Independencia de Catalunya

Desde hace muchos años, al menos desde 1714, las relaciones entre Catalunya y España no han sido nada fáciles. Siempre ha existido una desconfianza mutua expresada más o menos abiertamente entre las dos comunidades.

Mientras que en los primeros años de la democracia el respeto mutuo prevalecía y parecía que el entendimiento entre ambas era posible. Ahora bien, últimamente, la situación se ha vuelto muy tenso y hay momentos en que parece insostenible.

Desde Catalunya, cada vez son más las personas que ven como única salida a esta situación, la independencia de Catalunya respecto al estado español.

Uno de los agravios de los que se habla más actualmente desde Catalunya es el económico desde distintos aspectos; Por una parte está el llamado “Déficit Fiscal”. Los impuestos que pagan los catalanes al estado español, retornan a Catalunya tan solo en un parte, debido a la solidaridad con los menos ricos. Pero esto produce un empobrecimiento catalán, de manera que Catalunya disminuye su poder económico por debajo de muchas comunidades que se benefician de nuestro trabajo.

Por otra parte hay la discriminación que padece Catalunya en cuanto a inversiones en infraestructuras. Tan solo hay que analizar el proceso de implantación del AVE en España. O comparar la situación del metro y las cercanías de Renfe de Madrid y Barcelona, o la indecisión del gobierno central, para impulsar el corredor mediterráneo de mercancías, que parece ser clarísimamente más viable y más rentable para el transporte de mercancías desde los puertos del mediterráneo al norte de Europa.

Por lo tanto, el estado español, es una losa para Catalunya, que dificulta su crecimiento y desarrollo económico y social.

También es verdad que España es un mercado para los productos catalanes y éste podría verse perjudicado en un panorama de ruptura, pero parece ser que éste mercado cada vez representa un porcentaje menor de las exportaciones de Catalunya.

La otra faceta importante de la confrontación Catalunya-España son los temas identitarios entre los que destaca especialmente el ataque sistemático a la lengua catalana.

Este ataque está básicamente alimentado por la llamada “Caverna Mediática” (periódicos como “La Razón” y “El Mundo”; cadenas de radio como “La COPE” o de televisión “Intereconomia”) que fabrican un discurso de menosprecio agresivo que a veces llega al odio, hacia todo lo que es o parece catalán, especialmente la lengua. Según ellos, los catalanes hablamos nuestro idioma solo para fastidiar.

Es así, como cuando se produce una situación positiva, en el entendimiento entre Catalunya y España, como esta misma semana; con la decisión de la Academia del Cine Español, de enviar a “Los Oscars” en representación de España una película en catalán. Siempre aparecen echando agua al vino, criticando estas decisiones y menospreciando nuestra lengua.

Los ataques a la cultura, la lengua y el autogobierno catalán no tan solo vienen de los medios de comunicación; los diferentes gobiernos centrales y el poder judicial, también se apuntan. Así, la sentencia restrictiva del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Catalunya (que ya estaba aprobado en referéndum). O la reciente en contra del sistema de inmersión lingüística en la escuela catalana son dos muestras de ello.

Por todo esto y por muchas más cosas yo soy partidario de la Independencia de Catalunya y considero que mi país sería más rico, más desarrollado, más progresista, más culto y mejor si fuera independiente.

Sería un país pequeño, sí, pero en Europa hay muchos Estados tanto o más pequeños que el nuestro y parece que funcionan.

Lo que ya no veo tan claro es como conseguir la independencia… pero esto ya sería tema de otra redacción.