miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Profesores ineptos?

Cada vez me doy más cuenta de que hemos cogido como costumbre o estilo de vida el quejarnos, y aún más después de hacer esta redacción. Nuestro pan de cada día es quejarnos sobre el estilo de trabajar de algunos profesores y su peculiar forma de evaluarnos. Aunque con esto no quiero decir que no tengamos razón.

Des de mi punto de vista, creo que a medida que vamos creciendo, nos vamos dando cuenta de lo importante que es para nuestro futuro estudiar y sobresalir en ello, por eso nos esforzamos en hacer las cosas bien y entenderlas para luego poderlas plasmarlas en las pruebas que nos hacen los profesores, debido al esfuerzo y empeño que ponemos en ello, nos duele no recibir una buena calificación, y eso lleva a un enfado y desacuerdo con muchos profesores, ya que creemos que lo que decían que iban a evaluar no se lo toman tan al pie de la letra como decían o se diferencia en depende de que persona. Pero el quejarse con los otros compañeros y con algún profesor que no tenga nada que ver no es la solución. La solución es dejar las quejas atrás e intentar mantener una conversación razonable con el profesor y darle motivos convincentes para que evalúe de verdad tus esfuerzos y trabajo. Pero a veces, ya ni lo intentamos, porque aún nos desanima más el hecho de que algunos de estos profesores no nos quieran hacer caso o no quieran verlo, ya que creen que son la máxima autoridad y ni escuchan nuestros razonamientos. Cabe decir, que no siempre tenemos razón y es puro vicio el quejarse.

Y es aquí dónde se centra el debate, y por el motivo con el cual estamos más decepcionados con algún profesor. Como ya he dicho, al cabo de los años nos damos cuenta de lo importante que es estudiar, pero también nos damos cuenta de otras cosas, como por ejemplo las pocas ganas de algunos profesores al dar la clase o explicarnos la lección. Llamarlos ineptos no sería la palabra exacta, ya que no es que no sean aptos para dar una clase o incapaces, más bien vemos que no tienen ganas de dar la clase, o les importa muy poco lo que puedan aprender sus alumnos o no pierden el tiempo para preparársela, ya que su libro-guía del profesor lo hace todo. Así, nosotros también perdemos las ganas de seguir trabajando y estudiar, ya que creemos que en casa y leyendo nosotros mismos el libro lo haríamos mejor, ya que es lo que hacen algunos.

Según mi punto de vista, las dos partes deberían poner más ganas. Los alumnos no deberían quejarse por placer y reflexionar racionalmente cuando tienen razón y cuando no, así aparcando las rabietas. Y por parte de los profesores, algunos deberían mostrar más intereses en sus clases y preparárselas, que no se notase demasiado que siguen exactamente el libro y al menos hacer ver que se preocupan académicamente por sus alumnos, ya no pido que lo hagan, sino que lo hagan ver para así motivar a sus alumnos.

1 comentario:

Teresa dijo...

Mariona:
Está bien pero tienes algún error y me parece que es porque no repasas antes de colgar el trabajo. Por ejemplo, en "poderlas plasmarlas" te sobra un pronombre "las". Como este caso tienes varios que seguramente encontrarás si te relees lo que has escrito (como el abuso de "ya que" del final.)
En otros aspectos (estructura, léxico, corrección sintáctica)es un buen texto.