jueves, 29 de octubre de 2009

¿LOS PROFESORES DEBERÍAN RECUPERAR LA AUTORIDAD?

Hoy en día tanto en colegios como en institutos maestros y profesores tiene que dedicar parte de su jornada educativa en calmar a alumnos desobedientes, maleducados y malcriados que no hacen más que entorpecer el ritmo de la clase, y todo esto, siempre, mediante palabras que no ofendan a estos estudiantes tan mimados en sus casas.
Los profesores y maestros se ven obligados, a menudo, a responder adecuadamente y sin faltar al respeto a estos alumnos indisciplinados que, también frecuentemente, lanzan todo tipo de improperios e incluso llegan a golpear a sus educadores.

A pesar de estas duras críticas yo no soy partidario de la recuperación de la autoridad del profesor si ésta se refiere a dar la libertad a éste para insultar, humillar o maltratar a sus alumnos.
Según mi opinión los profesores ya deberían tener la suficiente autoridad para poder instruir una clase sin ningún tipo de problema.
Ahora bien, los problemas llegan cuando el profesor o profesora se incorpora a un nuevo curso escolar, y al entrar en la clase, con todos los niños alborotados por el retorno al colegio, no impone a ésta, de forma tajante, el debido respeto.
Es ahí dónde reside el problema de autoridad.
De haber entrado y haber dejado las cosas claras desde el primero momento, el profesor gozaría, durante todo el curso, de una clase más o menos ejemplar.
Éste creo que es uno de los principales problemas, que muchos profesores, sobretodo los más jóvenes y noveles, tienen, ya que no saben hacerse respetar los primeros días de clase y esto propicia la pérdida de autoridad frente a unos alumnos ansiosos por hacer lo que les plazca.
A todo eso debemos añadir también un segundo factor que, incluso contando con la autoridad de los primeros días, es casi inevitable: los graciosos, mimados y maleducados de siempre.
Este tipo de personas, siempre en un segundo plano por lo que a estudios se refiere, intentan captar la atención mediante bromas, insultos e interrupciones al profesor.
Uno puede pensar que un profesor severo conseguirá calmar a ese tipo de persona, pero en realidad nunca lo conseguirá, cosa que no es criticable cuando se está intentando calmar y hablar con un chico o chica a quien no le han enseñado, ni en su casa, a comportarse debidamente en los lugares.

Con todo esto me inclino para que los profesores respeten y se hagan respetar, es decir, que exista un respeto mutuo.
Des de mi punto de vista lo que se debería recomendar a los profesores es que fuesen severos con el comportamiento de estos alumnos malcriados, sin llegar nunca a la violencia.
A pesar de esto, me he decidido por el no ya que la solución a las faltas de respeto en los institutos y los colegios debería ser resuelta en las casas de los respectivos alumnos y nunca en los centros escolares, dónde se educa, sí, pero dónde también se debería poder enseñar en condiciones.

1 comentario:

Teresa dijo...

Albert:
Me parece un buen trabajo, quizá en algún momento me parece que te excedes en explicar un ejemplo (como al referirte a los primeros días)pero tampoco diría que pase demasiado.
No es correcta la expresión "Con todo esto..." debes emplear algo como: "Ante esta situación..." o "Por esta razón...".
Finalmente, veo algún error ortográfico("desde" va unido o "donde" no lleva acento), pero no demasiados.