sábado, 30 de abril de 2011

Reformas 2011, ¿una estrategia más?

“Año nuevo, vida nueva”. Y es que este año cobra sentido, más que cualquier otro, este dicho popular. Aunque tal vez, en su lugar, debamos pronunciar “año nuevo, leyes nuevas” debido a las enormes modificaciones que el gobierno español ha decidido catalogar de oportunas siempre pensando (o así debería ser) en el bienestar de sus ciudadanos. Reforma de la ley antitabaco, límites en las descargas gratuitas desde la red de contenidos musicales y artísticos, fijación de unos nuevos límites de velocidad en nuestras carreteras…

Hasta el pasado año, era muy frecuente encontrar bares o discotecas que disponían de un espacio especial para que todos aquellos fumadores adictos pudieran relajar sus ansias de fumar después de unas bebidas o un bailecillo. Además, se trataba de una medida completamente voluntaria a la que podían unirse todos los hosteleros que quisieran mantener sus locales libres de humo. Sin embargo, que no fuera ninguna obligación se tradujo al hecho de que muy pocos hosteleros decidieran que sus locales pasaran a ser no aptos para fumadores, ya que del contrario, muchos de sus clientes habituales hubieran optado por ir a hacer el vermouth en otro bar. Ahora, por suerte para los no fumadores y por desgracia para todos aquellos que necesitan un cigarro cada media hora, todos los locales de los pueblos y ciudades se han visto obligados a cumplir la nueva ley que entró en vigor hace menos de medio año con la que se pretende ayudar a los fumadores a dejar el tabaco, teniendo en cuenta que se trata de un agente nocivo, adictivo y perjudicial para la salud y por si fuera poco, también resulta muy molesto para todos aquellos que te están rodeando. Pero aquí no termina la cosa… fumar también estará prohibido si el sujeto se encuentra a menos de veinte metros de distancia de un lugar público como una escuela, un hospital, etc.

En mi opinión, esta me parece una buena mesura. No tanto por su carácter paternalista de querer ayudar a los fumadores a dejar la adicción a la nicotina ni por querer mejorar la salud de nadie, ya que considero que el estado no puede inmiscuirse en la vida personal de nadie que haya cumplido ya una mayoría de edad, pero si por el hecho de que el humo del fumador no solo es inhalado por él mismo, sino que también es perjudicial para todos aquellos que lo rodean. Y, lógicamente, no seria justo que el que no quiere respirar aire contaminado tuviera que sacrificar su salud y su bienestar para entrar en un restaurante (además que comer envuelto de humo no parece ser una propuesta muy atractiva).

Otra ley recién salida del horno y que ha supuesto un día trágico para todos los internautas ha sido la aprobación de la ley Sinde que permite el cierre de todas aquellas páginas Web y programas especializados en la descarga de archivos de audio y video que contengan copyright. Esta nueva ley fue aprobada en el congreso por una gran mayoría, hecho que significa que no se escuchó para nada la voz del pueblo y mucho menos las protestas y manifestaciones en Madrid y otras ciudades importantes protagonizadas por personas de todas las edades que utilizan con regularidad esta útil herramienta. Desde mi punto de vista, esta me parece una de las leyes que podría catalogar como absurda. En primer lugar, no se ha llevado a raja tabla y ayer mismo pude descargar el álbum entero de canciones de uno de mis grupos preferidos. En segundo lugar, en el mismo instante en que esta ley fue aprobada ya había cientos de “hackers” elaborando nuevos programas con incluso mejores prestaciones para descargar archivos gratuitamente. En tercer y último lugar, me parece una ley que tan solo sirve para poner límites a las libertades de expresión del individuo ya que estos programas también son una buenas opción para poder compartir información entre distintos usuarios de diferentes partes del mundo. ¿Tal vez el gobierno esté tratando de desviar nuestra atención de los asuntos que de verdad son importantes con la elaboración y la aprobación de este tipo de leyes? ¿Se tratará de una jugada astuta para mantener entretenida a la población hablando de estos asuntos y dejando de lado otros tantos? Sin duda y por desgracia, creo que sí.

Por último, el siete de marzo de 2011 entró en vigor la nueva ley de velocidades. A partir de ahora, aunque esta medida esté considerada solamente transitoria y temporal, estará sancionado económicamente todo aquél que supere los 110 km/h en una autopista y los 40 km/h dentro de un pueblo o ciudad. No era de esperar, pues, la reacción de muchos “Fernando Alonso” que consideran una falta de respeto que se reduzca la velocidad diez miserables km/h. Sin embargo, el motivo del gobierno parece justificado: reduciendo la velocidad, se conseguirá reducir también el consumo, encaminándonos hacia un futuro mucho más verde ecológicamente hablando. En mi opinión, espero que con la imposición de esta ley se consiga reducir el número de accidentes sucedidos en nuestro país como consecuencia de un exceso de velocidad además de reducir el consumo de combustible fósil. Sin embargo, si tan preocupados están los gobiernos por el futuro de nuestro pueblo y, en general, de nuestro planeta Tierra, quizás deberían de empezar por extender los carriles para bicicleta que hay en varias ciudades o bien ajustar mejor los horarios de muchos autobuses públicos o directamente construir más paradas de bus. Aunque quizás, lo más paradójico del asunto, sea la elevada y cara fabricación de las pegatinas que tapan los antiguos números de las señales de tráfico. ¿Es esta quizás una actividad industrial ecológica?.

En conclusión, considero que redactar nuevas leyes y modificar las actuales siempre va bien, ya que permiten actualizar muchos aspectos de nuestra sociedad, pero quizás el momento por el que hoy está pasando la sociedad española no sea el más adecuado para invertir tiempo en este tipo de asuntos. Ahora hay cosas mucho más prioritarias que si el vecino se descarga música por Internet o no.

1 comentario:

Teresa dijo...

Es un magnífico texto, Lidia. Me parece que sólo he visto un catalanismo en "mesura" cuando debes poner "medida".
Sólo espero que la suerte te acompañe un poquito, aunque estoy convencida de que ni suerte necesitas: sangre fría y a demostrar lo que vales.