miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿VINO BLANCO O VINO TINTO?

En la cultura mediterránea, el vino siempre ha estado presente en nuestras dietas. Des de su aparición en el neolítico, en la zona de los montes Zagros (actual Georgia, Armenia e Irán), se ha ido perfeccionando y se han ido creando diversas formas de hacer el vino. La producción vinícola se ha mejorado progresivamente a lo largo de la historia descubriendo la mayor parte de los matices en la elaboración y las diversas características relacionadas con el sabor, la graduación, etc. Así pues la enología(la ciencia que estudia la producción, las técnicas y el arte de producir vino) ha ido evolucionando hasta llegar a conocer la mayor parte de las características de los diferentes vinos.
En general, los vinos se dividen en dos grandes categorías, los vinos blancos y los vinos tintos, a los cuales corresponden dos tipos de vinificación esencialmente distintos.
La vinificación en los vinos tintos, se obtiene sumergiendo las partes sólidas de la uva en el jugo cuando ocurre la fermentación de las uvas negras. En el transcurso de esta operación, las uvas se quedan en contenedores durante un tiempo que varía según las variedades de las mismas, los tipos de vinos que se quieren obtener, la tecnología empleada para el desarrollo de la vinificación, y la temperatura del mosto durante la fermentación.
Para la elaboración del vino tinto, primeramente se insertan las uvas dentro de una prensa. El zumo de la uva que se obtiene de este proceso, es trasladado a un contenedor. Las uvas que quedan en el fondo se rompen y empiezan a fermentarse de forma natural. El contenedor se cierra y se le inyecta dióxido de sulfuro para comenzar el proceso de fermentación en las uvas enteras. De esta forma, el color de la piel de la uva da ese color tan especial zumo.
Al finalizar la fermentación, las uvas se rompen dejando salir el jugo. El vino no está listo al acabar la fermentación, ya que después ha de madurar para poder desarrollar su estilo y características.
En cambio, para elaborar el vino blanco se necesitan uvas blancas o uvas negras con jugo blanco. La parte que diferencia a los dos vinos es: que se separa el jugo del racimo así pues obteniendo un vino más suave, ligero y fresco.
En nuestra dieta, predomina el consumo de carne ante el de pescado ya que nos encontramos lejos de la costa. El vino tinto es el más adecuado para acompañar a la carne, por eso el consumo de vino tinto es preferible en las zonas interiores de los países mediterráneos.
Estudios científicos aseguran que el vino tinto contiene un alto número de ácidos fenólicos, flavonoides y resveratrol, estos componentes hacen que el vino sea rico en antioxidantes que ayudan a regular el colesterol. Se dice que una copa de vino cada día ayuda a evitar que las plaquetas se aglutinen. Así pues las propiedades no alcohólicas del vino son muy positivas para nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
Analizando la riqueza que aporta el vino tinto y la situación geográfica en que nos ubicamos, pienso que si comemos carne en vez de pescado como fuente principal de proteínas hay que tomar vino tinto para acompañarla, de esta manera consiguiendo una dieta más completa.
En conclusión, yo pienso que todos los vinos son diferentes y no hay que menospreciar a ninguno de ellos pero analizando sus componentes beneficiosos para nuestra salud pienso creo que tomar vino tinto es la mejor opción, pero como ya sabemos, la riqueza está en la variedad de productos. En definitiva, un buen amante del vino debe disfrutar de todas sus variedades.

1 comentario:

Teresa dijo...

Cristian:
¡Te has empapado de buen vino!
Muy buen trabajo de documentación.
Veo algún error ortográfico ("desde" va junto) y de estilo:"seres queridos" es muy tópico y es preferible "aunque" en vez de "pero" en "es la mejor opción pero como ya sabemos..." pues tu opinión queda mejor trazada. Cuando usas "pero" parece que vacilas y no quieres optar por ninguna opción.
Por lo demás,te ha salido muy claro e interesante.