¿Estamos a salvo en casa, delante del ordenador?

En la última década del siglo XX empezaron a brillar los leves destellos del, según definían los políticos e informáticos del momento, sistema de comunicación y comercio más rápido y eficaz hasta entonces visto.
Desde entonces, en sólo 5 años, evolucionó su presencia, de una forma incontrolada; de un 6%, registrado en la UE en el año 1992, a un 46% en 9 años.
Este crecimiento es debido a la potenciación, por parte de multinacionales y gobiernos, de su gran utilidad en la vida del hombre de a pie pero ¿era, solamente, un sistema comunicativo? Entonces no sé, sin embargo, ahora no.

Actualmente, cuando un servidor se conecta a la red, el número de identificación de éste queda registrado en una infinidad páginas, es más, a todos nos ha ocurrido de un día entrar en una página y a la mañana siguiente aparecer presentes en nuestros ordenadores cantidades de e-mails de propaganda enviados por éstas, pero, es más peligroso aún, entrar en webs que estén permanentemente vigiladas por la policía u otros servicios; claro que a todos nos gusta la seguridad y que los servicios de seguridad velen por ella pero cuando estos invaden “nuestra intimidad cibernética” (correos personales, compras y ventas con utilización de códigos secretos, etc.) ya no nos hace tanta gracia.
También en Internet, se puede hacer uno con programas de identificación de códigos personales de otras computadoras y de grandes cantidades de “espacios de expresión personal” como blogs, fotoblogs y más, estos son frecuentemente clausurados y desaparecidos, sin dejar rastro, por la policía o por “piratas informáticos” o “hakers”, pero:
¿quiénes de ambos son piratas de verdad?

Mis argumentos son estos mas siempre me queda la cuestión de: ¿si a nivel civil, la red da tantas prestaciones, a nivel militar/gubernamental qué?

Como el conejo, en un desierto yermo, a los ojos de un ave rapaz: el ínter nauta.










Josep Mª Martínez Casanovas