miércoles, 29 de septiembre de 2010

"Dios no existe", dice Hawkins.

Stephen Hawkins es un científico británico popularmente reconocido. Y ateo. De hecho, su influencia ha sido tal en la sociedad actual que incluso niños de entre 11 y 13 años han oído hablar de él, posiblemente gracias a su aparición en la serie televisiva de audiencia mundial “Los Simpson”.
En una de sus anteriores obras, y bajo el título “Una Breve Historia del Tiempo”, Hawkins expresó su opinión respecto a la formación del Universo. De este modo sugirió que no había incompatibilidad entre la existencia de un Dios como creador y la comprensión científica del universo. Es decir, que no por dar una explicación científica de la formación del Universo, ésta debía de desbancar la existencia de un Dios.
Pero recientemente, Hawkins se ha visto obligado a renunciar (coincidiendo casualmente con la visita del Papa a Inglaterra) a lo que un día argumentó, pues las nuevas teorías científicas hacen redundante la existencia de Dios.

Desde mi punto de vista, estoy plenamente de acuerdo en lo que dice Dawkins. Desde un punto de vista instructivo, de conocimiento general, me siento afina a su conclusión. Si las leyes de la física pueden dar una explicación racional sobre la gran explosión que dio supuestamente origen al Universo (el Big Bang), no me queda otro remedio que aceptar que eso fue así hasta el día en que una nueva teoría salga a la luz. No puedo dar preferencia a una explicación únicamente intelectual delante de un cúmulo de cálculos matemáticos, razonamientos y experimentos. No puedo abrir la puerta a la religión y cerrar-la a la ciencia, a la que tanto debemos de agradecer. Si que es cierto que la ciencia se ha equivocado muchas veces, pero es que es a base de errores por lo que somos lo que somos actualmente, una sociedad moderna y con un gran conocimiento sobre la realidad que nos rodea.
Por lo que a mí se refiere, que Dios como creador no exista no tiene porque significar que no exista ni el Dios que ayudó a una madre con problemas a quedar embarazada o el Dios que ayudó al hijo de nuestro vecino a salir de la enfermedad. Simplemente, es otro tipo de Dios. Para que nos entendamos: para mí Dios no es un hombre de pelo largo y blanco sentado encima de una nube que en siete días logró crear el mundo, sino algo mucho menos físico y más espiritual, la fuerza que nos ayuda a salir de las malas situaciones y a ver la vida mucho menos triste. Aquello que hace que nos queden esperanzas cuando todo se haya terminado. Por lo que cada uno le podría llamar como quisiese ya que cada uno dispondría de su “Dios” personal.
Entiendo que Hawkins (líder de la famosa campaña de autobuses ateos que circularon por varias ciudades del mundo) y sus controvertidas afirmaciones causen sensación en una sociedad mayormente cristiana y religiosa, pero no por eso creo que se le deba tachar de mentiroso o revolucionario. De hecho, si él aceptó que pudiera ser posible la coexistencia entre el Dios y la ciencia, ¿porque no deberíamos nosotros de abrir nuestra mente y seguir su ejemplo?

En conclusión, yo no me tomaría las ideas de Hawkins como algo malvado para destruir la fe de los cristianos, sino como un gran paso para la sociedad en conjunto. Estamos cada vez más cerca de descubrir el verdadero origen de la vida sin necesidad de ninguna explicación religiosa y esto, probablemente, dejará huella en este mundo.

1 comentario:

Teresa dijo...

Lidia:
Me ha parecido casi impecable. Veo pequeños errores por influencia del catalán (cerrar-la) que no pueden estropear en absoluto el buen trabajo que has realizado: bien documentado, clarísimo y ordenado, con el léxico adecuado y las construcciones oracionales bien construidas y, lo más importante, donde tu opinión queda perfectamente reflejada.
Me ha parecido de lo mejor que te he leido. ¡Enhorabuena!