martes, 22 de marzo de 2011

Profesores ineptos


Cada vez es más frecuente que los profesores reciban quejas por parte de sus alumnos que la mayoría de las veces hacen cuestionar su metodología educativa. Pero exactamente, ¿de qué nos quejamos?

Antes de todo, me gustaría argumentar algunas razones por las cuáles pienso que éste hecho antes no sucedía con tanta frecuencia. Por supuesto, que en el pasado se diera menos no significa que antes hubiera “mejores” profesores. Simplemente, hace unos años, cuando nuestros padres iban todavía a la escuela, la educación era un privilegio del que no muchos podían disfrutar. Consecuentemente, no se daba tanta importancia a cómo se educaba sino al simple hecho de ser uno de los privilegiados en recibir la educación que muchos tenían que sacrificar por el trabajo en el campo.

Sin embargo, con el giro que ha experimentado nuestra sociedad en pocos años, cada vez se ha ido atorgando más importancia y centrado mucho más la atención en la figura del profesor. El profesor (tanto si es de educación infantil, como primaria o secundaria) ha cursado unos estudios y le ha sido atorgado un título una vez los ha finalizado. Este título compuerta una serie de obligaciones y cualidades que se deben cumplir durante la educación de los menores: buenos modales, buena relación profesor-alumno, buena metodología, empatía con los estudiantes… y por supuesto, un nivel.

Un nivel al que no muchos profesores parecen estar adecuados. Y no es que los alumnos seamos (aquí incluyo mi persona) estrictos, ni queramos llevar a la locura a ningún profesor. No somos malas personas ni nos gusta crear conflictos. Simplemente, estamos en nuestro derecho cuando pedimos que el profesor que nos está enseñando esté cualificado, pero cualificado “de verdad”. No es que dudamos de las capacidades de nuestros profesores ni que queramos ir de listos. Solo consideramos que hay “buenos” y “malos” profesores por el simple hecho de que no por saber mucho sobre un tema, significa que seas la persona adecuada para enseñárselo a los demás. De hecho, son muy comunes los profesores que saben mucho pero no tienen ésa virtud que pedimos nosotros, el alumnado, de hacer entender y comprender a la persona sentada detrás del pupitre.

Este tipo de profesores son los que nosotros llamamos “malos” y los que deseamos erradicar de nuestras aulas. No tanto por satisfacción personal, ya que no se trata de ninguna lucha profesor-alumno, sino por necesidad. El sistema educativo actual necesita de “buenos” profesores, de personas que se interesen realmente por el alumnado, que sean capaces de comprender nuestros sentimientos y reacciones cuando algo no lo entendemos, que tengan esa virtud para transmitir el mensaje que desean que recibamos, que utilicen un buen método de aprendizaje y, sobretodo, que no estén aburridos de enseñar. En otras palabras, que les siga gustando su trabajo.

No se pueden permitir más profesores ineptos en los centros escolares, ya que nosotros, lo creamos o no, somos el futuro, y necesitamos ser motivados y educados con agilidad. De nada sirve estar escuchando a un profesor que no sabe ni por dónde empezar a explicarte la lección, que llegue media hora tarde día tras día, que coja la baja cada dos semanas, que opte por irse de vacaciones en medio de un trimestre, que se encuentre perdido sin el libro de soluciones… y un largo etcétera.

Y para terminar, os dejo el titular de un periódico de La Rioja: «Muchas veces el fracaso escolar se debe a profesores ineptos»


Lídia Puyals Boix

1 comentario:

Teresa dijo...

Este texto tiene un buen final pero algún error en medio.
Por ejemplo, escribes incorectamente alguna palabra y no es un error al mecanografiar porque lo cometes varias veces:( En vez de "atorgando" es "otorgando" y,en vez de "compuerta" es "comporta"; en la oración "serie de obligaciones y cualidades que se deben cumplir" al querer reunir dos nombres cometes un error pues las obligaciones se pueden cumplir pero las cualidades NO; tampoco la oración "Un nivel al que no muchos profesores parecen estar adecuados" es correcta y más bien deberías emplear algo como "un nivel para el que muchos profesores no parecen estar preparados" o "un nivel que pocos profesores parecen alcanzar"
El resto está bien.