EXPLICAR UN CHISTE

Hoy en día cuando estamos en el bar, en la calle, en la escuela o donde sea, hablamos de un montón de cosas. Pero hay un tema, o mejor dicho una pequeña historia con un toque de humor, que siempre nos ha sacado de algún apuro, de esos momentos con ese silencio intenso en el que piensas “¡tierra trágame!!…estoy hablando de los chistes.

Sé que parece una ridiculez, ¿pero a quien no le gustan los chistes? A mí me encantan (solo los que son buenos).

Siempre pensamos que para romper el hielo hay que hablar de temas interesantes de la actualidad, pero la gente, ¿no está ya harta de oír hablar de la crisis o del cambio climático? Yo creo que ya va siendo hora de relajarse un poco.
Explicar un chiste no significa ser un “pringado” o un inculto, simplemente es otro tema de conversación que no se tiene muy en cuenta por miedo a hacer el ridículo.

Aunque no lo parezca, explicar un chiste, siempre puede ser una ayuda, por ejemplo, cuando tienes una cita y no sabes qué decir. Creo que es un buen tema para que las dos personas se relajen. Otro caso, es cuando te están echando la bronca por algo y al terminar cuentas un chiste a tu madre. Hay dos opciones: la primera es que se ría por lo chistoso que eres, y la segunda es que te meta un guantazo por tomarte todo lo que te dicen a cachondeo.

Aun así, yo pienso que es un buen tema de conversación y creo que de ridículo no tiene nada, simplemente hay que escoger bien el momento y el lugar adecuados para contarlo.