, ya que la
sociedad (que no deja espacio a la experimentación ni a la originalidad) así lo
requiere, pero, si por mi fuera, eliminaría desde la raíz esta obsesión por las
apariencias que tiene nuestra sociedad, e intentaría dirigirla hacía una mejora
de nuestros valores.
1 comentario:
Maria:
NO es "avaluará" sino "evaluará".
¡Tanta evaluación te está alterando!.
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