lunes, 21 de enero de 2008

El instituto misterioso

La tensión se refleja en cada uno de los movimientos de los pequeños, los lápices resbalan de sus sudorosas manos y caen al suelo de tierra cocida, sus miradas furtivas al reloj son frecuentes pero cuidadosas, saben lo que supone un solo ojo fuera de la mesa, y más en un momento como aquél.

Algunos terminan pronto, pero no se levantan, no juegan, no ríen. Nadie sabe su puntuación más bien que el que entrega pronto el examen.
El momento llegará dentro de unos minutos, dentro de unos segundos que puede que no basten para terminar esa definición, esa última pregunta, esa última comprobación matemática, hay que darse prisa y la campana no espera a los rezagados.
Por fin, el deseo de muchos y la pesadilla de otros se hace oír resonando por doquier, entra en el aula y se cuela hasta el mismísimo cerebro de los estudiantes.
Pero también la maestra estaba temiendo ese segundo en que decenas de sillas chirriarían al rozar con el suelo y otros tantos niños aceleran el paso hasta la mesa de la profesora, paran un segundo para dejar el examen encima del alto montón de papeles y retoman el ritmo para salir gritando a más no poder, corriendo hasta el parque cercano a la escuela para sacarse de encima todo lo acumulado los últimos nueve meses.
Ahora es el momento en que todo cambia, el momento en que hay que darlo todo, vendrá un misterioso instituto nunca visto hasta ahora por esos ojos brillantes, pero ahora…

Ahora llega el verano.

1 comentario:

Teresa dijo...

Andreu:
¡Me siento dichosa de este primer comentario vaya a ser tan bueno!
A esta redacción le falta longitud, daba para más, pero lo compensa lo bien redactada que está. Incluso algún dato (esos ojos brillantes)que parece gratuito y sin relación con la historia contribuye a generar un cierto misterio en la redacción, cierto suspense.
Felicidades y ahora que ya te has arrancado, ¡no pares!