¿Por
qué estudiamos?
Desde
que éramos pequeños, hemos estudiamos año tras año, la mayor parte del tiempo
sin preguntarnos porqué o para qué. Sabíamos que era nuestra obligación:
nuestros padres nos obligaban a hacer los deberes, los profesores nos reñían si
no escuchábamos en clase y todos nos felicitaban si sacábamos buenas notas.
Cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores no lo pensábamos demasiado,
decíamos aquello que nos llamaba más la atención, sin tener muy claro porqué,
y, a veces, ni siquiera lo relacionábamos con unos estudios superiores. Con el
tiempo y a partir de la secundaria, nuestros valores dejaron de limitarse a lo
que decían nuestros padres o profesores, y llegados al final de la secundaria,
la mayoría de la gente sabe qué quiere hacer con su vida. Llega un momento en el
que no estamos obligados a estudiar, y, si decidimos hacerlo, lo hacemos por
nosotros mismos. Así, llegamos a un punto en que todos debemos preguntarnos:
¿por qué estudiar?
La
respuesta que daría cualquiera parece sencilla: para conseguir un trabajo que
te guste. Estudiamos para poder ganarnos la vida haciendo algo que se nos de
bien y nos guste. A la hora de elegir nuestros estudios, siempre miramos hacía
el futuro, pensando en qué queremos hacer, donde, porqué… Tenemos un abanico
infinito de profesiones que elegir. Al acabar la secundaria podemos ser lo que
queramos: astrónomos, médicos, filólogos, atletas, pintores… Tenemos miles de
opciones entre las que elegir pero ¿cómo elegir la correcta? Por eso creo que
el objetivo no debería ser que el titulo que obtienes después de un modulo o
una carrera universitaria. Estudiar, sea lo que sea, aunque no vaya a servirte
para nada en tu futuro trabajo, hace que madures, te ayuda a pensar por ti
mismo y, por lo tanto, te hace libre de tomar tus propias decisiones.
A veces
no somos concientes de la suerte que tenemos. Mis padres se quejan de su
trabajo, los profesores se quejan de su trabajo, todo el mundo, en un momento u
otro, se queja de su trabajo. Los estudiantes, obviamente, nos quejamos de los
estudios pero… ¿Qué puede ser mejor? En realidad, somos unos privilegiados.
Pero no solo eso, ¿Cuántos chicos y chicas de nuestra edad están ya trabajando
en el mundo? No, definitivamente el motivo principal por el que estudiamos no
puede ser trabajar, tiene que ser aprender. Sabemos que llegará un día en que
todas las horas que dedicamos a estudiar, las dedicaremos a trabajar… Yo
propongo que, mientras tanto, intentemos aprender todo lo que podamos sin que
nuestras metas, por muy claras que sean, nos limiten de ningún modo.
Puede
que sentarse delante de un libro no sea la experiencia más interesante del
mundo, pero puede llegar a serlo, y quizás solo estés sentado delante de ese
libro porque quieres acabar siendo arquitecto y construir enormes e
impresionantes edificios, pero a veces es bueno dejar de pensar en el destino y
disfrutar al máximo del trayecto.
1 comentario:
Muy buen trabajo, seas quien seas.
Recuerda que los "por qué" interrogativos van siempre separados y con tilde aunque sean interrogativos indirectos.
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