jueves, 24 de enero de 2013

TRABAJAR TIENE QUE SER VOCACIONAL

El trabajo es el utensilio del presente y del futuro de un individuo. Es el medio para ganarse el pan de cada día, y es por eso que es algo imprescindible para vivir. Además, la jornada laboral ocupa una gran parte de horas y se realiza todos los días de la semana excepto uno o, en el mejor de los casos, dos. El trabajo, por lo tanto, forma parte indiscutiblemente de nuestra vida y de nuestra rutina. Debido a la importancia que tiene el trabajo en nuestro día a día y, en general, a lo largo de nuestra vida, creo que debemos intentar encontrarlo en algún ámbito que nos guste y en el que de verdad nos encontremos realizados. La única manera que tenemos de conseguir trabajo en aquello que nos gusta es estudiar por ello, coger experiencia practicando lo máximo que podamos o interesándonos y trabajando duro. En mi opinión, si conseguimos fusionar aquello que nos produce satisfacción personal con el trabajo, llegaremos a ser personas felices y, además, aportaremos el 100% de nuestras posibilidades en aquello por lo que trabajamos. No cabe duda que el mundo, si todos desarrollamos aquello que nos satisface, aquello por lo que verdaderamente hemos nacido, funcionará mucho mejor y de forma mucho más sostenible y rentable. De todas formas, cabe decir que la situación de la que hemos hablado, en la que cada uno hace de sus habilidades y de sus gustos su trabajo, es una situación utópica que, como muchas otras, desgraciadamente no impera en nuestro sistema actual. Hoy en día la mayor parte de la población afirma no trabajar en aquello que verdaderamente le gusta . Gran parte de los trabajadores aseguran, además, que no se sienten felices con su rutina, con su día a día, y que lo único de lo que disfrutan es de su tiempo libre y de las vacaciones. Esto nos hace plantear una duda importante: ¿Es el camino por el cual debe avanzar la sociedad? ¿Qué es más rentable a la larga, el bienestar económico o el personal? Además, hay distintas teorías que afirman que el trabajo vocacional da mucho más frutos que el trabajo obligado, hecho sin motivación. Hablando de estas teorías es importante destacar y comentar la tesis del filósofo y economista político Karl Marx. Él afirmó que el trabajo en cadena acaba siendo algo matematizado, antinatural, que aliena al trabajador y lo deja sin personalidad. Esto lo podemos extrapolar a nuestra sociedad. Una persona que no trabaja en aquello que le gusta no puede dar todo lo que tiene de sí y, de esta forma, la sociedad, no puede llegar a sus máximas posibilidades no solo económicamente sino también socialmente, e incluso a nivel personal. En conclusión quiero reiterar la importancia de la motivación y el gusto en aquello por lo cual se trabaja. De todas formas, también me gustaría acabar recalcando el hecho de que la sociedad en que todo el mundo trabaje en aquello que le guste y le haga sentirse en consonancia con sí mismo, es una sociedad utópica que, al menos dentro de nuestro sistema, no es posible. Es por eso que si no se puede trabajar de aquello que nos guste, tenemos que intentar, al menos, ocupar nuestro tiempo libre a llenarnos con nuestras aficiones y tener energía, también, para hacer lo máximo que podamos a la hora de cumplir con nuestros deberes i obligaciones. CLÀUDIA BOCHACA SABARICH

1 comentario:

Teresa dijo...

Muy exhaustivo y documentado.