jueves, 24 de enero de 2013

¿TRABAJAR TIENE QUE SER VOCACIONAL?


Trabajar es la acción que ocupa la mayor parte de nuestras vidas. Trabajando las personas salimos adelante y nos ganamos la vida, algunos haciendo lo que más les gusta, otros haciendo lo que sus posibilidades les permiten, en este caso, para sobrevivir. Sea como sea, el trabajo forma, indiscutiblemente, parte de nuestra vida y rutina. Por otra parte, ¿qué significa tener vocación? Muchas veces utilizamos esta expresión para referirnos al trabajo. Cuando una persona tiene vocación por su trabajo queremos decir que sabe para qué es bueno y que va a disfrutar lo que ha elegido. Esta persona disfruta del trabajo, del estudio, del sacrificio que se requiere para alcanzar sus objetivos y de toda su metodología para lograrlos.

En mi opinión, lo ideal sería que la gente trabajase en aquello por lo que tiene vocación, con seguridad de saber que lo que está haciendo está bien. Lo importante también es que la persona se lo crea de verdad. ¿Qué quiero decir con esto? Muy fácil, si la persona confía en ella misma y sabe apreciar positivamente el resultado de su trabajo, es decir, se cree que tiene vocación por lo que está haciendo, los resultados posteriores van a ser mejores todavía. Una persona debe tener confianza en sí misma, es la clave. No obstante, como he dicho, esto se trata de lo ideal ya que la realidad es muy diferente. En la actualidad, la mayoría de personas trabajadoras, afirman que no trabajan de aquello por lo que tienen vocación, es más, me atrevería a decir, que muchas de ellas no saben ni por lo que tienen vocación ya que des de siempre se han visto obligadas a trabajar en un oficio concreto, sin opción a dedicarse a otros. Su situación social y /o económica les obliga a ganarse la vida de lo que puedan y no de lo que realmente les gusta y los satisface como personas.

Para concluir, si no fuera posible trabajar de lo que realmente nos llene, debemos buscar otras motivaciones que no hagan sentir realizados como personas y aprovechar al máximo todo aquel tiempo que no trabajamos para disfrutar de nuestra vida con la gente que queremos. No obstante, entre todos deberíamos intentar conseguir que lo ideal y utópico se convierta en la realidad. Si fusionásemos el trabajo con aquello que nos produce satisfacción y por lo que realmente valemos y hemos nacido aportando a la sociedad nuestras habilidades, el mundo, sin ninguna duda, funcionaría mucho mejor.

HELENA HUGUET


1 comentario:

Teresa dijo...

Casi perfecto, Helena. Un "desde" que lo has escrito separado. Pero, por lo demás, es un magnífico trabajo.