miércoles, 2 de febrero de 2011

publica vs privada

Cada día está más cerca la hora de la verdad. Éste año, del 8 al 19 de Julio, todos los estudiantes que cursamos segundo de bachillerato nos enfrentaremos a la selectividad. Y si aprobamos tendremos que elegir una entre las setenta y siete universidades repartidas por todo el territorio español.
Frente a éste hecho, llega la primera gran incógnita de si queremos estudiar en un centro público o privado.
No cabe duda en que el factor más importante para el desenlace de la incógnita és la nota de acceso a la univerdad.
Normalmente, las universidades públicas tienen una nota de acceso más alta en comparación a las privadas.
La nota de acceso de las universidades publicas se establece a partir de la nota más baja entre los alumnos que consiguieron entrar en una carrera específica.
En cambio, la mayoría de las universidades privadas sólo exigen unas pruebas de conocimientos básicos de cultura general e idiomas. A demás del certificado que especifica que el alumno tiene el bachillerato y la selectividad aprobada.
Por éste motivo, la mayoría de los alumnos que a pesar de sus esfuerzos no han llegado a alcanzar la nota exigida por las universidades públicas se plantea y normalmente accede, a cursas sus estudios en las universidades privadas.
La experiencia en universidades privadas en nuestro país se remonta poco en el tiempo. Su incorporación al mapa académico es relativamente joven, salvo instituciones como la Universidad de Deusto, la Universidad de Navarra, la Pontifica de Salamanca o la Universidad de Comillas. Enrique Fernández Redondo, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de una de las de reciente creación, la Universidad Camilo José Cela, asegura que la universidad privada busca distinguirse de la pública, ofreciendo “un nivel de exigencia académico máximo, una alta calidad en todos los servicios –tanto docentes como no docentes-, una atención personalizada y haciendo realidad la creación de una universidad dedicada al aprendizaje y no a la enseñanza, centrándonos en el alumno como parte activa y protagonista de su aprendizaje”. Herramientas para conseguir estos objetivos son, por ejemplo, grupos de alumnos reducidos o un trato casi individualizado; sin olvidar las magníficas salidas profesionales, gracias a los acuerdos establecidos con las empresas.
Por su parte, la universidad pública, que también tiende a reducir sus grupos y mejorar sus instalaciones, juega su mejor baza en el prestigio, ganado en parte por los años de experiencia, lo que hace que resulten más atractivas para quienes piensan dedicarse a la investigación.
Según mi opinión, la elección entre la universidad pública y privada tiene un factor desencadenante: el precio.
La universidad privada, cómo su nombre indica, tiene un coste más elevado que la pública, y por tanto está destinada a unos estudiantes con poder adquisitivo más alto.
Además, en mi caso y en el de muchos de mis compañeros, el hecho de ir a la universidad lleva intrínsecamente relacionado el concepto de emancipación. Por lo tanto, no sólo debemos tener en cuenta el precio de la universidad sino la manutención (incluye piso o residencia, comida, ropa, etc..) como valor añadido.
La consecuencia es que el factor monetario hace que más de un 80% de los alumnos deseen estudiar en una universidad pública.
En conclusión, a pesar de las futuras ventajas laborales y la atención personalizada que ofrece la universidad pública, creo que es más digno estudiar en una universidad pública ya que el estudiante que consigue terminar la carrera, ha obtenido el título a base de su sudor y esfuerzo siendo un número más entre los miles de estudiantes que contiene una universidad. Además, creo que en nuestros tiempos la enseñanza y al conocimiento tendría que ser un derecho gratuito.
Además creo que los alumnos deberían tener muy clara ésta última objeción porque si nosotros mismos potenciamos la continuidad de las universidades privadas, el sistema educativo acabará convirtiéndose en una empresa, y perderemos la poca capacidad de decisión que nos queda.
A pesar de todo, espero que éste año todos elijamos una buena opción para cursar nuestros estudios y que la universidad nos brinde una de las mejores épocas de nuestra vida.

1 comentario:

Teresa dijo...

¡Buen trabajo, Natalia!. Pero, aunque efectivamente la universidad privada es más cara, su nombre no lo indica.