viernes, 6 de febrero de 2009

Que se vayan

A veces, la legalidad supera la ficción.
Un joven ramadero cerrará por imperativo legal su granja. Una vecina de fin de semana lo demandó por las molestias que le causan. Con la ley en la mano, el joven no podrá continuar su actividad económica en pro del los fines de semana de una barcelonesa. No es un caso aislado.
Otros casos conocidos, son las denuncias contra el ruído de las campanas por parte de los mismos veraneantes y/o neorurales.
En mi opinión, esto es una falta de respeto y un acto enaltecimiento del anarquismo armado.

Es una falta de respeto a la cultura y orígenes de las zonas rurales. Zonas donde la economia es escasa y poca gente puede conseguir vivir en su tierra como desean. Entonces viene el turista o vecino nuevo de turno pensándose que va a vivir en un vergel, el pobre ilusionado se mosquea cuando ve que tambien en el pueblo hay ruídos y olores, que no es patrimonio exclusivo barcelonés.
El luchador/a no se resigna a vivir en su mundo idealizado, y utiliza cualquier espacio legal para obligar, sea como sea, a reducir sus molestias. El fin justifica el medio, da igual si dejas al paro una familia o dejan de tocar las campanas en un pueblo, símobolo de que el lugar está vivo .

¿Por qué el pobre indefendido no denuncia los coches de la Diagonal por el ruído y la contaminación que producen?

Las leyes se escriben en la urbe, hay una ley que prohibe determinados ruídos a partir de medianoche, otra que prohibe la explotaciones ramaderas a menos de un quilómetro del núcleo urbano. Esas dos bastan. ¿Estamos tontos? Con este fundamento legal, las campanas dejan de tañer y las activdades ramaderas desaparecen a medida que el la casa con piscina se extiende. Puede ser que la explotación estuviera allí antes que la casa, puede ser pero da igual. Y sabemos que las campanas están allí desde hace quinientos años sin queja alguna, pero son ilegales (mira tu).

Que se vayan, pero los del pueblo se quedan.

1 comentario:

Teresa dijo...

Me gusta esta redacción tuya porque no te has dejado llevar por sentimientos exagerados y te manifiestas en todo momento sin exacerbarte.
Un único error reiterado a lo largo del texto: en castellano decimos "ganadero, ganadería, ganadera" y NO ramadero o ramadera que es un garrafal CATALANISMO.
Buena redacción.