miércoles, 3 de octubre de 2007

Madeleine, una herramienta de la prensa

Los últimos meses estamos viviendo otro caso de boom informativo sobre un tema concreto. En este ocasión, el “Caso Madeleine”, la historia de una niña inglesa, Madeleine McCann de cuatro años desaparecida durante unas vacaciones en Portugal. Pero quizás el caso en si no sea lo más importante, sino el montaje informativo mediático que hay tras el caso.

Otras veces hemos tenido casos similares. En su momento también se habló muchísimo de un caso similar, pero no se si llegó a ser tan mediatizado. Esto es algo nuevo, que se da cada vez más. Cualquier noticia es la más importante del Siglo, sin importar lo que haya pasado antes. Pero mientras el árbol de frutos, Madeleine estará en el ojo del huracán, y será una herramienta de la prensa más sensacionalista.

La desaparición de esta niña ha sido tratada en casi todas las cadenas de televisión y radio, especialmente las privadas, de las que ya es sabido que no buscan dar una información objetiva veraz y contrastada sino alterar la opinión publica y atraer publico crédulo en busca de mayores índices de audiencia. Aquí está el asunto de la cuestión. No tiene importancia ninguna la noticia por si sola. Lo que la hace importante es todo el espectáculo del que va rodeada, el Tomate, la Salsa Rosa y todo el fregadero que personas sin el mínimo conocimiento del caso discuten cómo si fueran del CSI. Aunque quizás podríamos hablar peor de los medios de comunicación británicos. Las radios i televisiones británicas llevan meses tratando cómo trapos sucios a los agentes de la policía portuguesa. Una policía que por supuesto se encuentra al nivel de cualquier otro cuerpo de seguridad europeo. Unos agentes que han sido adiestrados bajo un programa al que la Unión Europea da el visto bueno. Pero no, Portugal es el país de la cola de la antigua Europa de los quince, y los ingleses esto se lo tienen muy creído. Sin embargo para estos medios, los McCann siempre habían sido los padres que no han parado de buscar a la hija, pero en el día que se dijo que podían ser los homicidas, el papel que les tenían asignado cambió. Ahora eran unos asesinos sin escrúpulos, unos malos padres que drogaban a los hijos…

Al final, no les importa tanto cómo nos parece hablar de la desaparición /secuestro/asesinato de la pequeña Maddie, pues esta “gravísima” noticia será remplazada por una pelea entre políticos o una enorme cantidad de incendios simultáneos en Grecia y no se volverá a hablar de la niña hasta que alguien jure haberla visto durante sus vacaciones a Marruecos, pase a ser tertuliano de tres o cuatro programas del corazón y mantenga en alto las cuotas de audiencia.

Y, ¿por qué?, ¿por qué este interés superior en mantener altos los índices de audiencia? Muy sencillo, se trata cómo una mercancía lo que en realidad es un derecho. En todo está la oportunidad de hacer un buen negocio aunque sea a costa de hinchar y mediatizar las noticias, haciendo hincapié en aquellos detalles morbosos y llamativos, metiéndose sin escrúpulos con los protagonistas directos. Pero las cosas no deberían ser así, la información veraz e imparcial es un derecho y un deber, recogido en múltiples leyes, entre ellas la constitución (artículo 20.1) y la declaración internacional de los derechos humanos (artículo 19).

1 comentario:

Teresa dijo...

Quim:
No sé como decírtelo sin que parezca enchufismo pero, la verdad es que te superas con cada trabajo.
Para que no parezca que me ciega la pasión te diré que has cometido algún error ortográfico y la repetición de la palabra "caso" en los primeros párrafos.
Aparte de estos "fallitos", el trabajo supera lo que puedo exigiros en primero de bachillerato. Me alegro de que seas capaz de sacarle tanto jugo a un tema que pueda parecer trillado y poco interesante para vosotros.
Impecable el nivel del léxico, la estructuración, los datos que aportas, la madurez de tus reflexiones. En fin, "chapeau".