jueves, 7 de abril de 2011

ALARMA NUCLEAR.

Una explosión dañó severamente el edificio principal de la planta nuclear el sábado a raíz del terremoto, y las autoridades dijeron que una fuga de radiación se filtró de un inestable reactor, que se encuentra a 240 kilómetros al norte de Tokio.
El Gobierno insistió en que los niveles de radiación eran bajos, diciendo que la explosión no había afectado al contenedor del núcleo del reactor, y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA por su sigla en inglés) dijo que había sido informada por Japón de que los niveles "se han observado que disminuyen en las últimas horas".
Aún así, 140.000 personas han sido evacuadas de zonas cercanas a la planta y de otras instalaciones nucleares, mientras las autoridades se preparaban para distribuir yodo a las personas en los alrededores para protegerlas de la exposición radiactiva.
Nos enfrentamos a el mayor desastre que ha vivido Japón desde que el país se vio lamentablemente destruido en la segunda guerra mundial.
Ésta catástrofe ha abierto un debate en que se plantean las capacidades de las energías nucleares alrededor del mundo.
Estos últimos años se estaban poniendo sobre la mesa los argumentos a favor y en contra de abrir nuevas centrales nucleares e incluso de volver a poner en funcionamiento antiguas centrales que habían sido consideradas no válidas para el suministro de energía. La necesidad de volver a abrir centrales nucleares se debe a la altísima demanda (y que está creciendo exponencialmente) de energía en todo el mundo.
Cuando parecía que se empezaba a ver la energía nuclear cómo una posible salida a ésta necesidad, aparece el desastre de Japón.
Éste tipo de catástrofes lleva de la mano una imagen negativa de la energía nuclear, ya que genera alarma y miedo social.
Los sectores anti-nucleares creen que si Japón, la potencia mundial más avanzada tecnológicamente, no ha podido controlar un desastre nuclear como el ocurrido, nadie podrá hacerlo. Por lo tanto se tacha la energía nuclear de peligrosa e inviable.
Por si ésto fuera poco, sabemos que la energía nuclear crea residuos altamente radioactivos que son muy difíciles de eliminar. Contamina las aguas y altera los ecosistemas porque el agua que se utiliza para enfriar en reactor luego es abocada al mar a una temperatura superior a la inicial. El Uranio y Plutonio se obtiene a base de la explotación de países en vías de desenvolupación que poseen el material, y además éste no es ilimitado...etc.
Por otra parte olvidamos que la necesidad de obtener energía de forma fácil la hemos creado nosotros, así que supongo que el riesgo que corremos con construir centrales nucleares es el precio que debemos pagar.
Sin duda creo que esta no debería ser la solución y creo que la investigación es una vía fundamental para resolver el problema. Mientras tanto, comeremos tomates radioactivos.

1 comentario:

Teresa dijo...

Sólo tres cosas, el trabajo está bien pero no deberías cortar y pegar de internet (se acaba notando). Cuidado con la influencia del catalán, no es "abocar" sino "arrojar" y, sobretodo, "desarrollados" y no "desenvolupados"