jueves, 17 de enero de 2008

EL INSTITUTO MISTERIOSO

Esta historia ocurrió cuando yo tenía unos diez años. Se acababa el verano y pronto empezaríamos el colegio. Este año, mis padres me habían dicho que me llevarían a un colegio especial, donde no estarían mis amigos. Yo estaba muy ilusionada porque me habían dicho que allí encontraría nuevos amigos con los que podría jugar en un bosque cerca del colegio, donde vivían diferentes animalitos.
Llegó el gran día, un doce de septiembre como los demás pero con la diferencia de que iba a un colegio nuevo. Estuvimos dos horas de viaje. Cuando llegamos un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Delante de mí se alzaba un edificio inmenso, pero no como me lo habían descrito mis padres, si no que era feo y muy viejo; el bosque que había alrededor parecía un cementerio de esos de las películas de terror. Miré a mis padres con la mirada de un corderito degollado tratando de hacerles cambiar de opinión, pero no funcionó, la decisión estaba tomada. Mi madre para consolarme me dijo que en otoño el paisaje era un poco triste pero que en primavera todo iba a ser mucho más bonito. Entramos en el colegio y fuimos a ver el director. Él nos explicó el funcionamiento del colegio y nos enseñó mi habitación. Aquí dormirás todo el curso, me dijo. Al oír esto empecé a llorar como si se fuera a terminar el mundo, pero mis padres me regañaron y me dijeron que era así y punto, que ya no había marcha atrás. Se fueron y me dejaron allí, sola en una habitación fea y muy pequeña. Cuando sonó el timbre, el director me acompañó a mi clase y allí me presentó a mis compañeros. Todos eran un poco raros. Uno tenía la cara como la de un zombi, otro tenía alrededor de sus ojos unas ojeras que parecían rosquillas, y así más compañeros de mi clase. Me senté al final, al lado de una niña a la cual me presenté, pero ésta me miró y no dijo nada, me quedé helada. A la hora del recreo fui a inspeccionar el que sería mi nuevo hogar. El colegio tenía el techo muy alto y que las paredes estaban pintadas con un color amarillento. Pude ver que los niños en vez de jugar, se pasaban la hora del recreo quietos dentro del edificio y sin hacer nada. Esto me pareció un poco raro. Los profesores estaban en una sala donde en un pequeño cartel ponía: Prohibida la entrada a los menores de quince años. Me pareció muy raro, ya que en ese colegio solo había alumnos hasta los doce.
Después de cenar me fui a dormir. Me desperté a la mañana siguiente y volví a clase. Mis compañeros daban la impresión de no haber dormido. Pregunté a uno de ellos si se encontraba mal o no había dormido. Esto es normal, me dijo. Esto era muy sospechoso y yo quería volver a mi casa con mis padres y mis amigos. Al día siguiente, en mi clase vi que faltaban alumnos y la profesora no dijo el porqué. Entonces ya no sabía qué hacer, si volver a mi casa por mi propio pie o averiguar qué sucedía. Los días pasaban y todo era igual. Entonces decidí fugarme durante la noche. Serían las doce cuando salí de mi habitación y fui corriendo hasta la puerta. Pasé por esos largos pasillos aterrorizada, pensando que me iban a coger. Al llegar por fin a la puerta principal, pude ver como dos niños de mi clase se dirigían hacia la sala de profesores, y cerraban la puerta. No me lo pensé dos veces, abrí la puerta y me fui corriendo por un camino. No veía lo que pisaba. Corrí, hasta que no pude más, me caí y me dormí. Al día siguiente me desperté en el mismo sitio, me levanté y empecé a andar hasta llegar a un pueblo. Allí pedí a un taxi que me llevara a mi casa. Llegué y encontré a mi madre hablando por teléfono. Cuando colgó empezó a regañarme como una loca. Terminó, le expliqué lo que pasaba en aquel horrible colegio. Se quedó de piedra y me dijo que no iba a volver allí nunca más.
Durante estos años he estado pensando qué pasaba en ese colegio y qué hubiera sido de mi si me hubiese quedado allí. No me lo imagino ni tampoco tengo muchas ganas de volver a un sitio tan misterioso como ese.

1 comentario:

Teresa dijo...

Nuria:
Has realizado una redacción correcta (apenas hay errores de ningún tipo) pero le falta alma, todo es muy previsible y por tanto no creas expectación, ni inquietud ni suspense