miércoles, 9 de marzo de 2011

¿PISO O RESIDENCIA?

Cuando los alumnos de segundo de bachillerato obtienen la titulación, que les permite estudiar en la universidad o obtener otro tipo de formación, deben elegir su futura residencia. La mayoría de estudiantes dudan en compartir un piso con sus amigos ya que son conscientes del peligro que puede comportar esto en un año lleno de cambios y de muchas puertas abiertas a la diversión. Por lo tanto se puede decir que el miedo a fracasar estrepitosamente el primer año, conlleva que muchos estudiantes opten por un sistema más integrado a la universidad y exento de tantas responsabilidades, la residencia. No obstante, bajo mi punto de vista es preferible compartir piso con los colegas.

Por un lado, hay que destacar la autonomía y la libertad que nos puede conceder el piso. Habitándolo, uno aprende a valerse por si mismo, a realizar correctamente las labores del hogar y a organizarse de una forma más autónoma y aislada que en las residencias, en las cuales, es más fácil pedir ayuda al prójimo aunque no siempre la concedan. En un piso, normalmente se agrupan personas de diferentes facultades ( universitarias), los cuales tienen que espabilarse sin el apoyo de alguien de la misma modalidad.
Para mí, la ventaja más importante de vivir en un piso es el aprendizaje de cómo convivir correctamente y pacíficamente mejorando, por tanto, las cualidades sociales de los individuos.

Por otro lado, compartir piso puede ser poco provechoso ya que si los que lo habitan son personas inmaduras e irresponsables, la convivencia allí puede ser realmente complicadísima. Otros factores como la falta de buenos hábitos pueden perjudicar enormemente al grupo. Un claro ejemplo es el desorden y el ruido, problemas que impiden una bueno convivencia. Está claro que si una persona está acostumbrada a estudiar tranquilamente y libre de ruidos desagradables, le costará muchísimo adaptarse a estas nuevas condiciones tan negativas, o definitivamente habrá de dejar el piso para poder rendir en los estudios.
Finalmente, hay que destacar las facilidades de las residencias las cuales nos proveen de comodidades que se echarían en falta viviendo en un piso y de las cuales ahora gozamos. Las más destacadas son: la limpieza del nuevo hogar, el fácil acceso a un menú adecuado y no demasiado caro, cuya dificultad esta en la preparación.

En conclusión, si un grupo responsable, serio y respetuoso decide habitar un piso, vivir en él será bastante fácil y dotará de muchas habilidades a sus integrantes, y también de una madurez muy superior a la que actualmente se tiene.
No obstante, si un grupo de amigos no es capaz de organizarse, es preferible vivir, como mínimo el primer año, en una residencia donde uno puede estudiar correctamente, conocer a muchos otros universitarios y quedar exento de responsabilidades.

1 comentario:

Teresa dijo...

Muy buen trabajo, Cristian. Has controlado muy bien tu tendencia a utilizar léxico inadecuado excepto en dos casos: "modalidad" (sería mejor grupo o clase) y "cualidades" pues pienso que te refieres más bien a "habilidades".("sin el apoyo de alguien de la misma modalidad."," las cualidades sociales de los individuos")