miércoles, 6 de abril de 2011

Alarma nuclear

Hace prácticamente un mes, el 11 de Marzo, oíamos en todos los medios de comunicación, uno de los mayores desastres de la historia. Un devastador terremoto de 8,8 grados de magnitud en la escala de Richter, seguido de un fuerte tsunami, dejando tras de sí un gran número de muertos, heridos y desaparecidos, en el este de Japón, además, muchas zonas residenciales e industrializadas quedaron inundadas a causa de la gran envergadura de las olas provocadas por el tsunami, de hasta 10 metros, arrastrando edificios, viviendas, vehículos y todo lo que encontraba en su camino. Japón se trata de un país acostumbrado a los temblores pero que nunca había visto nada parecido. Tratándose del seísmo más fuerte en la historia de este país. Además, deberíamos añadir, uno de los problemas que sigue siendo noticia un mes después, el número de centrales nucleares que se vieron afectadas debido a los temblores y las olas gigantes y el estado crítico de alguna de ellas, en especial, Fukushima-1. Aunque todas las centrales fueron llevadas a situación de parada, el riesgo de sufrir un accidente seguía siendo alto, ya que el combustible nuclear utilizado seguía estando activo, y por lo tanto seguía siendo necesaria la refrigeración del reactor y su combustible. Cabe de decir, que estos sistemas de refrigeración solo funcionan con electricidad, suministro inexistente debido al terremoto. Para evitar uno de los mayores accidentes nucleares que pudieran ocurrir, la fusión del núcleo, se intentaron utilizar otros sistemas para evitar el calentamiento del reactor mientras se intentaba repara el suministro eléctrico o llegaban generadores alternativos. Estos otros sistemas no tenían en cuenta las consecuencias hacia el medio ambiente, liberando gases a la atmosfera y aguas contaminadas y recalentadas en el mar, afectando así a la salud de las personas y a todo el entorno. Aún así, no se evitaba del todo la posible fusión nuclear. ¿Qué quiero decir con esta pequeña descripción de lo sucedido? Principalmente, quiero dar a entender que no podemos jugar ni hacer que el mundo dependa de energías que no sabemos controlar y pueden afectar negativamente a nuestra salud solo porque creamos que son más rentables que muchas otras juntas. No voy a decir que no nos sean útiles, pero si que necesitan muchísima seguridad y que el mínimo detalle puede causar una gran catástrofe. Además, sin la necesidad de que haya accidentes como los seísmos, las centrales nucleares ya causan problemas ambientales diariamente, afectando negativamente a nuestro entorno, emitiendo gases tóxicos en nuestra atmosfera y alterando nuestros ecosistemas, problemas por los que nos veremos afectados nosotros. Aún así, no puedo ponerme en contra totalmente de estas centrales, ya que el ritmo de vida que llevamos y nuestras necesidades actuales nos piden un nivel energético que pocos recursos naturales nos pueden dar con tanta eficacia. Pero sí, defiendo que este ritmo de vida podría modificarse gradualmente, deberíamos concienciarnos de que no podemos contaminar tanto nuestro entorno, debemos disminuir nuestra necesidad energética e investigar sobre el uso de recursos renovables y poco contaminantes ya que sino, no vamos a llegar a ningún lado y vamos a destruir toda la Tierra. Además por muy seguras que sean este tipo de centrales siempre habrá peligros como lo que ha sucedido en Japón y no podamos controlarlos, causando graves problemas sobretodo en nuestra salud y estilo de vida. ¿Pero a qué estamos esperando para cambiar nuestro estilo de vida? ¿A qué haya otro desastre como en Japón, más cerca de nosotros, y se vean afectadas miles de personas más? ¿O a qué no quede ningún recurso aprovechable para sobrevivir?

1 comentario:

Teresa dijo...

Mariona:
Creo que esta mañana ya he intentado comentarte que el texto está muy bien en conjunto pero, que debes poner atención en marcar claramente las diferentes partes (y más en un texto extenso como este)y destinar a cada subtema un párrafo.
Quedan bien las interrogaciones retóricas finales.