jueves, 17 de enero de 2008

El Instituto Misterioso...

- ¡Eh chicos! ¡Mirad estas manchas!
- Mmm… ¡Esto parece sangre!
- ¡Sí, es verdad, podría ser de Ana! – Yolanda temía por la salud de su amiga.
- ¡Marcos coge una muestra!
- ¡De acuerdo!

Cogida la muestra, los Young Detectives siguieron su camino. Iban por el pasillo, Yolanda abrazada al brazo de Marcos y Javier, María y Carlos detrás suyo. Al pasar por delante del laboratorio de química a María se le ocurrió de entrar. Javier abrió la puerta cautelosamente y los cinco entraron detrás de él:

- ¡Aaah!

Un grito de Yolanda alarmó a sus compañeros:

- ¿Qué te pasa Yolanda?
- E…es… ¡Un esqueleto!
- Jajaja!! – Los demás se echaron a reír.
- ¡Que es de mentira! – Dijo Carlos entre carcajadas.

Después de aquel susto, los compañeros continuaron investigando cautelosamente. Abrían armarios, cajones, miraban debajo de las mesas pero nada. Así que decidieron continuar adelante por el pasillo.
Iban avanzando poco a poco, mirando a sus alrededores en busca de una pista. Pasaron por delante de la clase de 5º B. María propuso de entrar pero Yolanda len dijo que ya había tenido suficiente en el laboratorio i retomaron el camino por donde lo habían dejado.
Bajaron por las escaleras hacia la planta baja, y empezaron a recoger el pasillo del piso de abajo. Pasaron por delante la puerta del gimnasio y María les dijo que tenían que entrar sí o sí, que a lo mejor una pista les esperaba. Y en efecto, al cabo de un momento, Carlos estaba abriendo un sobre y lo empezó a leer:

Si a vuestra compañera queréis encontrar,
Y así poderla salvar,
Os tendréis que esforzar,
Ya que en un gran horno puede estar.

Después de esa nota no hizo falta ninguna palabra, se miraron a los ojos y Javier empezó a correr, seguido de cerca por sus cuatro amigos. Entraron a la cocina sin pensárselo dos veces. Entre Marcos y María abrieron la pesada puerta del horno grande de la cocina pero su compañera Ana no estaba. Ana no, pero sí que había otro sobre con otro papel dentro en el que había un dibujo, una cara triste y otra contenta.

Después de darle unas cuántas vueltas, a Yolanda se le ocurrió de ir a la sala de teatro. En un primer momento los ostros la rebatieron:

- ¡Cómo quieres que esté en la clase de teatro!
- ¡Eso, eso! ¿Cómo se te ocurre?
- ¿No lo entendéis? – se defendía ella - ¡Una cara contenta y otra triste, representan una obra de teatro!
- Ahora que lo dices… ¡A mi también me suena! – Afirmó Carlos
- ¡Pues ya estamos tardando! – Gritó María

Al igual que desde el gimnasio, los chicos empezaron a correr desesperadamente, el deseo de encontrar a Ana era cada vez más grande. Llegaron al teatro, la sala estaba totalmente vacía, empezaron a buscar por toda ella y no encontraron nada:

- ¡Lo ves! – gritó Javier
- ¡No hay nada! – gritó Marcos
- Lo siento… - Yolanda estaba arrepentida por haber cometido ese error.
- ¡Esperad! – gritó Carlos – ¡No hemos mirado encima del escenario!

Y sin decir más, las dos chicas se pusieron a correr, subieron al escenario y efectivamente, ahí estaba otro sobre. Lo abrieron rápidamente, la nota, escrita en letra de Ana decía:

Si encontráis este sobre ya podéis correr,
Pero no debéis hacerlo precipitadamente,
Hacia un espacio abierto lo debéis hacer,
Donde juega a fútbol la gente.


No les costó mucho deducir el sentido de la carta, un lugar para jugar a fútbol en la escuela…:

- ¡Al patio! – gritó Marcos

Empezaron todos a correr a la vez, y salieron al patio. A la primera ojeada no vieron nada, pero después, detrás de una canasta Yolanda vio algo moverse. Si pensarlo, empezó a correr y al llegar a detrás pegó un grito:

- ¡ANA!

Los otros cuatro empezaron a correr y al llegar a detrás de la canasta vieron a Ana y Carla, la profesora de matemáticas, con una sonrisa en la cara:

- ¡Muy bien! ¡Equipo Young Detectives habéis sido los primeros en encontrar a vuestra compañera! ¡Sois los ganadores de la gincana! – les comunicó Carla
- ¡BIEEEN! – gritaron los cinco al unísono

Poco a poco fueron apareciendo todos sus otros compañeros de clase con una expresión triste en la cara y fueron formando un círculo en torno a los niños y la maestra. Cuando había llegado todo el mundo, Clara hizo la entraga del premio a los Young Detectives y todos sus compañeros empezaron a aplaudir:

- ¡Felicidades chicos! ¡Sois los ganadores de la ginacana
“ El Instituto Misterioso”!

1 comentario:

Teresa dijo...

Nasi:
Me gusta ese cambio de orientación del suspense a la comedia (me recuerda una novelita de ESO, El asesinato del profesor de matemáticas)y también me gusta que emplees diálogo (creo que eres el único que lo ha hecho)pues le da agilidad a la narración.
En cuanto a lo que se puede mejorar, algunos errores al escribir (dequeísmo en "propuso de..." que no lleva de) y alguna oración poco natural o forzada.
Por lo que hace a la historia le ha faltado mantener algo más el suspense durante el relato (no basta un poco de sangre para conseguirlo, se consigue en la forma de escribir)lo que te queda bastante compensado con la sorpresa final.