jueves, 24 de febrero de 2011

Comentario de una película

Sin la menor duda, las mejores películas son aquellas que, después de verlas por primera vez, consiguen dejarte pensativo y realmente afectado. Aquellas que, aunque ha pasado ya un mes, siguen causando ciertos remordimiento dentro tuyo.
Del mismo modo que un buen libro te incita a pensar y a expresar tu opinión respecto al tema “Réquiem por un sueño” no deja al espectador indiferente, y eso es lo mejor que se puede esperar de un film.

Basada en la novela de Hubert Selby de mil novecientos noventa y ocho y dirigida por el conocido director de cine Darren Aronofsky, “Réquiem por un sueño” ha logrado llegar a lo más alto y recibió cuatro nominaciones nada más fue estrenada, en el año dos mil.

El tema principal lo constituyen las drogas, que terminan devorando de forma realmente aterradora la vida de nuestros cuatro protagonistas principales. Sin embargo, aunque todos los personajes finalizan sus vidas del mismo modo o semejante, su camino hasta llegar a poner fin a ellas es vagamente distinto.

Por ejemplo, Sara, la madre de uno de los protagonistas, empieza a consumir pastillas para adelgazar sin tener consciencia de que éstas realmente son anfetaminas. Por supuesto, termina enganchándose. Su vida se ha convertido en una lucha contínua para llegar a meterse dentro del vestido rojo que utilizó para la graduación de su hijo y llegar a salir en su programa de televisión favorito. Su hijo Harry tan solo visita a su madre cuando necesita dinero para financiarse el vicio. Harry, junto a su novia Marion, son adictos a la cocaína desde que se fueron a vivir juntos y su sueño es conseguir dinero para montar un negocio. Cuando visitan a la madre de Harry, éstos se llevan su televisor, lo venden y, con el dinero conseguido, compran más droga. La adicción causada por ésta lleva a Marie ha prostituirse para conseguir dinero y a Harry a empezar a trabajar como narcotraficante. Un amigo de Harry recibe información sobre un cargamento de droga que llegará en Navidad. Harry no duda ni un momento en ir. Una vez allí, se inician unos disturbios y su amigo termina encarcelado. Aún sin aprender de los sucesos que han pasado mil y una veces por delante de los ojos de Harry, éste viaja hasta Florida donde parece ser que va a llegar otro nuevo cargamento. Por el camino, Harry se da cuenta de que sufre una grave infección en su brazo derecho debido a las inyecciones que se aplicaba.
Finalmente, ninguno de los protagonistas logra conseguir su sueño, mas bien lo destruyen; Sara pasa los últimos días de su vida dentro de una clínica de salud mental. El brazo de Harry es amputado por gangrena. Tyron, el amigo de Harry, permanece en la cárcel y Marion llega a los extremos más inimaginables de la prostitución.

Aunque las drogas se hayan utilizado muy a menudo como tema principal a tratar en películas destinadas a públicos adolescentes, el elevado grado de realismo que transmite la película la convierte en realmente escalofriante. Gracias a la buena elección de los actores y a la impresionante calidad de la banda sonora que pone la carne de gallina, “Réquiem por un sueño” a logrado, en numerosas ocasiones, la concienciación de muchos ciudadanos jóvenes y no tan jóvenes. Probablemente películas como estas son las que realmente hacen falta en nuestro cine. Películas que muestren la realidad de muchas personas pero también su final más oscuro e indeseable. No creo que Darren Aronofsky trate de asustar a nadie, simplemente desea poder llegar a muchas personas con imágenes y hechos que no han sido sacados de ningún mundo ficticio (de hecho, muchos de los personajes secundarios que aparecen en la película son drogadictos verdaderos de Nueva York). Hechos que pueden llegar a suceder delante de nuestras casas o incluso dentro de éstas. Y de paso, demostrar cómo los sueños de cada uno de los personajes terminan colapsado por las drogas, directa o indirectamente, hasta llevarlos a un final verdaderamente trágico e indeseable. No es pura ficción.
Lídia Puyals y Boix

1 comentario:

Teresa dijo...

Buen trabajo, Lidia. Tienes algún error de confusión entre la "a" preposición y la "ha" del verbo haber y me parece que no es la primera vez que te lo comento.